El Asesino De Springholl

3° El Asesino de Springholl


12:05am

Han pasado dos horas desde que April y yo encontramos el cadáver del señor Jim Clarke.

Dos horas en las que tuvimos que pasar  en la estación de policía.

Preguntas tras preguntas tras preguntas. No supe exactamente qué decir o qué hacer.

La verdad. Claro que la verdad. Pero en mi caso la verdad seria mi llave a un hospital psiquiátrico, y de pasó arrastraria a April conmigo.

— Estoy cansado — Suspiro hastiado de tantas preguntas y de repetir lo mismo una y otra vez — ¿Ya puedo irme a casa? — le pregunto al policía que me ha estado interrogando desde hace un buen rato.

— solo una cosa más — dice  mientras abre una carpeta frente a mi — ¿que pasó con Jessica James, Cooper Tate, y Erin Scott?

—  no entiendo que relación tienen con esto — miento. Claro que se que relación hay.

— estuviste involucrado en 3 Homicidio no resueltos, te internaron en un hospital psiquiátrico — dice mientras pasa las hojas  — y has estado en medicación... — agrega —¿Esquizofrenia? — pregunta analizandome con una ceja arqueada en la espera de mi reacción.

— no soy esquizofrenico — aclaro de inmediato — no mate a nadie, no vi nada y el medicamento solo me ayuda a controlar mi ansiedad. — vuelvo a mentir. Claro que el medicamento es para la esquizofrenia que dicen que tengo.

— nunca dije que hubieras matado a nadie

— pero es lo que piensa. — aseguro

— si no fuiste tu el que asesino a tus amigos — cierra la carpeta — entonces,¿quien fue?

Me encogo de hombros —  ¿no es algo que la policía debería saber?

Sonríe.

— es todo por ahora — anuncia poniéndose de pie para abrir la puerta de la sala de interrogaciones —  pero algo me dice que volveremos a vernos - dice mientras paso por su lado para poder salir.

De camino a casa, las palabras del oficial siguen sonando en mi cabeza

"algo me dice que volveremos a vernos"

¿Que había querido decir?

O más bien ¿porque me lo había dicho?

Preguntas y más preguntas sin respuesta, tengo la sensación de que es  el comienzo de un sin fin de preguntas sin respuestas.

Resoplo tratando de hacer a un lado esas ideas.

Al llegar a casa todo se volvió un total silencio, nadie dijo nada, nadie comentó nada. Todos parecían estar metidos en sus propios mundos. Cosa que agradezco, suficiente tuve con el oficial haciéndome las mismas preguntas repetidas veces para corroborar que no estuviera mintiendo.

O tal vez sólo siguen procesando el  hecho de que ha ocurrido un Homicidio a tan sólo unas cuantas casas de distancia.

— iré a dormir — anuncio.

— no olvides tomar tu pildora — dice mi madre

Asiento y sigo mi camino.

Cuando llego a mi habitación, me voy directamente al closet donde había escondido las píldoras, no me sé ni siquiera el nombre del medicamento pero de algún modo me calman cuando estoy muy tenso, y según todo el mundo son para la esquizofrenia. ¿Eso debe causar ese medicamento? ¿No?

Busco y busco pero no encuentro  absolutamente nada.

El frasco no está.

En mi último intento de encontrar las píldoras, un pedazo de papel cae del fondo de la repisa del closet

Lo miro extrañado dudando de si debería levantarlo del suelo o no.

Una sensación de escalofrío recorre mi cuerpo provocando que los bellos de mi nuca se erizen. Suspiro y tomo el trozo de papel.

"nada es lo que parece"

— pero que... — salgo de mi habitación con el corazón acelerado y el trozo de papel arrugado en mi puño.

Juro que puedo escuchar mi respiración agitada, incluso escuchar los latidos de mi corazón resonando como tambor en mi tórax. Solo quiero salir y tirar la puta nota en la basura.

— el es mi hijo!! — la voz de mi madre me hace pararme en seco a mitad de las  escaleras. Suena molesta  — de nadie más!

— ¿mamá? — digo mientras bajo los escalones que me restan para así poder verlos a todos en la sala de estar con un semblante propio de ellos que se la pasan sonriendo como si escupieran arcoiris y unicornios por la boca. 
Noto que mi madre tiene los rojos por haber llorado, sus mejillas están coloradas y ahora trae su cabello rubio amarrado en un moño alto y desordenado.

— Hola cariño — dice fingiendo una sonrisa amable, como si esa sonrisa fuera a ocultar el hecho de que estuvo llorando — ¿quieres una taza de chocolate? Estaba por preparar un poco.

Asiento  — ¿De que hablaban? — pregunto mientras pasa mis ojos por cada uno de ellos

— Nada importante hijo — responde Mi madre antes de darle una última mirada de advertencia a mi padre.

¿Enfado? ¿Amenaza? ¿Tal vez un poco de ambas?

Sacudo la cabeza para despejar esas preguntas de mi mente y la sigo a la cocina.

- Creí que ya te habías quedado dormido - dice mientras saca algunas cosas de por ahí y por acá para preparar el chocolate. - fue un día largo

- ¿Mamá? ¿Tu entraste a mi habitación? - pregunto ignorando lo que me dijo

- no cariño ¿porque lo preguntas? — dice dejando de un lado todo para mirarme

- Por nada - respondo de inmediato para que no siga preguntando  - es que no encuentro mi camisa roja - miento- creí que la habías tomado para lavarla - volví a mentir

- Debe de estar en alguna maleta - dice para después volver a enfocarse en el chocolate - más tarde la buscaré

- No te preocupes, yo lo hago - aseguro rápidamente.

La observo mientras hace el chocolate, mientras conversamos un poco más hasta que estuvo listo.

Nadie más se unió a nosotros para tomar chocolate, y en parte fue agradable estar solos ella y yo.

Hacía un buen tiempo que no charlábamos madre e hijo, y realmente lo había extrañado mucho.

- ¿quieres un poco más? - pregunta mientras toma nuestras tazas para dejarlas en el fregadero.

Sacudo la cabeza en señal de negación y le agradezco antes de ponerme de pie para marcharme pero...

El sonido de una taza rompiéndose me hace quedarme quieto. Varios flashes suprimidos en mi mente comienzan a aparecer golpeandome como un balde de agua fría.



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En el texto hay: asesinatos, misterio, romance

Editado: 21.04.2022

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