• C A P I T U L O D O S •


 

—Suban a las personas con máscaras al carro policial, yo llevaré a Adrián en mi coche, necesito cuestionarlo por sus acciones. En marcha.

Chelsea y Leonore subieron a los criminales atados de manos en el coche, Adrián entro por la fuerza en el automóvil.

—¿Que es lo que pasa contigo? —Cuestiona Dixie.

—Solo hice mi trabajo, nada del otro mundo, había que interrogar a esas personas, no las puedes matar sin haberle sacado información, quizás nos sirva de algo.

—Varias personas asesinan a un anciano, ¿Crees que eso nos ayudará?

—Claro que si, estoy seguro de que el asesino de la marca está detrás de esto. Ellos no nos proporcionarán información buena, como su dirección, como trabajan o en qué se basan para hacer este tipo de atrocidades —el rechista con enfado.— Lo atraparé vivo, ¡Todos juntos!

Dixie solo fijo la mirada en Adrián, eso decía muchas cosas que no podían salir de su boca, eran halagos por tomar este trabajo.

—¡Aquí B2, repito, Aquí B2! —dijo Leonore de tono alarmada.

—¡Habla A2, Habla A2! ¿Dime la situación? —Contesta Dixie mientras fijaba su mirada en el camino.

—Hay avistamientos de automóviles cerca de nuestra posición, hay que tener cuidado, habló B2.

—Gracias por todo, Leonore.

La llamada por radio había terminado después de advertir sobre el posible ataque que recibirían en los próximos minutos.

—Hay que desviar la ruta, en las próximas dos calles, das un giro a la derecha. Haz lo que digo.

—Ahora mismo no estás en posición de darme órdenes, criminal. Yo iré por la ruta que sea más conveniente ir.

—¡Tienes que creerme! Ellos vendrán por nosotros, no quieren a los detenidos  —Adrián replicó con fuerza.

Dixie solo seguía la ruta que ella creía que era la mejor, pero las palabras de Adrián la hicieron dudar de sus desiciones.

—¡B1! Necesito que me informes sobre la situación, ¿En donde se encuentran los coches? —dijo Dixie.

—En dos calles se han visto por última vez, ahora mismo no se en donde se encuentren —informo Chelsea mientras balbucea.

—Hay que llegar a ese destino, y dar la vuelta a la derecha, Dixie. Este plan como lo ideó Adrián es solo una teoría —destaca Leonore.

—¿Que las hace estar tan seguras de esto? —pregunta Dixie.

—Suelta a Adrián, el hablará con Seth, ellos se entienden perfectamente.

Dixie solo tomo aire y dio un fuerte suspiro de preocupación sobre de que pasaría con ellos.

—Si hacen algo malo, yo no me haré cargo de lo que hagamos.

Enseguida, Adrián fue liberado rápidamente después de escuchar la palabras de sus compañeras. Ella tomo el radio que había en el coche y hablo directamente con Seth.

—¿Que ha pasado inspectora?

—Nada nuevo Seth. Adrián quiere hablar contigo.

—¿Adrián? —pregunta Seth.

—Si, el nuevo oficial.

—¡Ah! Ese Adrián, yo lo conozco por White, hablen de el conmigo por su apellido.

El solo sujeto la radio con furia al escuchar la voz del analista, Seth.

—Habla Adrián, dime, ¿Es seguro llegar al destino que tenemos planeado?

—¡Hola! Lamentablemente no, en unos minutos los coches estarán con ustedes, es mejor que se apresuren, tienen tiempo suficiente.

—Bien, nos vemos luego ¡Hora de irnos!

Los oficiales salieron de su escondite y fueron capaces de manejar con gran velocidad, pero no fue suficiente, fueron vistos por aquellas personas.

—¡Habla A2, Habla A2! Han llegado, A1, necesito que hagas una pequeña distracción con el rifle francotirador.

—Perfecto, déjamelo a mí.

Los coches van a una gran velocidad, causaron sospechas entre los demás autos. Dixie maneja con tranquilidad mientras enciende sus sirenas para pasar desapercibida.

—¡Retrocede!— grita Adrián.

—¡No lo haré! Esas personas nos alcanzarán.

—Confía en mi, haré lo posible por dar en un punto débil —Asegura mientras colocaba su ojo de la mira.

—¡No puedo hacerlo, no creo que puedas!

—¡Diablos Dixie, haz eso!

El vehículo enemigo estaba cada vez más cerca, solo la distancia separada era de 2 coches, se podían ver perfectamente uno del otro. Adrián no podía lograr un tiro de esa distancia.

Una de las personas de ese auto, mostró su mano por la ventana, haciendo una seña de el número 3, quitando un dedo cada cierto tiempo, tratándose de una cuenta regresiva.

—¡Dixie! —grita Leonore.

—¡¿Ahora que?!

—Mas problemas, en unos doscientos metros de han dado avistamientos de dos coches más, es mejor que tomes alguna otra ruta, ¡Ahora!

La presión que sufría Dixie era demasiada, cada persona le tenía una orden diferente.

—¿Puedes disparar ahora Adrián?

—No, ellos ahora se retrasaron, no tengo idea sobre el plan que tienen en mente.

—Todo por mi incompetencia, perdoname Adrián— gemía Dixie.

—No pidas perdón, es el peor pecado, de esa forma lo veo yo —enuncia Adrián.

—Bien.

—Lo que me hace dudar, es sobre que tenga entre manos el asesino de la marca. No debe ser nada bueno —asegura Dixie.

—Haremos lo que podamos...

—¡Cuidado! —grita Dixie, interrumpiendo a Adrián.

Este último cae al suelo del automóvil, con sus manos ensangrentadas.

—¿En donde te dispararon?

—Sigue conduciendo, no fue muy grave.

Los relojes empezaron a sonar en tono de llamada.

—¡¿Que pasa?! —contesta Dixie irritada y preocupada.

—¡Nos atacan! El vehículo enemigo está detrás de nosotros, tengo en duda si podamos resistir —dijo Chelsea.

—¡Es ahora o nunca! ¡Tengo que acabar contigo ahora mismo! —asegura Dixie.

Ella solo gira el vehículo bruscamente en dirección contraría y se dirige donde se encontraban sus compañeras. Adrián solo de quejaba en silencio, colocando sus manos en su herida.

—Tardaré un poco en ayudarte, es mi oportunidad de matarlo.

—Te he dicho que no es grave, no es un disparo profundo.

Dixie no aparta la vista de la carretera. Tiene su arma en mano por si alguien intentaba hacer algo. Adrián logra sentarse en el asiento y toma su francotirador.