Estaba consiente cuando salí por la entrada de la cabaña, solo podía centrarme en los ruidos, mi mente estaba confusa y me sentía desorientada, cuando abrió una puerta vi los cuerpos de quiénes fueron muertos por sus manos. Las personas que no sabían que eran víctimas, el olor putrefacto se intensifico, quería vomitar, pero estaba muy débil para hacerlo, no sabía si estaba muriendo o era un efecto de la sustancia. Abría mi boca para gritar, pero era inútil, incluso quise tomar el paralizador eléctrico, pero mi mano simplemente rozó mi bolsa delantera, estaba tan cansada que me costaba respirar.
La persona encapuchada me tomó en sus brazos, el aroma que desprendía su cuerpo era una mezcla de hierbas secas y alcohol dulce, quería gritarle que me soltara, que iba a detenerlo, pero no pude, me dejo sobre una superficie blanda; mi cuerpo descansó al contacto inmediato. Acarició mi cabello con suavidad, su frío contacto era extraño, llevaba guantes de un color azul intenso.
Los conocía, los había visto en alguien.
Un disparo resonó por el lugar, mi corazón se estrujo ante el sonido, solo pedía que Evander y Hyo Min estuvieran bien. Después otro disparo, pero esta vez el sonido había reventado algo, un cristal se quebró en pedazos, solo quería levantarme e ir a pelear, la puerta se abrió de par en par dejando ver a una mujer, no podía ver su rostro, pero su voz era familiar a mis oídos, su mano estaba aferrada a su vientre el cual sangraba exageradamente y algunos quejidos salían de su boca.
—Está...Está muerto, como pediste—siseó con dolor, oí sus dientes castañar. La persona que estaba a mi lado caminó hacia ella, la mujer confiaba en él porque dio un paso a su cercanía, antes de que ella pudiera retroceder este invistió una daga en el mismo lugar donde estaba la herida que se obligaba a tapar.
Sus ojos giraron a verme, la sangre brotó de su boca y la herida por la daga se convirtió en una hemorragia que la simple presión que hacia su mano era inservible. Me obligue a cerrar los ojos con fuerza, no quería verla. Incluso con los ojos de esa forma aun podía ver en mi mente a la mujer cayendo, sus risos rebosantes, y sus palabras duras.
Escuché los pasos firmes acercándose a mí, apreté mis ojos aún más, acarició mi cuerpo con su esquelética mano, beso mi cabeza con delicadeza, colocó la daga con la que había envestido a la morena en mi mano derecha y terminó por salir. No abrí mis ojos hasta que estuve segura que se había marchado. Si estaba despierta, pero apenas y podía mover un musculo, tendría que haber sido una sustancia neurotóxica. Escuche como la morena agonizaba, reuní todas mis fuerzas para mover mi mano y que la daga se soltara. Incluso con estos sucesos, mi vista era nubosa, me preguntaba por el paradero de Olivia. La nubosidad en mi mente se convirtió en una abrumante oscuridad, me robó la vista por unos segundos, pero junto a eso el adormecimiento de mi cuerpo fue desapareciendo lentamente, un par de minutos después mis ojos recuperaron la vista, intenté pararme, pero fue inútil y caí.
El cuerpo del agente Causey estaba inerte en el suelo, había tomado un tono pálido, sus ojos estaban fijos en el mohoso techo, su mano estaba sobre la herida que había acabo con su vida, una punzada en mi pecho apareció en cuanto la vi, un extraño sentimiento albergaba en mí y solo podía pensar en la seguridad de los chicos. Como pude me arrastré hacia la entrada, así fue hasta que llegué a la primera ala.
El tiempo se detuvo, necesitaba salir de ahí, el aire comenzó a faltar en mis pulmones, mi corazón dejó de latir rápido, simplemente me detuve, el miedo corría en todo mi cuerpo, pero esta vez fue diferente, como si estuviera perdiendo la felicidad. El silencio y mi tristeza se mezclaron haciéndome reaccionar.
Hyo Min sostenía con fuerza el vientre de Evander, el castaño estaba recargado en un viejo sofá, el asiático decía algo que no podía comprender, pero Evan asentía a sus palabras, me arrastré hacia ellos, mis lágrimas ya caían sobre mi rostro. Sonrió.
—Estaba volviéndome loco por no verte—dijo, un quejido gutural salió junto a esa frase. No fui capaz de decir nada, las lágrimas no dejaban de caer, mi cuerpo temblaba a causa del miedo.
—Tenemos que salir de aquí—pronunció con detenimiento, el asiático sorbió—. A partir de este momento estamos solos y Evander se está desangrando.
Asentí. Sequé mis lágrimas con rudeza y tragué saliva. Tenía que mantener la calma si quería que Evander estuviera bien. El castaño me observo fijamente y ladeo sus labios en un intento de sonrisa, fue lenta y cansada.
Mis piernas aún estaban débiles, no podía salir cargando a alguien.
—¿Puedes cargarlo? —cuestione, Evander comenzaba a cerrar los ojos a causa de la pérdida de sangre.
—Ev, escúchame—toqué sus mejillas, el corazón se me estrujó, nunca antes había sentido tanto miedo, no lo sentí cuando perdí a Asher, esto era incluso tres veces peor—. Solo escucha mi voz, no te atrevas a cerrar los ojos.
—¿Te encanto tanto? Que incluso ruegas para que te escuche—soltó con torpeza, las palabras salieron arrastrando la lengua—¿Puedes oír mi corazón? Se detiene y acelera por ti.
En ese preciso momento supe que quería cuidar a Evander, lo protegería hasta el final. Se aferraba a mí, la bala no había dañado ningún órgano, sin embargo, la sangre se disponía a salir del cuerpo a como diera lugar.
Un estruendo resonó por el lugar, nos hizo girar a todos lados, el techo crujió sobre nosotros.
—Tenemos que salir ya—informó Hyo Min, tomado a Evander sobre sus hombros, con todas mis fuerzas me levante en pie.
«Si no quieres morir es mejor que camines» me dije mentalmente, incluso hablaba conmigo en una situación así.
***
La luz nos recibió, el aire frío golpeó nuestras caras descubiertas. Un auto color negro se estacionó a unos metros de distancia de nosotros. Una señora rubia de ojos color marrón claro, cautivador, nos observó de arriba abajo, camino con rapidez, pero también elegancia hacia nosotros. Vi a Evander tensarse a su acercamiento, la había visto infinidad de veces en el pueblo.