El arte de soñar

Capítulo 7 publico burlesco

Ya había pasado 1 semana desde que se hizo una costumbre acompañar a Sara en el salón reservado para el taller de música, en realidad no era tan malo como pensaba, podía hacer mis tareas con más tranquilidad, no conocía todavía tan bien a Sara, sin embargo creo que ella apreciaba el hecho de  apoyarla a mi manera, demostrando que en cualquier momento estaría dispuesto a hacer un comentario de odio a la música que la ayudara a mejorar, mi padre en realidad no se molestaba pensaba que estaba bien que tuviera una vida social, aunque no estoy seguro de que eso sea lo que pase.

-hola-

-hola Gabriel, ¿todavía vas a ir al taller de literatura?-

Todavía no pasaba la primera hora de clases, Esteban más que animado parecía un poco preocupado, decidió hacer caso al consejo de la tutora mientras que  yo me mantenía en el taller de literatura, cada vez nos veíamos menos fuera de la escuela, el usualmente intentaba pasar tiempo con Liz, mientras que yo desaparecía misteriosamente.

-sí, resulta que me gusta más de lo que pensaba leer, ahora si pueden decir que soy una rata de biblioteca-

-y ¿no tiene nada que ver con Sara?-

Estaba sentado tranquilamente, no fue necesario ni que lo volteara a ver, el claro que sabría donde he estado, tal vez yo consideraba mi vida personal algo reservada exclusivamente para mí, pero Sara seguramente le dijo a Liz, y bueno llego a los oído de Esteban antes de poder hacer algo más.

-tal vez-

-¿por fin conseguirás novia?-

-cuando tú te confieses a Liz, yo responderé esa pregunta-

El ruido del salón de clases evitaba que en realidad alguien más prestara atención o por lo menos le interesara, un día común más, las clases pasaron tan rápido como pudieron, antes de darme cuenta ya estaba en camino hacia el salón de música, cuando alguien detuvo mi andar.

-hola-

Voltee para ver  a ese chico con cabello ondulado, simplemente lo vi mientras seguía caminando, hasta que el llegara a estar a mi lado, una sonrisa tan falsa, mientras que por mi parta quería amenazarlo para que por una vez tocara mejor, incluso el detectaba cuando alguien practicaba y cuando no, ese chico simplemente no practicaba más de lo ensañado con Sara, mientras que ella aparte del tiempo que él se quedaba ella seguían practicando, yo era testigo de eso.

-oye, tengo una duda-

-¿Qué?-

¿Por qué siempre esperas a Sara?-

Más que una plática común parecía como un interrogatorio, sinceramente me aburría más de lo que quería admitir.

-por qué puedo-

-sabes nosotros somos un año menor que ustedes, tú el siguiente semestre pasaras a sexto y después te iras-

-gran deducción-

Mi mente por alguna razón sabía perfectamente en qué dirección tomaría esta platica, no tenía el menor interés de que eso sucediera, no me importaba en lo mínimo ese chico, simplemente considero que es lo correcto apoyar a Sara a mi manera, no me importa que piensen los demás.

-siempre la criticas, tal vez sería mejor que no vinieras, la desconcentras y nos atrasas-

-tienes razón-

Sonreí mientras abría la puerta y Sara me saludaba solo para sentarme y sacar mi celular.

-lástima que no me importe-

Una mueca de enojo creció en su cara mientras una de gracia nacía de la mía, tal vez pareciera que la criticaba y era verdad, aunque al mismo tiempo simplemente sentía que era lo correcto estar en ese lugar, aunque nadie lo apreciara.

-dios, ¿eso cómo se llama?-

Señale un aparato que Sara usaba en su pierna derecha mientras se podía observa una cara de confusión de ella y de Daniel.

-banquillo-

-¿y por qué debe ser tan alto, no te molesta? De este lado se ve como si la guitarra estuviera mucho más alta que tu-

Sara se quedó pensando y dejando la guitarra mostro que en la parte de abajo del banquillo se podía ajustar bajando un poco y volviendo a tocar notando una mejora.

-¿siempre tienes que tener un comentario para todo?, sorprendente para alguien que no toca ningún instrumento-

Daniel en realidad se veía molesto por mi comentario, o tal vez de mi actitud en general, supongo que es algo desagradable para alguien que una persona que no sabe del mundo que te apasiona de tantos comentarios, pero por otro lado en realidad era divertido verlo molesto y me divertía.

-oye solo doy mi opinión como público, sin nosotros no comen-

-jajaja, ¿alguna vez pagarías por escuchar tocar a alguien?-

Sara se unió a la conversación, más animada de lo que pensaba, me pregunte a mí mismo si sería capaz de pagar por ver tocar a alguien, mi mente recordó inmediato que era pobre, tacaño y odiaba la música.

-¿para qué?, contigo es más que suficiente, no podría soportar más-

-ya me lo pensaba-

Volvieron a practicar, después de cuarenta minutos Daniel se fue, al parecer le era imposible quedarse más tiempo, no me importo en lo más mínimo el, seguí en mi celular mientras Sara no dejaba de practicar, en realidad no hablábamos demasiado, sin embargo ese momento en el que ella tocaba y simplemente podía sentir mi presencia percibía que intentaba tocar mejor, se esforzaba más, practicaba mejor reflexionando las cosas. Era impresionante verla practicar, podía pasar el tiempo y no lo percibía y esta vez no sería la excepción pasaron dos horas más antes de que ella decidiera guardar su instrumento.



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En el texto hay: romance, musica arte, sueño

Editado: 27.11.2021

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