El Audio de Dev

Capítulo 7.

 

 

 

 

 

   

                               ✿^‿ᴗ✯     CALCETAS AMARILLAS     ✯ᴗ✿^‿

 

 

 

 

 

—¡Leah! ¡Apresúrate, Lays no tarda en llegar! — le gritó desde las gradas.

 

—¡Ya voy! — me contesta desde su habitación.

 

Camino hasta la cocina, para verificar si Daffy ya ha terminado su desayuno, pero cuando entro no la veo en la silla donde debería estar.

 

—Daffy, ¿Dónde estás? Ya casi nos vamos —rodeo la isla par ver si está escondida ahí, pero no — ¿Daffy? — vuelo a llamarla hasta que un pequeño sonido de ella, suena por la sala.

 

—¿Ah? — salgo de la cocina y voy hasta la sala.

 

Al entrar a la sala, Daffy se encuentra de rodillas viendo debajo del sofá de tres, tiene una pequeña linterna de juguete que apenas y alumbra.

 

—No encuentro mi otro zapato — me dice totalmente preocupada mientras gatea hasta el otro sofá.

 

Suspiro y empiezo a buscarlo junto con ella.

 

No sé cuánto tiempo pasó, pero ese pequeño zapato no lo encontramos. Leah bajó, y también se unió a nuestra búsqueda.

 

—Tienes que empezar a ser ordenada, Dafne — le reprocha Leah.

 

—Es que… Creo que los dejé en la casa de la tía Grace — dice en un susurro.

 

Leah se levanta rápido del suelo, y yo dejo de buscar en la habitación de juegos de mis hermanas.

 

—¿Lo sabías desde un principio? — a veces me asusta un poco el hecho de que Leah habla como una mamá comprensiva, que regaña dulcemente a su hijo y este le responde con una tierna disculpa.

 

—Lo siento, hermanas — dice Daffy dándonos un abrazo a cada una.

 

En medio de mi abrazo, mi teléfono suena y no necesito ir a ver quién es, por qué ya lo sé.

 

—Bien, entonces irás con tenis — Leah suelta una pequeña risa y Daffy niega una y otra vez — Ve a traerle sus tenis blancos junto con unas calcetas, por favor — le pido a Leah que sale disparada hacia arriba. Le tomo la mano a mi hermana y la llevo hacia la entrada principal, la cargo y la siento en un mueble de adorno.

 

—No quiero llevar tenis — dice un poco enojada.

 

—No hay de otra, además, se te verá bien — le sonrió y le arregló sus dos trenzas.

 

—¿Enserio? — me pregunta enseñando sus pequeños dientes por la sonrisa que me da.

 

—Te lo juro, te verás hermosa — le aseguro.

 

Leah llega y le pongo rápidamente las calcetas amarillas. Volteo a ver a Leah, con cara de ¿Enserio no habían otras de otro color? Pero solo se encoje de hombros y toma nuestras mochilas y sale de casa.

 

—Listo, ya estás — le digo bajándola del mueble — Ve al carro, ya llegó

 

—¡Okey! — y sale disparada de casa.

 

Camino con grandes pasos hasta la cocina y veo el porta huevos de gallina, donde hay unos billetes enrollados. Eso me confirma que mi padre no recuerda que ayer me lo dio, que ayer fue la pequeña plática… o mejor dicho hoy en la madrugada.

 

Sonrío.

 

Y ahora es mi turno de salir disparada de casa. Cierro la puerta principal y corro por nuestro patio hasta llegar al auto, dónde Lays y mis hermanos ríen.

 

—¿De que se ríen? — digo volteándome un poco para poder verlas a todas, Lays pone en marcha el auto.

 

—Del alto flow que se trae Daffy — dice Lays. Le sonrió y se escucha la inocente y suave risilla de Daffy en el asiento de atrás.

 

Aproximadamente nos tardamos unos quince minutos en llegar al colegio de Daffy y el de Leah está a unos pocos minutos del de Daffy. El mío está más retirado de ellas, es un problema, claro, por que intentamos organizarnos bien para estar más cerca la una con la otra, en este caso Daffy tiene a Leah más cerca, y Leah ya sabe

más o menos como cuidarla cuando me agarra la tarde y no puedo pasar por ellas.

 

—¡Chuu chuuu, primera parada! — anuncia Lays alegremente.

 

Me bajo, y espero a que Daffy lo haga. Cuando se baja le pido su mano y me la da, caminos por un gran jardín hasta llegar a la entrada, dónde una maestra la espera y le sonríe calidamente.

 

—Buenos días señorita Eisley — me extiende su mano y la acepto dándole un pequeño apretón, se pone en cuclillas y le da un beso en la mejilla a Daffy — buenos días pequeña Dafne, ¿Lista para una nueva aventura en la escuela?.

 

—¡Siii! — grita Dafne adentrándose al gran colegio y su maestra guardia detrás de ella cargando su mochila. Pero se detiene a lo bruto, se d la vuelta y viene corriendo hacia mí, sonrió y me agachó abriendo mis brazos dónde ella entra y le doy un gran abrazo — adiós hermana, cuídate y apréndete las tablas de multiplicar.

 

—Oh claro que lo haré, y te las diré está noche en la cena — le digo mientras me río.

 

Me quedo hasta que la pierdo de vista, luego corro por el jardín mientras me agarro la pequeña falda de mi uniforme para que no se me levanté.

 

—¿La dejaron entrar? — me pregunta Lays cuando entro al auto, Leah se acerca un poco para escuchar.

 

—La maestra guía no me dijo nada y espero que siga así — digo teniendo la esperanza de que pase eso.

 

—Por Dios, es un colegio privado, estoy segura que en unos minutos te llamarán por qué la niña lleva tennis blancos.y calcetas rojas con el uniforme color azul y negro — dice entre risas.

 

—Mejor deséame que no pase eso, Lays — digo viéndola con los ojos entreabiertos.

 

—Uhmm, ¿Airam? — cierro mis ojos. Se que algo paso, se le olvidó o otra cosa, pero ese tono en que me lo dice, me da la sospecha de que algo malo me va a decir.

 

—¿Qué pasa Leah? — le digo lo más tranquilamente que pueda.



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En el texto hay: humor, juvenil, romance

Editado: 16.08.2022

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