Lucy
El sonido de la puerta cerrándose me avisa que mami ha salido a hacer las compras sola, luego de haberle dicho que prefería quedarme en casa. Me envuelvo un poco más entre las sábanas de la cama de mi hermana mientras cierro los ojos. No entiendo por qué mi corazón duele, tampoco el por qué mis papás lloran cuando creen que estoy dormida. Ellos dijeron que Tara ya no volvería, que ahora está en otro sitio del cual no puede volver. Eso ya lo sabía, desde esa conversación que tuvimos la noche que ella desapareció, pero no creo que se estén refiriendo a eso. Echo de menos a mi hermana, ella me explicaba las cosas que no entendía sin necesidad de disfrazarlas para mi. No es que no fuese suave, pero tampoco lo sobre endulzaba, supongo que era su forma de cuidarme. Ella no me dijo cuando volvería, bueno realmente nunca dijo que se iría, pero hizo que lo pensara luego de esa pregunta.
¿Cuando volverá? no es bonito esa presión en mi pecho, no lo entiendo y quiero que se vaya, es muy molesto. No me gusta tener mis ojitos llorosos todo el tiempo, o sentirme cansada aunque haya dormido mucho. El señor Café, mi fiel oso de peluche ya no es suficiente para animarme. Mami y papi tampoco pueden ayudarme, parece que se sienten igual a mi, y si ellos no pueden hacer que no los moleste, no creo que puedan hacer que no moleste a mi.
El sonido del teléfono a lado de la cama me hace soltar un saltito. Papi dice que no debo responder el teléfono sino están ellos, pero es el teléfono de Tara, ese número no lo tienen muchas personas. Agarro el enorme teléfono entre mis pequeñas manos, y con mucho esfuerzo presiono el botón de contestar, pegándome el teléfono al oído.
-¿Hola?-hablo suavemente, sintiendo mis ojitos arder levemente. No me gusta...-Ah, perdón. Este el teléfono de Tara Rojerz ¿Quien eres?
-Hola Lu-lu-El dulce apodo de Sam con el tono gracioso me hace soltar una risita
-Samu-le respondo, alargando la u y una suave caricia llena de calidez aparece en mi corazón en el momento en que la risa de Sam resuena en mi oído.-Tara no está.
-Lo sé, Lu-lu Llamaba por ti ¿Cómo estás tu?
Suspiro con suavidad, siendo nuevamente consciente de mis ojitos llorosos. Me los froto con enojo.
-Duele...no me gusta.
-A nosotros también. A Elvira y a mi.
-¿Donde están ahora?-le pregunto, curiosa de unos ruidos que se escuchan al fondo, entre voces que no conozco con la de El, y algunos sonidos de pasos entre hojas secas.
-Bueno, estamos a punto de hacer un viaje largo...
-¿Van a ir a buscar a Tara?-le pregunto, comenzando a dar saltitos en mi lugar.-¿La traerán de vuelta?
La emoción que creció en mi pecho comienza a disiparse cuando el silencio se expande demasiado del otro lado de la línea. Finalmente, Sam rompe ese ambiente con un largo suspiro.
-Eso es lo que queremos, Lu-lu.-me responde con un tono como de derrota.-Pero no depende de nosotros si vuelve o no ¿entiendes? Tara está haciendo cosas importantes y tal vez no haya terminado.
-Oh...si, entiendo.-respondo, volviendo a sentir mis ojitos llenarse de lágrimas.-Diganle que la quiero, y que vuelva pronto...
Tara
Kiara recibe un golpe de lleno en la cara, tan fuerte que la lanza contra el suelo. Isaác suelta un rugido increíblemente fuerte, mientras yo intento lanzarme contra el desgraciado que la había golpeado, solo consiguiendo que me quemen más las ataduras de con cadenas de plata y una muy delgada tela para "amortiguar" el contacto directo.
-¿En serio creyeron que se podrían escapar?-pregunta, levantando a Kiara tirando de su cabello hacia arriba.
-Te lo advierto, Kyle. Vuelve a golpearla...-comienza Isaác antes de el mismo recibir un golpe bastante fuerte en su espalda, justo en sus heridas. Kiara e Isac saltan al mismo tiempo:
-¡Bastardo!
-¡Tócalo de nuevo y juro que te cortaré la mano!
Kyle solo suelta una risotada frívola mientras se acerca a mi. Me mira con la cabeza ladeada, antes de acariciar mi rostro con la yema de sus dedos. Intento quitarme pero sostiene mi cara con fuerza esta vez, evitando que me mueva lo poco que puedo hacerlo.
-Eres demasiado hermosa.-murmura, y su mirada lujuriosa poniéndome los pelos de punta.-Es una lástima...
Me suelta el rostro con brusquedad antes de girarse y caminar de regreso a su lugar. Kiara escupe sangre justo encima de su zapato al pasar por su lado, ganándose otro golpe y desatando otra ola de amenazas por parte de Isaác.
-Desatenla.
La orden nos deja tanto a mi como a los demás bastante perplejos. Pero los licántropos que acompañan a Kyle se limitan a obedecer, quitándome las cadenas y dejándome sin ningún tipo de atadura. Me levanto vacilante, sin dejar de mirar al enorme grupo de licántropos que nos rodean, los cuales se van abriendo hasta crear una especie de círculo. Kyle y algunos otros arrastran a Kiara y a los gemelos a los bordes del círculo, amordazándolos con pedazos de tela y cinta.
-¿Qué planeas?-pregunto finalmente. Luego de varios minutos de silencio. Kyle suelta otra carcajada.
-Verás, Karina ha ganado bastante poder con cada manada a la cual...convence.-comienza a explicar, insinuando mucho más de lo que aparenta al acentuar la palabra "convence".-Pero cree firmemente que todo sería mucho más fácil si todos ustedes-señala a Kiara junto a los gemelos-pero sobre todo tú...te unes a su causa. A nadie le gustaría que la última del linaje de una familia de alfas tan poderosos como los Rogers se perdiera.
"Karina solo quiere que los licántropos volvamos a tener el poder que teníamos antes. Nuestras tierras no solo se limitaban a los bosques, poseíamos todo el mundo, como debía ser. Los humanos ni siquiera llegan a rozar la altura de nuestros talones, sin sus armas y sus vehiculos de acero lanzamisiles, no son nada ¿Pero aun así ellos poseen la mayor parte del mundo, siendo inferiores a nosotros? Es ridículo."