El Asesinato De Evander

¿QUIÉN ERES?

Los ojos de Evander recorrieron rápidamente el lugar, me encontraba con los nervios a flor de piel, después de hacer el recorrido visual; me observo fijamente y termino asintiendo con la cabeza en una señal de que era hora de adentrarnos a lo que fuera su habitación. Era una habitación ostentosa, después de todo eran una de las familias más ricas del pueblo.

Evander sacó un sobre con lo que parecía ser dinero, y un pequeño papel el cual estaba manchado de sangre.

—¿Qué es eso?  —ver las manchas de sangre, aunque ya estaban secas me causo repulsión, podía vomitar.

—¿Qué hacen aquí? —la voz femenina de una mujer elegante nos hizo saltar.

—Mamá...De Evander, estábamos despidiéndonos de su hijo—me dio mucha risa ver la reacción del moreno.

—Salgan de aquí, inmediatamente.

La señora Hudson dio vuelta en sus elegantes tacones, sus ojos se veían hinchados de llorar, sabía con exactitud lo que es perder a alguien, que tu pecho duela tanto que sientes que va reventar, que las lágrimas no paren. Cuando giré a ver a Evander tenía los ojos cristalizados.

—¿Me das un abrazo? —la voz de Evander se estaba quebrando, y las lágrimas amenazaban con salir, no dije nada solo lo abracé, mientras él se aferraba fuertemente.

En ese preciso momento supe que quería protegerlo, cuidarlo para que nada malo le pasará. Nos separamos cuando escuchamos un disparo que nos alarmó un poco.

En Norwalk es una tradición disparar anunciando que el cuerpo de la víctima será enterrado, ya en el entierro se disparan 3 veces, dando camino hacia el otro lado al cadáver. Los tres disparos son las tres llaves al puente de la vida y la muerte. Habíamos decidido quedarnos mientras todos iban al entierro, mientras Alexa se encargaba de estudiar a todo aquel que se presentará en el entierro, después de todo el asesino siempre vuelve al lugar del crimen.

Tenía la clara sensación de ser arrastrada a algo interminable, lo que no tenía claro era mis ganas de continuar. Habíamos registrado toda la casa, no encontramos nada que nos diera indicios de algo sustentable para partir a una investigación o alguna hipótesis. Y no era que fuéramos detectives, era el simple hecho de querer averiguar el asesinato de Evander. La nota que había recibido el moreno, solo decía "Estoy atrás de ti".

Evander se encontraba empacando cosas de sobrevivencia según había dicho. La ropa que solía utilizar ni de broma le entraba, el cuerpo de Liam era más de todo, más altura, y tenía un cuerpo bien trabajado. Evander era lindo y tenía buen cuerpo, pero este lo supera. Miré por la ventanilla que conducía al jardín, era una vista hermosa, altos árboles rebosaban, una pequeña ardilla corría en círculos saltando de un árbol a otro.

—¿Crees que Olivia estuvo enamorada de mí? —preguntó de la nada, haciendo que girará a mirarlo.

Su porte parecía que no le importaba en lo absoluto, pero, era claro que le dolía el alma.

—Creo que sí. Pero, el amor se acaba, nada dura para siempre.

—Yo creo que amor no acaba, y que algunas cosas son para siempre—avaló como si mi comentario lo hiriera.

—No conozco ningún caso, en el que el amor dure toda la vida—recalque mi punto.

Evander me sonrió con ternura, como si mi comentario fuera dulce y para nada arduo.

—¿Tus papás...? — alargó la pregunta.

Mi celular sonó con un mensaje de Alex, salvándome de la extraña e incómoda pregunta, mamá nos abandonó cuando éramos pequeños, así que no creía que el amor durará para siempre. Cualquiera que fuera el amor, nunca duraba.

Alexa: Estoy en el funeral, hay un chico que nunca he visto ¿Tengo que preocuparme?

Tuve que responder con un: Toma fotos.

Después de recoger lo necesario, terminamos por salir de la habitación, bajando las escaleras, el timbre de la mansión, comenzó a sonar. Me quedé helada, hasta mi respiración se volvió más calma, motivo por el cual el chico que venía tras de mí, comenzó a burlarse. Hasta que después de un par de sonidos más, un sobre color blanco fue depositado bajo la puerta. Lo tomé para dárselo a Evander, pero cuando giré en su dirección, había desaparecido. Con el sobre en mano di zancadas para llegar al auto, molesta por su tonta broma. Abrí el sobre y leí el contenido: 
— Tic, tac. Tic, tac-E.

Eran solo cuatro palabras, que no tenían ningún sentido lógico, llevaba el número 1 en la parte inferior de la tarjeta. Entonces lo comprendí, esto no era una nota común, era una amenaza hacia la familia de Evander.

—Evander—murmuré—, ven aquí.

El moreno con velocidad llegó a mí, la divertida sonrisa se le fue, palideció recargando su cuerpo en el auto, cerró los ojos con fuerza, hubo una pausa momentánea y después un quejido ahogado. Una expresión distinta en el rostro me tranquilizó un poco, llevándome a una curiosidad nerviosa. Lo tome de la mano y llegamos al auto aparcado frente a la mansión.

Comencé a sentirme observada, la llegada del pánico asechaba los aires de aquel lugar. Giré en todas las direcciones posibles observando cada detalle con cautela, sentía que alguien observaba cada minúsculo detalle que hacíamos.

—Sube al auto—murmuró Evander, ya con la puerta abierta.

Pegué un salto hacia el auto, y Evander arrancó de prisa, las manos me temblaban, odiaba el sentimiento que me ocasionaba todo esto. A decir verdad, me llenaba de rabia la forma en que las personas cazan a otras personas, como si fueran animales. Él conducía por el sendero que llevaba a casa, habíamos pasado el viejo letrero que anunciaba la llegada a casa y el sentir del miedo asechando en los aires me alarmaba ocasionalmente.

—¿Qué fue eso? —gesticulé haciendo referencia a absolutamente todo lo que había ocurrido.

—No lo sé, pero también lo sentiste.

Hizo una pausa, pensando en lo ocurrido y soltó de la nada:

—Recordé algo, en realidad fue más como un sonido, momentos previos a mi muerte escuchaba un reloj, una respiración y el sonido ambiguo del tiempo. No podía hablar, tampoco moverme, pero tenía mucho miedo. Y el sonido nunca se detenía.




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