El aullido: El legado

El aroma nunca miente...

Tara

No paro de gritar de dolor con cada tirón de la cuerda que me tiene atada de las muñecas, para ayudarme a mantenerme erguida, y más o menos de pie. Mi espalda aún está muy herida, por lo que me resulta imposible mantenerme en pie por mi misma, y ni hablar de caminar.

-Mierda.-Murmullo entre dientes con el último tirón que Kiara da, antes de atar la cuerda uno de los postes de madera del techo, y acercarse a mi.

-Ya está. Esto te ayudará a sanar más rápido.-me comenta, acomodando uno de mis cabellos grasientos tras mi oreja, la miro fijamente.

-¿Qué fue lo que pasó?-pregunto casi sin voz. Kiara baja la mirada.

Apenas desperté, Kiara se negó a responder mis preguntas con la excusa de que debía descansar, pero ahora ya no puedo esperar. Quiero respuestas.

Kiara suspira mirando hacia abajo, tensando la mandíbula. 

-Kenneth...-comienza, pero se calla cuando ve mi mandíbula tensa, y volteo a ver a otra dirección. De repente, mis heridas comienzan a dolerme como si me la acabaran de hacer, mientras en mi mente pasan ráfagas de los momentos en donde Kenneth, el chico él cual me sacó de mi monótona vida, hizo que atravesara medio océano atlántico para llegar a cumplir el último deseo de mi padre, quien me entrenó, me ayudó con mis pesadillas, se volvió mi ancla, mi soporte, llevándose mi dolor, mis miedos y entre todo, mi corazón, ese chico...se encargaba de destrozarme la carne de la espalda y a insultarme. ¿Cómo era posible? ¿Eso era lo que el poder podía llegar a hacerles a la gente? ¿Cambiarlos a tal punto de desaparecer su esencia? Ese chico podía parecerse a Kenneth, pero no a ni de lejos el chico del que me enamoré. Pero si ese no era él, ¿Existe la posibilidad, de que lo vuelva a ver?

Kiara me limpia las lágrimas que tercamente se derraman por mis mejillas, mientras intento recuperar la compostura.

-Escúchame, Tara.-me susurra.-Ese no era Kenneth, ¿entiendes? El Kenneth que ambas conocemos no era ese...

-¿Y donde está?-susurro, intentando no sollozar desconsoladamente.- ¿Dónde está Kenneth, y quién era él? 

Kiara traga saliva con fuerza, apretando los dientes mientras busca la respuesta adecuada. 

-Karina tiene a Kenneth bajo su control.-me explica.-Bajo el sosiego del alfa. El sosiego del alfa es tres veces más poderoso que el de un licántropo cualquiera, y siendo parte de un linaje tan poderoso, el sosiego de Karina tiene demasiado poder, tanto que puede hacerlo sentir cosas que él nunca sentiría fuera de su sosiego, como su odio hacia ti. Tara..-busca mi mirada, para mirarme con determinación-Salvaremos a Kenneth, pero para eso, debemos derrotar a Karina, y ahora ninguna de las dos estamos en condiciones para eso.- Sujeta mi rostro entre sus manos, poniéndose frente a mi.-Pelea a mi lado, y te garantizo que tendremos a Kenneth a nuestro lado de nuevo.

Cierro los ojos unos instantes, aislándome del resto del mundo, de Kiara, del dolor y del presente, para enfocarme solamente en mis recuerdos, dejando que mi mente divague en las mejores memorias que tengo con Kenneth. Sonriéndome, bailando a mi lado, posando sus labios sobre los míos con delicadeza o con desesperación.

"Yo confío en ti. Confía en la fe que tengo puesta en ti."

Respiro hondo, antes de abrir los ojos y mirar a Kiara, asintiendo con la cabeza. Kiara me sonríe sutilmente para luego alejarse un poco de mi. De pronto, se escucha un leve golpe y unas maldiciones susurradas tras la puerta. Miro a Tara enarcando una ceja.

-Ah, por cierto.-me dice, yendo hacia la puerta, poniendo los ojos en blanco.-Para escapar de allí, recibimos ayuda inesperada. 

Abre la puerta de golpe, haciendo que un par de chicos caigan en el piso, y la miren con cara de ángeles culpables, con algo de hollín manchando sus rostros.

Lo curioso es que sus caras y sus ropas arrugadas y sucias, son idénticas y las conozco muy bien.

-¿Chicos?

Los gemelos Isac e Isaác me miran y me sonríen con bastante energía.

-¡Hola, Tara!

 

Sam

-Mierda.-maldigo, cuando escucho a la contestadora por décima vez. Dejo caer el celular entre mis piernas, antes de pisar el acelerador hasta el fondo.-Joder, joder...

-¿Nada aún?-me dice Alex, mirándome desde el asiento del copiloto niego con la cabeza, haciendo que apriete los dientes.-Maldición.

-Esto no es bueno.-murmuro, antes de lanzar un golpe al volante.-¡¿Dónde carajo se metió?!

Apenas Alex terminó de explicarme su teoría, comencé a intentar encontrar a Elvira, pero su teléfono parecía estar apagado, o incluso desconectado. El nunca apaga su teléfono.

Respiro hondo mientras giro a la izquierda en dirección a la casa de Elvira.

-Ok.-murmuro.-Ok, vale. dímelo otra vez. ¿Cómo sabes que Tara sigue viva?

-Antes de que llegaras a casa de Elvira con la noticia de que Tara estaba muerta.-me explica con la misma paciencia que la primera vez.-Había localizado su aroma en el aire. Es una técnica de rastreo que los licántropos usamos para encontrarnos los unos a los otros, o algo o alguien que queramos.

"La había encontrado, se lo había dicho a Elvira, por lo que ambos quedamos en shock cuando llegaste con la noticia. Cuando el causante de aroma que rastreamos, es destruido, o muere, el aroma permanece unos instantes antes de ir desapareciendo. El aroma de Tara permanecía aún muy fuerte, a pesar de ya haber pasado horas de su supuesta muerte. Eso no me cuadraba, pero cuando vi la mirada de Elvira...perdí el aroma, y dejé de rastrear."

El sentimiento que veo en los ojos de Alex cada vez que narra esa parte de la historia. De culpa, remordimiento, pesar...no puedo encontrarle ningún rasgo falso en su cara, Alex suspira y se obliga a reponerse antes de volver a mirarme. Estamos cerca de la casa de Elvira.

-Fui al funeral, y lo primero en lo que me fijé, fue que el féretro estaba cerrado. Algunas personas dentro del funeral comentaban que la morgue no había liberado el cuerpo, solo había dejado que la familia la reconociera y después lo retuvieron con la excusa de que debían hacerle más pruebas, aunque ya había determinado la causa de muerte y realizado la autopsia forense ¿Por qué quedarse más tiempo el cuerpo?




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