El Asesinato De Evander

QUÉDATE CERCA.

Las manos me temblaban, y mi mente era un vaivén sobre las ideas posibles en que el asesino podía volver atacar, la fiscalía hacia su trabajo, pero no tenían demasiadas pistas, no como nosotros, incluso el pensar en estar implicada en esto mi corazón se estrujaba, y el vago recuerdo de la muerte de Asher dañaba mis sentidos. No teníamos mucha información, ni la idea de por qué comete sus crímenes, incluso si nos esforzábamos nada coincidía. Habían pasado aproximadamente unos minutos desde que recibimos el sobre y los chicos habían pasado buscando el significado de las coordenadas.

—¡Lo tengo! —Adam pegó un brinco de felicidad—es en el ala A, avenida principal, número 23.

—Tenemos que irnos ya—Evander se levantó de golpe, estaba decidido sin duda alguna a enfrentar a quién le había arrancado la vida.

Pensar en salir en la noche a buscar al asesino no era de mis cosas favoritas, pero al menos teníamos a Adam quien llevaba un arma con él. Papá no nos dejaría salir de casa, así que la única opción era bajar por el árbol.

—No podemos ir por la puerta principal—informé, Alexa y yo en nuestra infancia bajábamos por el árbol cuando me castigaban—, tenemos que salir por la ventana.

Todos parecían confundidos, pero nadie se atrevió a preguntar algo, salimos en silencio por la ventana, la rama del árbol nos recibía sin ningún problema.

—¿Estás segura qué esto aguantará el peso? —el moreno no parecía muy convencido, pero Alexa ya se encontraba abajo en nuestra espera.

—No lo sé, solo baja—Evander se aventó con los ojos cerrados.

De esas formas todos bajamos, nos temblaban las piernas y la ansiedad de encontrar al asesino había crecido.

—Creo que deberíamos ir caminando, si vamos en automóvil será muy obvio—Alexa habló esta vez.

—Lo he pensado mucho, el asesino lleva a todas sus víctimas al bosque, lo que quiere decir que este lugar tiene un significado para él—Evander tenía una idea muy precisa sobre lo que decía, pero pensar en el bosque me llenaba de escalofríos.

—Vamos a buscar la dirección, estoy seguro que esto es una pista más de otro homicidio—Adam caminaba más rápido que todos los demás, ya habíamos llegado a la avenida principal, solo faltaba encontrar el número 23—después iremos al bosque.

Una casa blanca con cortinas rojas nos recibió, la puerta y ventanas se encontraban cerradas, no había indicios de que un crimen sucediera, aunque me parecía familiar el hogar.

—Aquí vive el mejor amigo de tu hermano, Isla—las palabras de Adam me golpearon, Emanuel vivía en esa casa, se había cambiado después de la muerte de Asher, recordaba a mi hermano jugando con él, la sonrisa inocente en sus rostros y la vaga felicidad que aún quedaba en mí.

Emanuel había cortado cualquier lazo con mi familia desde que Ash se fue, jamás volvió y de alguna manera era reconfortante para mí no verlo, caminamos hasta llegar a la puerta, un estruendo nos hizo correr de nuevo, un disparo, esta vez había sido ruidoso y escalofriante.

Emanuel abrió la puerta con rapidez, verlo de pie me tranquilizo, hasta que seguí su mano, el disparo le había atravesado algún punto del vientre, la sangre brotaba deliberadamente, Adam lo tomo en el aire antes de que se desplomara, la idea de que Emanuel fuera la siguiente víctima del asesino me nublo la vista, me vi reflejada en Asher y la impotencia de no poder salvar su vida.

—Vayan a registrar la casa, me quedaré con él—los anime para que fueran, Alexa ya había llamado a una ambulancia y se había ido con los chicos, probablemente de la impresión el chico se desmayó, mis manos estaban llenas de sangre por hacer presión en su herida. Sentí un golpe en la cabeza, un fuerte dolor y después todo fue oscuro, la ligera impresión de ser arrastrada cruzaba por mi mente.

Desperté en un cubículo con una cortina azul y el continuo ruido de una lluvia que golpeaba el exterior, el dolor asaz en mi cabeza la hacía palpitar, estaba un poco confundida, los pasos de alguien me indicaban que alguien se acercaba, Evander apareció con un rostro de alivio al verme despierta y después los chicos entraron.

—Por Dios, Isla, me diste un susto de muerte—Alexa tomo mi mano, lo recordé.

—¿Dónde está Emanuel? —mis palabras retumbaron en mi débil cabeza.

—Él no está, tú también desapareciste, cuando bajamos no estaban, el hospital llamo a mi celular, corrimos aquí en cuanto lo supimos—Alexa estaba al borde de las lágrimas, lo que decía Alex era confuso, si el asesino se llevó a Emanuel, tuvo que traerme él, no tenía sentido.

—¿Estás diciendo que él me trajo aquí?

—No lo sabemos con exactitud, pero el medico dijo que te trajo un tal Evander—Evander respondió a mi pregunta—. Claramente no fui yo.

¿Por qué me traería al hospital? No tenía ningún sentido, incluso si ya tenía a la víctima.

—Por cierto, vamos avisarle a tu papá—Adam comento eso más en pregunta.

—No, él terminara de matarme si sabe que salimos con un asesino suelto.

Adam asintió. Alexa y el salieron del cubículo mientras hacían trámites para ir a casa, Evander me observaba fijamente, observe un brillo inusual en sus grises ojos.

—Tenía mucho miedo—declaró con suavidad.

—¿Por qué?

—El pensar en que no volvería a verte me aterró, de ahora en adelante quédate cerca, yo cuidare de ti—parpadeé dos veces antes de que una sonrisa se escapara de mi rostro.

—De ahora en adelante estaré cerca—respondí.

Alexa llegó con una enfermera que retiró la venoclisis de mi brazo, llevaba una venda en la cabeza y con cada paso que daba me palpitaba al punto de estallar, los analgésicos iban haciendo efecto. Adam había ido a buscar su auto, pasaban de las doce de la noche. La casa se encontraba apagada, supuse que papá estaba dormido. Entramos por la puerta principal sin hacer ruido y me dispuse a subir las escaleras, los chicos se iban a quedar a dormir por si algo más pasaba.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.