El arte de soñar

Capítulo 13 talentos ocultos

-llegas tarde, o ¿temprano?-

Cerré la puerta de la casa para ver a mi padre un poco más animado de lo común con el casco de la motocicleta y otro sosteniéndolo en la mano.

-por un momento se me olvido que todavía tengo eso-

-claro que si, dirás que no es tu motocicleta pero sigues teniendo licencia para conducir-

-cómo olvidarlo, fue un fastidio sacarla más la desventaja de ser menor de edad y el papeleo extra, solo por si algún día me detuvieran, cosa que no ha pasado-

Me dirigí a la cocina por un vaso de agua escuchando como mi padre dejaba el casco y reía un poco.

-no es tan malo, tengo trabajo que hacer así que no estaré más tiempo, pero reserve el sábado para poder ir a renovar tu licencia, no me importa si estas de acuerdo o no, siempre es mejor tenerla por precaución-

Agarro las llaves de la motocicleta y salió por la puerta principal, no me gustaba el tener que hacer fila para renovar esa tontería aunque mi padre tenía un punto nunca sabría el momento necesario en el que ocupara la licencia. Comí y me dirigí a mi habitación mientras más dudas invadían mi mente, solía ser muy terco como para aceptar que tena un error, antes de darme cuenta me lance a la cama y termine durmiéndome.

-demonios-

Un sonido insistente se escuchaba de mi celular, agarrando para ver quien me estaba llamando, solo viendo el nombre no pude evitar contestar

-¿todo está bien Sara?-

-en realidad no tan bien ¿tienes tiempo?-

-soy todo oído-

Me levante mientras dejaba el celular en altavoz y me colocaba los zapatos.

-tengo un perro, es un chihuahua, escapo de la casa y lo estaba buscando necesito un poco de ayuda si tienes tiempo te agradecería que me ayudaras a buscarlo-

-claro pásame la ubicación voy en camino-

Cerré la casa para empezar a caminar a la dirección que Sara mando. Otra vez mi celular sonó contestando la llamada rápidamente.

-Gabriel, Liz me dijo lo que paso con Sara voy en camino-

-siempre tan conveniente, te veo en la parada estoy cerca-

-entendido amigo-

Llegue a la parada y espere unos minutos para ver a Esteban correr mientras llegaba el autobús

-como siempre justo a tiempo-

-dios, corrí demasiado-

Subimos enseguida y buscamos asiento, Esteban seguía agitado, escogí la ventana solo por instinto. La luz de la tarde se veía más que presente y esa sensación todavía de cansancio con un toque de sueño.

-¿sabes algo?-

Pregunte volteando a verlo mientras Esteban seguía intentando recuperar el aire.

-chihuahua desaparecido. Casa de Sara y búsqueda-

-siempre tan preciso-

Me burle volviendo a ver la ventana, una mescla de emociones empezaban a acumularse, preocupación por Sara, miedo por verla mal. Un chihuahua es un perro pequeño tal vez no lo encontráramos, pensar solo eso me preocupaba por ella.

-sabes Gabriel, esto me recuerda a los viejos tiempos, ya sabes ese negocio que teníamos-

-buscar animales desaparecidos no cuenta como trabajo, de la misma manera recuerdo como ese pitbull casi te mata-

-lo dices como si fuera algo malo, lo logramos rescatar y llevar con su dueño-

-tu madre quería vacunarte contra la rabia, y mi padre no podía creer lo irresponsable que fui en no golpear al perro para ayudarte, ese animal estaba en mejores condiciones que tu no pensaba lastimarlo-

Escuche su risa mientras se recomponía, estábamos cerca de la casa de  Sara, mi mentes estaba ocupada pensando en cómo ayudar o mínimo no estorbar, sabíamos buscar animales, era algo bueno en estos momento, solo faltaba encontrarlo.

-¿por cierto solucionaste todo con Sara?-

-claro que lo solucione-

-¿ahora amas la música?-

-púdrete-

Esteban volvió a reír mientras por un segundo, un solo segundo pude ver algo, una mancha blanca, podría ser una bolsa, una rata muy grande o lo que fuera.

-bajo-

Grite para correr, mientras mi amigos corría detrás de mí pagando el pasaje de ambos, mi mente se cegó un momento para lograr ver mejor lo que era. Siempre creí en las probabilidades, sorpresa la mía sabiendo que en esta ocasión estuvieron de mi lado, un pequeño chihuahua color blanco con un collar rojo corría delante de mí, buscando a donde ir. Sonreí y empecé a  llamarlo, chiflar y lo que fuera, el perro me vio. Pare en seco y me agache, mientras gruñía, no confiaba en mi era más que obvio.

-tranquilo, no voy a hacerte daño, creo que te están buscando-

Baje un poco mi mirada y acerque mi mano lentamente el perro no confiaba en lo más mínimo, lo acaricie lentamente, moviéndome un poco hacia el  sonriendo, me quite la chamarra que traía y lo atrape, gruñía y ladraba pero no me importaba, no quería que se escapara, solo lo sostuve y lo acomode mientras se calmaba.



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En el texto hay: romance, musica arte, sueño

Editado: 27.11.2021

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