-sabes antes estaba emocionada, ahora estoy aterrada-
-y ya empezaron a pasar los primeros-
-tengo suerte de ser la última-
Aquella chica enérgica y admiradora de la música nunca pensé verla tan angustiada como temerosa, era algo totalmente nuevo verla así, amaba la música pero al parecer en ese preciso momento le temía el demostrar todo su esfuerzo, sabia lo peligroso que podía ser esas sensaciones, sabia lo peligroso que podía llegar a ser.
-sabes, puedes contar conmigo, aquí estaré escuchándote de este lado, yo sé que tú puedes, eres la más obstinada persona que conozco-
-a veces no entiendo por qué sigues conmigo-
- ¿Por qué?-
Esa era una pregunta más que real, no entendí en ese momento porque no seguiría apoyándola, simplemente en mi mente no recorría esa pregunta. Pero a ella le afectaba en ese momento, me volteo a ver con un rostro de confusión como de cierta gracia, dejo a un lado su instrumento y me observo tranquilamente pensando las palabras que diría, o mejor dicho como las diría.
-tu odias la música, tienes un resentimiento a todo lo relacionado al arte, pero sigues a mi lado soportando que te saque de tu zona de confort todo los días, obligándote a incluso venir, sabiendo que seguramente no lo disfrutarías-
-tienes razón, todos los días me obligas a salir de mi zona de confort, tal vez por eso te sigo, tienes una personalidad y metas tan extrañas que tal vez me llegan a inspirar un poco a mejorar y ser un poco mejor de lo que fui ayer-
Sonreí mientras me sentaba en el piso a su lado, tranquilamente, ella parecía seguir pensativa, aunque no la culpo incluso una parte de mí mismo no se podía simplemente creer las palabras que había dicho, no significaba que fueran mentira, simplemente no podía comprender como de alguna manera solo a su lado me obligaba a ser mejor.
-eres irritante a veces, pero cuando más se te necesita siempre estás en el sitio indicado-
Sara sonrió mientras se mantenía tranquila, la música del concierto se empezó a escuchar, el primer participante empezaba a hacer su demostración, la armonio y practicas se podía escuchar desde la distancia que estábamos, de espaldas al espectáculo, de espaldas al artista, como espectadores invisibles. Esa sensación de tranquilidad me lograba invadir con demasiada satisfacción, no ser observado a la vez que estar presente en todo, esa era tal vez la meta que buscaba en la vida, pasar desapercibido, o eso era lo que creía más adecuado para alguien como yo.
-sabes, hay profesionistas entre el público, este grupo de música fue formado especialmente para ayudarnos a poder demostrar nuestro potencial y si algún maestro se interesa en nosotros, bueno sería una oportunidad única, que no se puede perder-
-supongo que esa es la razón por la que estas tan preocupada, pero solo piénsalo, has practicado no solo lo suficiente si no más de lo que tú crees, vives entre la música, seguramente alguien se dará cuenta de ese potencial y si no son unos idiotas sin buen gusto-
Sonríe mientras la veía, la sensación de tranquilidad cambiaba a otras que no podía describir, los guitarristas eran buenos, en realidad muy buenos, podía notarlo solo con escucharlo, pero Sara se mostraba más tranquila, un poco más confiada, solo pude sonreír divertido por la escena, yo ¿dando consejos para seguir un sueño? Parecía estúpido pero tal vez era mejor en eso de lo que quería admitir.
-por cierto y ¿ese casco?-
Señalo el casco de motociclista que sostenía en mi mano tranquilamente, con una mirada de curiosidad e interés.
-no sé qué pasó pero la parada de autobuses no parecería que llegaría el transporte, así que busque otras medidas-
-bueno supongo que Esteban o su familia tienen una motocicleta-
-en realidad es mía, bueno eso dijo mi madre hace tiempo, tengo licencia pero no suelo usarla, prefiero el transporte público, aunque no siempre es posible, ya sabes no me perdería para nada tu gran espectáculo-
Sara suspiro con cierta comedia, lo podía ver en su rostro, esa comedia de que en realidad fuera mi motocicleta y verme a mí en ella tal vez fuera cómica esa imagen, pero no mentía. No me perdería por nada aquel espectáculo que esperaba.
-solo por esta ocasión no te diré nada, solo escuchemos la música-
Ambos guardamos silencio mientras escuchábamos la música que se producía sin poder ver a aquellos músicos en realidad, pero no significaba que no se pudiera disfrutar su música, no supe cuánto tiempo había pasado y no me importaba mientras pudiera mantener ese momento con Sara. La única forma que supe que el tiempo paso fue cuando ella tuvo que levantándose solo agarrando su instrumento, no necesitaba las partituras aunque estuvieran a su lado, sabía de memoria todo lo que tocaría, me sonrió y empezó a caminar.
-rómpete una pierna-
Ella rió, por mi parte me levante y estire, para tener una sensación de que algo estaba mal, no entendía de donde venía aquella sensación pero se mantenía presente y en ese momento me percate que no había visto a alguien.
-maldición-
Empecé a buscar a aquella persona por todos lados sin resultado alguno, Daniel no estaba, no entendí como no me percate, Sara ya había empezado a tocar y solo sabía que no tenía idea que su pareja en la última pieza no estaba, solo pude pensar en una persona para solucionarlo.