El Asesino De La Marca

• C A P I T U L O T R E S •

 


—La jefa Marrie les ordena que abandonen la misión, si no lo hacen en estos momentos, todos quedarán despedidos y arrestados tanto por obstruir y alterar el orden público, vengan en este momento.

Adrián solo da una pequeña sonrisa débil.

—Lo siento, pero el trabajo ya está terminado.

El solo recarga su rifle francotirador y lo colocó nuevamente en posición de disparo.

—Perfecto… es mi momento —Adrián replicó cada cierto tiempo.

—No podemos hacer esto, tu mismo escuchaste a Marrie abortar la misión, sinceramente yo también comparto su opinión.

—Yo responderé, si hay algo malo de lo que hay que hacerse responsable ese seré yo.

—¡Maldito seas, tu y tu obsesión con ellos! —Dixie grito mientras tomaba con agresividad el volante de dirección del automóvil.

[…]
 


—¡¿Donde diablos está la unidad 1?! ¿Acaso no dije que se regresarán? —mencionó Marrie irritada.

—Ya hay una unidad especial buscando, debe haber un severo castigo para ellos, no podemos permitir que nos desobedezcan de esta manera tan imprudente.

—Lo se, esto irá directo hacia su expediente policiaco.

—¿Esto no aplica ejecutarlos por desobedecer órdenes? —dijo aquel hombre caminando en círculos.

—Por supuesto que no, esa regla solo aplica en cuestiones donde se ponga en riesgo la integridad y moral de Seguridad Pública.

—Debemos cambiar esa regla.

—Tu aquí solo eres mi asistente, no mi jefe.

El reloj del hombre empezó a sonar repentinamente. Una llamada provenía de el.

—¿Ya conocen su paradero? —enunció mientras prestaba atención a la respuesta.

—Si, los tenemos bajo arresto hasta que escuchemos la versión de los hechos, a un oficial lo encontramos con un rifle francotirador pesado en su posesión.

—Debe ser Adrián —comentó Marrie.

Aquel sujeto y la jefa fijaron sus miradas en un corto tiempo.

—Excelente Unidad Especial, los quiero aquí en 15 minutos, ni un minuto más ni menos —ordenó ese hombre.

[…]
 


Los 4 oficiales de unidad uno estaban atados en la zona de reos en los automóviles policiales, mirándose unos a los otros mientras se intentaban liberar para poder escapar.

—¿Que es lo que haremos? —preguntó Leonore.

—Nos tratan como perros de caza, solo estábamos haciendo nuestro trabajo de capturar al asesino —exclamó Dixie.

Adrian y Chelsea no dijeron ni una sola palabra respecto al tema, ellos sabían el castigo que recibirían por incumplir las reglas.

El automóvil se detuvo repentinamente en una zona desértica y poco poblada, las casas estaban en malas condiciones y los árboles sin hojas bajo el ardiente sol. Los 4 oficiales entre murmureos se preguntaron, ¿Porque el carro se detuvo ahí?

La puerta se abrió estrepitosamente, entrando la luz del día resplandeciente.

—Nos detenemos aquí, recibimos una llamada de Seguridad Pública en la que debemos detenernos en esta zona por cuestiones de seguridad, hay rumores de que ustedes están involucrados con el asesino de la marca.

—¡¿Eres imbécil?! —gritó Leonore.

El oficial solo saco una arma y le apunto directamente contra ella.

—No me vuelvas a faltar el respeto, solo sigo órdenes.

Adrian solo miro a Leonore mientras movía la cabeza de derecha a izquierda repentinas veces.

—Nos bajaremos aquí y nos iremos por la noche, hay cosas que la unidad especial tiene más importantes que hacer que buscar a personas desobedientes.

Adrian solo se puso de pie y salió del camión.

—¿A dónde vas? —preguntó el oficial de unidad especial.

—Tengo que ir al baño, ¿Puede soltarme un momento?

—No soy incrédulo, hombre —el hombre saco una arma del bolsillo y la puso en la espalda de Adrián. —no irás solo.

Los dos caminaron en dirección en donde se dirigía los retretes.

—¡Guardia Z2! ¡Vigila a los desobedientes! —río después de decir esas palabras.

Siguieron un camino corto hasta llegar a ellos, se pusieron enfrente y Adrian volteó en dirección al guardia, llevando sus manos hacia el.

—Al primer movimiento sospechoso que vea, informaré a Seguridad Pública.

—¿Puedo saber tu número policial? —cuestionó Adrián un poco dudoso.

—17001 —respondió ese hombre con mucha seguridad.

El oficial retiro las esposas y guardo nuevamente las llaves en su bolsillo.

—Lo lamento, pero también mi número policiaco es 17001.

Adrián tomo los brazos del oficial y lo atrae hacia el, seguidamente le da un golpe dado con la rodilla en la quijada, dejándolo caer rápidamente. El busca en el hombre una arma y las llaves que liberan a sus compañeros, así para irse de ahí.

—Frank, habla Marrie, ¿En donde se encuentran? —se escuchó en la radio de aquel hombre.

—Lo siento jefa Marrie, las cosas no salió como esperaba —seguido dejó caer la radio y fue directamente con sus amigos.

Adrian solo corría con arma en mano, escondiéndose de los demás personas para evitar muertes innecesarias. Estaba a unos pocos metros de llegar al automóvil donde tomaban por rehén a sus compañeros.

Subió rápidamente sin llamar la atención de las demás oficiales. Libero a sus amigos y pregunto cómo se encontraban.

—Bien, gracias Asher —comentó Leonore.

—¿Asher? —preguntó Chelsea.

—Si, Adrián Asher White —contestó Adrian mientras recargaba su arma.

—Bien, es hora de irnos —exclamó Dixie.

Los oficiales se fueron caminando en cuclillas despacio por la caliente tierra de ese lugar.

Después de unos metros de caminar, se escuchó una voz desde el otro extremo de la calle.

—¡Hay fugitivos! —dijo ese hombre mientras se acercaba a la unidad uno.

Adrian se colocó nuevamente de pie y con su arma apunto a aquel hombre y no dudo en disparar, descargando todo su cargador en ese sujeto.

— ¡En marcha! —gritó Chelsea.

Los oficiales corrieron bajo el cálido y fuerte sol tratando de huir de esas personas que estaban detrás de ellos.



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En el texto hay: crimen, asesino, policia

Editado: 28.05.2020

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