Cuerpos congelados, corazones sin vida y muertes injustas. El olor amoniaco y limpiador cubrían el gélido olor a muerte que invadía aquel lugar.
Había despertado llena de entusiasmo, y felicidad, hoy es mi primer día de trabajo sola, sin supervisión alguna, solo será por tres días, sin embargo, ese lindo sentimiento de felicidad se borró cuando supe que solo teníamos un cadáver, el mismo que no tenía alguien que lo buscará, había leído un par de veces su expediente; el chisme diría Alex. Lo más emocionante que había pasado en los últimos días, no era más que un chico desaparecido, la fiscalía lo buscaba, no había rastro de él desde hace 3 días de su desaparición, había visto a Evander un par de veces, muchos decían que estaba muerto, otros simplemente se pasaban inventando historias que nunca en la vida podrían ser ciertas, como que lo raptaron los extraterrestres.
—Isla—se anunció con emoción la morena, dejando ver algunas mechas de color rosa que salían como no queriendo del gorro quirúrgico—. Acaba de llegar la fiscalía a entregar un cuerpo...—hizo una pausa, y ensanchó una sonrisa pícara—. Tu primer cliente.
Sonreí y negué con la cabeza:
—Deja de llamarlos así—la reprendí esperando que realmente entendiera—. Son chicos muertos, no personas que vienen a comprar comida.
Alex asintió, rodando los ojos y se encorvo de hombros.
—Es Evander, el chico que buscaba la fiscalía—comentó para informarme y termina por marcharse, por alguna extraña razón sentía pena por la muerte de aquel chico. Respiré hondo más de una vez, para calmar mis nervios, me preparé y puse todo en orden.
Después de recibir al chico, firmar e interrogar lo poco que mi cerebro articulaba, los rescatistas se marcharon dejándome sola con el frío cuerpo sin vida. Había visto a papá hacer esto muchas veces, pero, era una locura que me dejara sola en esto. El cuerpo de Evander ya se encontraba en la fría plancha para examinarlo, aunque antes de empezar quería que alguien estuviera conmigo, por una extraña razón tenía un sentimiento de ser observada. Normalmente no podía estar nadie más que el médico y su colega, pero en este caso yo no era médico y se podría decir que Alex era mi colega.
El expediente era escaso, decidí leerlo en lo que Alex llegaba de hacer lo que sea que estuviera haciendo, pero, eso solo aumento mis nervios, no estaba completo, escasamente llevaba los datos básicos que todo el pueblo sabía.
Nombre: Evander Hudson.
Masculino de 22 años de edad, estudiante, desaparecido hace 3 días, se encuentra cuerpo sin signos vitales, con herida de arma punzo cortante en el hipocondrio derecho, sin estado de putrefacción, se procede a llevarlo atención post mortem. Muerto aproximadamente hace 2 días.
Y era todo, no venía el nombre de sus padres, familiares, datos que pudieran ayudar, simplemente era eso, raro y escaso, aunque no era algo que nos interesara, sin embargo, había algo anormal en todo esto. Alex llegó lista para empezar. Antes de tocar el cuerpo de Evander, lo observamos un rato y después alternamos miradas entre el cuerpo y nosotras.
—No tiene estado de putrefacción, pero está igual de frío que cualquier muerto—comentó con elocuencia Alex, quién apenas se le entendió por el cubre bocas.
—No creo que haya muerto hace 2 días como todos creen—respondo, mientras Alex se lo piensa.
—¿Cómo explicas que no huela mal? —interroga, y aunque no puedo ver con exactitud su rostro apuesto que está sonriendo.
Me mantengo en silencio, tiene razón, no pudieron matarlo horas atrás porque su cuerpo, su apariencia no es la misma. Abro los ojos tan grandes me son permitidos, al notar que no tiene moscas, ni estado de putrefacción porque lo mataron en la noche. Pero, había algo más, no había fenómenos cadavéricos.
—Murió en la noche... Hace frío, por lo cual ningún insecto anduvo merodeando el cuerpo— concluyó.
—Lo mataron, antes torturándolo— respondemos en coro al ver las marcas en las manos del chico.
¿Qué escondía el caso de Evander Hudson? Un chico tan joven, lindo para ser asesinado de esa manera. ¿Quién había sido capaz de matar a una persona? No éramos detectives o algo así, nuestro deber era averiguar la causa de muerte, pero, con datos así y una muerte tan extraña, era casi imposible no sentir curiosidad sobre algo tan enigmático como lo era Evander, bueno, como lo era su caso.
—Si lo mataron anoche, lo tuvieron secuestrado por un par de días— argumente según lo visto.
—Probablemente no querían matarlo sin que sufriera...— Alex hizo una pausa —. ¡Oh no querían que lo encontrarán por el olor!
Entendí el punto.
—Por lo que esperaron la noche para asesinarlo, en el día el olor llegaría a despertar sospechas.
—Querían que pareciera una desaparición, lamentablemente alguien lo encontró y el plan se cayó.
Posteriormente de examinar al chico, descubrimos que el chico había muerto por la herida en el abdomen, la bala lo hizo desangrarse, aunque había algo muy extraño, si no nos equivocamos sufrió un par de crisis asmáticas que fueron calmadas por medicamento, que encontramos en sus vías aéreas. Tenía rastros de benzodiacepinas en el torrente sanguíneo, con cada causa de muerte más; mi corazón latía más rápido.
— ¿Crees que haya sufrido? — pregunté casi en un susurro.
Alex no respondió, solo observó el suelo.
—Espero que no—soltó finalmente.
Quería saber hasta el fondo que fue lo que pasó, por primera vez en mi vida, tuve la necesidad de buscar más allá de mis deberes, quería saber quién era en realidad Evander antes de morir, quería saber quién fue capaz de matar a un ser humano, mirar a los ojos a ese asesino y preguntarle los motivos, todos conocían al joven y nadie lo odiaba, al menos no abiertamente. No capte en que Alex estaba al borde de las lágrimas.
—Ahora regreso, esto es muy triste, iré por café—respondió marchándose.