79 horas antes.
EVANDER.
La espera me carcomía, no era algo que me destacara, esperar me ponía ansioso. La herida en mi abdomen ardía amenazando con abrirse en cualquier momento, habíamos llegado a la mansión hacía un par de minutos.
Hyo Min había mandado mensaje de que acababan de salir, "la policía acababa de llegar", el plan tenía que salir a la perfección.
De esa forma Isla no sufriría, no lloraría ni estaría inmersa en el dolor cuando me fuera.
Suprimir su mente era la forma más inteligente de hacerlo, olvidaría solo lo relacionado con el asesino y esas estúpidas notas que la ataban a mí. Hyo Min entró al refugió cabreado.
—Esos estúpidos me dispararon en el hombro—bufó—se supone que solo fingirían. Murmuró cosas en coreano con los puños cerrados y el entrecejo fruncido.
—Tú les dijiste hazlo real, ellos solo cumplen ordenes—levanté las manos con una sonrisa fruncida.
—¿Ya pensaste qué pasara cuándo no funcione? —la pregunta de Hyo Min me tomó por sorpresa, había una posibilidad casi nula de que el plan fallara.
—Me matarás—dije haciendo que el asiático pegara una carcajada, pero al ver que yo no reía se mantuvo en silencio con una expresión cómica.
—No lo haré—respondió tajante.
—Ya hablé con mamá, está de acuerdo—expliqué—, si no funciona, me mataras, de esa forma el asesino no podrá hacerle daño, dejarás mi cuerpo en mi cuarto y volveré.
Su mirada oscura era completa de negación, pero estaba seguro de que él lo haría. Levanté mi camisa mostrando la parte de la herida, mi abdomen se tornaba opaco y una mancha casi necrótica posaba alrededor donde había sido sacada la bala.
Dio la impresión de que la vista le desagradaba, la mandíbula apretada y su mirada fija en el suelo.
Él sabía que significaba.
—El cuerpo de Liam está regresando a la muerte—murmuró, sonreí inconscientemente por la ironía del destino.
—Mi tiempo en este cuerpo está acabando.
Lo que me dijo tras eso, detuvo mi tiempo, fue segador por un momento, porque tenía razón:
—¿Y si no puedes volver?
—Yo no sé quién es el asesino, tendré que volver para enfrentarme a él, lo intentaré hasta que funcioné—la puerta se abrió con los uniformados que contraté e Isla en sus brazos.
Por ella haría todo.
Después de la supresión mental, la llevamos al pie de la comisaria de Norwalk y ahí solo se dedicaría a olvidar.
Y si Isla Kerr regresaba a mí, arreglaría todo para que ella estuviera bien, haría que mi muerte valiera cada maldito segundo, así me quedaría hasta el final.
Le daría la verdad a Hyo Min para que no dudará en acabar conmigo, aunque quizás un poco alterada.
ISLA.
Mi vestido celeste estaba cubierto de manchas de sangre que ya estaban secas, no quería olvidarlo, tenía mucho miedo, el agua cayendo sobre mí se mezclaba a la perfección con mis lágrimas.
Lo odiaba, iba a buscar al asesino y lo haría pagar.
Haría que sufriera, que experimentara el dolor hasta el alma.
Mi mente solo podía pensar en los recuerdos y momentos que había pasado con Evander, probablemente la mente humana al perder algo se obliga a si misma a recordar hasta el último detalle, supongo que la cosa más atroz para un humano es olvidar.
Olvidar aterrorizaba a cualquiera o al menos a mí. Así pasaron los días, oscuros, llenos de soledad. Cuando se pierde lo que se ama, los días corren sin sentido, tu mente solo crea escenas ridículas donde él regresa, y tu corazón asume que pasara.
Había vuelto a casa con papá, él se había ido a Helltown hace un par de horas. Y no había vuelto a casa de los Hudson, y el estúpido de Hyo Min no me había dado la cara.
—¿No estarás pensando en vengarte? —la voz de Adam me hizo girar, sus ojos marrones evaluaron mi expresión.
—No, claro que no—mentí, una sonrisa se dibujó en mis labios—. ¿Crees que el asesino viva en Norwalk?
—Debe de vivir aquí, incluso debe conocer a cada una de las personas—explicó, se removió en el sofá y suspiró—de esa forma las victimas irían a él, el asesino los conoce a la perfección.
Me estoy volviendo loca.
—Olivia dijo que el asesino lo hacía por venganza—murmuré, hablar de la rubia hacía que mi mente se turbara y la sangre en mis manos me ponían ansiosa—, ¿y si nunca regreso de la muerte?
Adam se levantó del sofá, frotó sus manos entre sí, como si al hacerlo las ideas surgieran de pronto.
—¿Dónde está Hyo Min? —cuestionó, el tono en su voz me dejo más que claro que Adam Firtz tenía más que claras las ideas.
—No lo sé, Adam—respondí con desdén—tal vez fue que le disparó a Evander, pero no es mi persona favorita en este momento.
Por alguna razón no lo odiaba, me dolía que fuese él quién dispara, aun así, no podía culparlo.
—Él sabe más de lo que ha dicho, y el hecho de que oculte cosas limita la captura de ese...—pausó un momento buscando la palabra correcta.
—Maldito demente—completé su frase, escupí la frase con recelo.
Tomé un abrigo negro que llegaba debajo de mis rodillas, la temperatura había decaído exageradamente y por causa de la falta de alimentación, el frío me calaba con mayor rapidez.
Habían pasado alrededor de 5 días desde que Evander se fue, y a mí me gustaba pensar que estaba en la mansión de los Hudson, no quería afrentarme a la realidad, si me mentía era más fácil, menos doloroso.
—Después de todo, ¿quieres que cenemos juntos? —la pregunta de Adam me tomó por sorpresa, había frecuentado mi casa últimamente, lo que me hacía sentir menos sola.
—Está bien—respondí con la mirada puesta en la ventana del auto en movimiento—. Hay algo que no me deja en paz, si Evander era quién enviaba las notas después de que el asesino envío la primera...—esperé un momento porque no era capaz de formular la pregunta.
—¿Quién es el que manda las notas de la A es por Asher? —completó como si pudiese leer mis pensamientos.