El aullido: El legado

En buena dirección

Alex

-Absolutamente no.-sentencia la madre de Elvira, con las manos apoyadas contra sus caderas, mientras que su padre se cruza de brazos con el ceño fruncido. Elvira suspira, mirándose las manos apoyadas en su regazo sentada en la sala de su casa frente a sus padres. Ya nos había advertido que esto pasaría. Sus padres nunca la dejaron ir a ningún sitio con nadie que no conocieran y mucho menos sola desde que tiene memoria. Si Morgana y el viejo creían que sus padres accederían a dejarla salir del país con un grupo de personas que nunca antes habían visto, estaban realmente equivocados. 

Todos nos limitamos a escuchar desde el pórtico de la casa, mientras Elvira habla con sus padres. Morgana está apoyada en base de la puerta principal, mientras que el viejo se limita a observar el horizonte apoyado en una de las columnas de la casa, y Sam está sentado en las gradas de la entrada, con las piernas extendidas sobre uno de los escalones, mirando su celular. Me recuesto en la barandilla junto a la ventana y observo a Elvira desde allí. Está muy tensa, y es obvio que esta situación no le agrada, todos nos ofrecimos a intentar hablar con ellos también, pero Elvira insistió en que ella se encargaría. Justo al cerrar la puerta frente a nosotros, Sam se limitó a decir que no lo lograría. Ahora mismo estoy empezando a pensar que tal vez tenga razón.

-Mamá...

-En primer lugar, ¿Quiénes son estas personas?- la interrumpe su madre, con un tono autoritario en su voz.-¿Desde cuando los conoces?

-Hace un tiempo.-responde Elvira en un murmullo, sin dejar de mirar sus manos. Elvira odia mentir, por lo tanto no sabe hacerlo. si la ves a los ojos es muy fácil saber cuando miente, y ella lo sabe, por eso no ha mirado a su madre desde que le comenzó a "explicar la situación" aunque si no la mira en algún momento de la conversación, la fachada no le va a durar mucho tiempo.

-"¿Hace un tiempo?"-le repite su padre, bufando, antes de soltar una carcajada seca. Los hombros de Elvira se crispan levemente.-Hace un tiempo es...¿Cuánto exactamente?

Elvira respira profundamente, sujetando el borde de su blusa con fuerza entre sus dedos. Está sopesando sus opciones, entre decirles la verdad, o seguir mintiendo. Si dice la verdad, con menos razón la dejarían irse con nosotros, y en definitiva irse en fuga no es una opción para Elvira. Pero si sigue mintiendo, la fachada se volverá más grande y en cuanto la descubran, porque lo harán, la situación empeorará.

Honestamente tampoco sabría qué hacer, si hubiese sido yo, no habría tenido la decencia de decirle a nadie ninguno de mis planes, solo me iría. Pero claro, lo estoy viendo desde el punto de vista de una persona que sus padres nunca les preocupó lo suficiente como para quedarse junto a ella.

Elvira alza su mirada, alternando su enfoque entre sus padres. Sus manos se habían relajado en su regazo. Parece que había tomado una decisión.

-Un poco más de una semana.-responde, recibiendo en respuesta bufidos burlones de su padre y un profundo suspiro de agotamiento de parte de su madre. No es totalmente mentira, aunque tampoco es toda la verdad. A mi me conoce desde hace ya un mes, quizá un poco más. Mientras que al viejo y a Morgana, literalmente empezaron a intercambiar palabra desde ayer. 

-¿Y se puede saber de dónde salió esta gente?-pregunta la madre, bajando levemente la voz, mientras señala la puerta de la entrada.

-Alex es un compañero del colegio.-responde Elvira, volviendo a tensarse.-La pequeña...Sofia-reprimo una carcajada, ganándome una mirada furtiva de parte de Morgana.-es su hermana menor, y Leorio es su padre. 

-Solo de nombre.-murmuro, cruzándome de brazos, notando como el viejo suspira, pero sin voltear a verme. Sé que parece que estoy siendo muy cruel con él, pero después de vivir por años su falta de interés y de preocupación hacia mi...creo que lo que estoy haciendo es de lejos, igual de malo que lo que él hizo.

-Déjame ver si entendí.-dice el padre de Elvira, levantándose del sillón, para colocarse a lado de su esposa. - ¿Estas personas que en lo que a nosotros respecta, son salidos de la nada; quieren hacer un viaje a Sur América, sin ningún destino fijo ni ningún tipo de plan, por solo Dios sabe cuánto tiempo contigo; una jovencita de 15 años a la que acaban de conocer hace solo "un poco más de una semana"?

Poniéndolo así, si que sonaba muy mal. Tengo que darles la razón al desconfiar, lo poco que saben no les da muchas alternativas para no hacerlo. Aunque si lo ponemos así, si les explicáramos el resto, estoy seguro que "Dos hombres lobo (que por cierto uno de ellos estuvo aprisionado en su casa por más de un mes) y una bruja de casi un siglo de edad irán a Sur América a buscar a Tara Rogers, su mejor amiga que apareció muerta en las noticias y que resulta también ser una mujer loba"...tampoco mejoraría mucho la situación.

Elvira permanece en silencio, y honestamente no la culpo. Es decir ¿De qué serviría que hablara? ¿Qué les diría? No puede debatirles sus dudas, porque están más que justificadas, y a menos que quiera arriesgarse a que descubran que todo es mentira, seguir mintiendo ya no es una opción.

-Creo que sabes nuestra respuesta, Elvira.-se limita a decir su madre, cruzándose de brazos frente a ella. Elvira se limita a levantarse, asintiendo con la cabeza, para luego encaminarse hacia la puerta de la entrada. Al abrirla, todos nos apresuramos a ella, rodeándola en semicírculo. 

-No funcionó, ¿verdad?-adivina Sam, haciendo que Elvira haga un gesto de frustración con la boca, antes de mirar a Morgana, quien suspira profundamente, alternando su mirada entre todos nosotros.

"Tal vez aún haya una alternativa." Nos dice Morgana a través del pensamiento, para luego fijar su mirada en Elvira. "Pero primero necesito dejar en claro ciertos puntos."

 

Tara




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.