El Asesinato De Evander

INCLUSO SI TENGO QUE MENTIR

Permanecí inmóvil, sin decir nada. Sin duda, debí ponerme muy pálida, cada vez que me topaba con Adam existía una sensación que me helaba hasta el tuétano. El corazón latía más rápido y la muerte de Asher se repetía en mi mente dejándome un dolor de cabeza. Pasaron unos segundos antes de que pudiera reunir coraje suficiente para invitarlo a pasar.

―Ha pasado un poco, desde la última vez que te vi―dije finalmente, observándome con esos ojos cafés que penetraban hasta ver tu más oscuro secreto.

―Y tengo la leve sospecha de que nos veremos a menudo—respondió con la manera intrigante que lo distinguía.

—¿Por qué nos veríamos? —pregunté.

―Dímelo tú, Isla Kerr―sugirió―. ¿Qué hacías con Liam Kein saliendo de la morgue?

Tres años atrás cuando nos enteramos de la muerte de Asher, y todos hablaban del fenómeno, la única persona que parecía importarle la situación era Adam, recién se había graduado en ello, pero era realmente bueno. Pero justo ahora, me intimidaba.

―Adelante―abrí la puerta de par en par.

Adam asintió y se adentró a la casa, los nervios me revolvían el estómago, me flaquearon las rodillas y por un segundo tan pequeño como un parpadeo tuve la ligera idea de decirle que se marchara. Evander y Alexa nos observaban expectantes, listos para seguir cualquier estupidez que alguno mencionara, el moreno tomo asiento frente a nosotros, al parecer la presencia de quien él creía era Liam en la sala de estar no pareció sorprenderle en lo más mínimo.

—¿Cuál es la historia? ―cuestionó inclinándose un poco, como si tuviéramos un acuerdo de confidencialidad. Los tres tuvimos que parpadear para mirarlo fijamente.

—¿Qué historia? ―preguntamos en coro.

Adam nos dio una mirada llena de intriga que al menos a mí, me lleno de inquietud.

―Vamos a hacer esto más sencillo, justo ahora estoy de vacaciones, por lo que soy un civil más; no me mientan, quiero saber cómo fue que él―hizo un asentimiento de cabeza en dirección a Evander―, regreso de la vida, y los acontecimientos relacionados a eso.

Lamentablemente subestimamos la coeficiencia intelectual del chico, era tan inteligente como nosotros, pero más astuto. Intercambiamos miradas cómplices que iban de la mano con un desasosiego, normalmente en particular las películas de misterio el primer error que cometen es no decirle nada a la policía y ya que Adam estaba asociada a algo parecido, pero, aun mejor lo razonable y coherente seria comentarle el caso. Quizás ayudaba de algo tener de nuestro lado a un investigador.

—¿Por qué quieres saber? ―añadí encarándolo.

―Por esto―, abanico el sobre y después lo extendió para que lo tomara.

―Pues como sabes morí, me asesinaron, por alguna gracia divina regresé en el cuerpo de Liam Kein...―tuvo que parar porque Adam tenía el rostro lleno de confusión.

― ¿Cuál cuerpo? No entiendo.

―Es Evander Hudson, el chico que vive en la mansión, en el ala A―respondió ayudando a la situación la morena, Adam pareció anonadado, a decir verdad, no sabía porque estábamos siendo sinceros.

―Hemos buscado indicios que nos lleve algo sólido, nada ha tenido sentido, pero... hoy, recibimos dos iguales a este― señale el sobre―. Según nuestros escasos conocimientos sobre investigación criminal; creemos que el asesino cuida a sus víctimas, aunque solo ha sido Evander, y cuando están seguras las mata.

Alexa extendió su celular, había sido idea suya tomar foto al expediente de Evander, y yo me encargue de proporcionarle los dos sobres, excluyendo obviamente el suyo. Mientras todos estábamos por un comentario de Adam, me atreví a abrir el sobre cuyo contenido encajaba perfectamente con los primeros sobres, pero su contenido carecía de sentido. Como de costumbre hasta el momento, el numero 2 estaba en la parte inferior de la cartilla de papel, pero la frase no tenía sentido en lo absoluto, solo llevaba escrito una frase: " El tiempo vale tanto como el corazón del pueblo". Alex y Evander se hallaban junto a mí.

―Mierda―mascullo Evander―. Ya sé a qué se refiere, va por Charlotte Taylor.

Adam se incorporó rápidamente, tomo los tres sobres, todo fue tan rápido y mágico, era como si con el simple hecho de mirarnos fijamente entendiéramos lo que queríamos decir, tal vez era otro tipo de lenguaje. Aunque, a decir verdad, no entendía lo de la señora Taylor. Subimos rápidamente al auto de Adam, quien manejo como rayo, todos nos manteníamos en silencio, eso hasta que pasamos junto al letrero viejo en la entrada del ala A, el cual era viejo y frágil, pero en esos momentos parecía nuevo, no se mecía con el viento y ahora tenía una cita bíblica con el mensaje de E, besos:

Bienaventurados los que tienen hambre y sed justicia, porque ellos serán saciados. (Mateo 5:6)

Pero no nos detuvimos, solo seguimos por el bienestar de la pobre señora Taylor.

—¿Cómo te diste cuenta que el corazón del pueblo era ella? ―preguntó Alexa, quien aún no creía el acontecimiento.

Norwalk se divide en tres alas, de las cuales el asesino solo ataca el ala A, hasta donde tenemos conocimiento. Al llegar a la calle de la señora Taylor, escuchamos un crujido de algo estallar, pero no se escuchó ningún disparo. Adam dejo el auto botado a media calle, bajamos de un brinco y corrimos tanto nos fue posible, después el grito desgarrador de la anciana. Evander empujo la puerta que se encontraba entre abierta. Adam desenfundo el arma que no sabía que tenía y nos adentramos a la casa. Los pisos estaban relucientes, la casa vacía y no existía ninguna prueba de lucha o si quiera de sangre. Los chicos se quejaron por lo bajo, aunque Adam no era detective, sino un criminólogo con estudios de analística, trabajaba casos así.

―Observen esto―Adam señalo la pequeña mesa con un gran florero, en la que había un diminuto polvo grisáceo―. Es pólvora, el asesino utilizo un silenciador, lo que no me explico es la rapidez en la que ejecuto su crimen.




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