Tara
Observo como la sombra de kiara se refleja en el suelo mientras que la auténtica descansa sobre el suelo, algo cerca de la fogata. Su mano derecha, aún con las zarpas por fuera, la tenia con las zarpas ennegridas y un poco más curvas de lo usual. Nunca voy a poder olvidar como sus zarpas terminaron de esa forma por haber sacado la bala de plata de mi hombro con ellas. Apenas hizo unos cortes para hacer la herida más grande y así poder abrirse paso dentro de ella, introdujo dos de sus zarpas y como unas pinzas, sujetaron la bala y la sacaron lo más delicadamente posible, aun si eso significaba que Kiara sufriría más daño de lo que ambas quisieramos. No pude evitar sentirme culpable por ello, pero cuando me acerqué a ella, Kiara se volteó y simplemente me soltó en un alarido que me alejara, aunque después de un momento, solo me susurró que estaba bien, y que porfavor no me preocupara, y luego me dio una sonrisa dulce, aunque era más para tranquilizarme que porque ella se sintiera feliz.
Siento un nudo en mi estómago cuando lo recuerdo plenamente. Nunca me ha gustado que las personas se sacrifiquen por mí, nisiquiera cuando ella no tenia ninguna otra opción. Suspiro.
Aun no puedo creer que las cosas sean asi. Todo parece tan distante de la realidad, tanto que tengo intensos moratones en mis brazos de tanto pellizcarme tratando de salir de esta subrealidad. Los vagos recuerdos de mi familia vienen a mi mente. Pero no los Ventura. Mi familia de sangre. Los Rogers.
Pensándolo bien, casi no sé nada de ellos en realidad, estoy a ciegas si trato de hacer memoria de algún dato importante sobre ellos. Mi madre, Verónica, y mi padre, Stuart, ambos de lugares distintos que terminaron juntos por el destino. De eso si estoy segura, Kenneth mismo me lo confirmó, papá no era de la ciudad de mamá. Pero ¿Y si mamá tampoco era de esta?¿Y si en realidad ninguno de ellos era de alli? ¿De donde era mamá entonces? ¿Mamá sabía el secreto de papá? ¿O murió pensando que nos habia abandonado?
Me acaricio la herida cicatrizante de mi hombro con la yema de los dedos con lágrimas de frustración en los ojos. Tiene que haber algo de mi vida que no haya sido mentira. Que no haya sido simplemente una máscara para ocultar la verdad. Tan solo una cosa. Una.
Cierro el puño de mi mano, tirando levemente de mi blusa en el lugar de mi pecho, donde resuena los latidos de mi corazón partido.
Tan solo una cosa...
Elvira
Camino hacia mi habitación y recojo el marcador listo para apuntar un nuevo dia sin encontrar a Tara, hago el trazo, y observo todas las marcas en mi muro, son tantas que pronto tendré que agacharme para ir haciendo marcas que espero no llegar a hacer. Pero sin pistas, sin algún camino el cual seguir, o una instrucción la cual obedecer...Algo...
Agarro el marcador y lo tiro hacia el piso, antes de agarrar y comenzar a destruir todas las escasas pistas que tenemos hasta ahora del paradero de Tara, arrancándolo de mi pared a tirones y golpes, mientras suelto alaridos sin control sin preocuparme de quien me escuche. Cuando termino, Sam entra a tropezones a habitación. En mi frustración, habia olvidado que estaba probando suerte con Marcus de nuevo en el sótano. Marcus...
Recojo los inútiles pedazos del suelo, y empujo a Sam apenas paso a su lado, abriéndome paso hacia e, sótano, con Sam pisándome los talones. Abro la puerta de un portazo estridente. A la mierda el cuidado, mis padres no están, y me importa un carajo si los vecinos logran escucharme o no. No lo soporto. Lleva en ese maldito sótano por un mes y medio y no hay ninguna de llegar a él o de que diga algo. ALGO.
Veo como Marcus se levanta rápidamente del suelo y me mira con la misma cautela de siempre, pero con un pequeño reflejo de algo más en su mirada, aunque no logro entender el qué, pero también me trae sin cuidado.
Alzo los pedazos por encima de mi cabeza y los aviento lo más fuerte que puedo a sus pies. Marcus observa los pedazos en silencio, antes de voltearme a ver a mi. Me seco las lágrimas que sin mi consentimiento comenzaron a brotar de mis ojos, mientras tiemblo de rabia descontroladamente.
-Esto.-le ladro, mientras siento como Sam me observa con mucha angustia, pero no me importa. No me importa.-es un poco de las pistas que tenemos de Tara, ¿quieres verlas?-levanto un trozo y se lo tiro en la cara, que le habria hecho daño de no ser porque se apartó con rápidez, bufo de rabia y continúo tirándole los pedazos.-¡Anda, míralas! ¡sin miedo! ¡De todos modos no es algo que tu no sepas!
Sam tira de mi hacia atrás firme pero con suavidad, mientras Marcus observa los trozos de la foto de Tara sonriendo esparcidos a sus pies. De pronto, mi rabia se desvanece, y comienzo a sentir un dolor extremo, que va oprimiendo mi corazón en una especie de cajón diminuto dentro de mi pecho. Las lágrimas resbalan por mis mejillas refrescando mi piel, que con la rabia, se habia puesto cálida.
-Han pasado tres meses desde que Tara se fue.-susurro, mientras mi voz comienza a quebrarse. Marcus me observa con los ojos muy abiertos, como si le asombrara verme rota, derrotada.-El mes pasado cumplió quince años...¿tienes idea de cuánto imaginábamos tener esa fiesta? Ella en su hermoso vestido, bailando con su padre y con Sam, mientras yo soy su dama, y en mi fiesta, ella sería la mia...pospuse mi celebración porque no quiero una fiesta sino tengo a todos mi seres queridos conmigo, porque no es la fiesta, son las personas que te acompañan lo que importa.-Marcus me observa fijamente, tanto que dudo que realmente tenga su atención, pero ahora mismo, solo necesito decirlo en voz alta. Que estoy desesperada, que solo quiero que mi mejor amiga vuelva a casa...-Y Tara es de las personas más importantes en mi vida y en la de Sam.-aprovecho a mirarlo de reojo, y observo que asiente ligeramente a mi afirmación, mientras me devuelve la mirada con tristeza en los ojos. Vuelvo a ver a Marcus, dando unos pasos hacia él.-Sé...que tienes familia. Que si dices demasiado podrias ponerlos en peligro, y creéme, lo entiendo. Pero solo queremos alguna pista del paradero de Tara. No queremos...ir por tu familia.-doy un paso más antes de caer de rodillas frente a él, quien vuelve a verme con los ojos muy abiertos, mientras escucho como Sam suelto un sollozo. Nunca me habia postrado frente a alguien, ni jamás habia hecho lo que voy a hacer: suplicar.-Porfavor, Marcus, o como te llames...solo dinos tan solo una cosa sobre Tara que nos pueda ayudar. Te lo suplico, por favor, en cuanto lo digas te dejaremos ir, pero ya no puedo seguir con esto. Solo queremos que Tara vuelva a casa...