Tara
Abro los ojos en un ataque de tos violento, sufriendo arcadas mientras siento como encuentro agua en vez de aire en mis pulmones. Siento unos fuertes golpes en mi espalda que me ayudan a sacar el agua de mis pulmones con más facilidad. Una mano se deposita sobre mi hombro, y me endereza, dejandome apoyada contra una superficie que no termino de entender si es una roca, o un tronco. Mi visión se va aclarando con cada parpadeo, hasta que logro enfocar lo que tengo enfrente, que es una fogata, no muy grande, pero lo suficientemente intensa para provocarme un dolor de cabeza fuerte, y mantenerme con una temperatura temple a pesar de estar calada hasta los huesos. Un movimiento a un lado de la fogata me hace dar un respingo, poniendome en guardia con las fuerzas que me quedan hasta que veo que es un rostro familiar.
-Kiara.-digo, con la garganta seca, hasta que otro arranque violento de tos me interrumpe, Kiara se arrodilla junto a mi, y me da un coco hueco lleno de agua fresca. En cuanto lo tomo de sus manos, me percato de un corte que tiene en el rostro.-Estas herida...
-No hables.-me corta, sin darle importancia. Se pone de pie.-Bebe, te ayudará a recuperarte.
Obedezco sin rechistar. Siento como el líquido me refresca la garganta. De repente, me percato de lo sedienta que estoy, y comienzo a beber deprisa, tanto que me duele la garganta, pero me acabo todo el coco.
-¿Podrías decirme qué fue lo que pasó?-le pregunto a Kiara, ya sintiendome mejor como para hablar, mirandola mientras que ella mira fijamente a la fogata que tiene enfrente.-No recuerdo nada después de haberme lanzado al precipicio de la catarata.
-Me enfrenté con Karina y me hizo un corte con la misma cuchilla que te ensartó en la pierna y yo le clavé en el hombro.-me explica, señalandose la mejilla.-No es nada grave, pero como lo hizo con hierro tardará en sanar, asi como tu herida en la pierna.-me dice, señalando mi pierna, la cual me percato hasta ahora que está vendada y me duele el intentar apoyarme en ella.-El agua del rio te ayudó a limpiar ciertos restos de hierro, pero aún tardará unos días en sanar del todo. Procura no apoyar todo tu peso en ella.-asiento, incitándola a continuar.-Después, solo escuché como Kenneth gritaba tu nombre y...
Kiara se detiene apenas se gira para verme. El escuchar el nombre de Kenneth se me hace un nudo en la garganta, siento un dolor espantoso en el pecho, y las lágrimas no tardan en hacer aparición. Kiara se arrodilla frente a mí.
-Karina lo engañó.-me asegura, sosteniendo mi mentón para que la vea a los ojos.-No es tu culpa ni mía. Nos engañó a todos por mucho tiempo, eso no podíamos saberlo.
-Pero sigue engañándolos.-le digo, casi suplicando.-Tenemos que decirles a todos la verdad, que ella no es quién dice ser...
-¿Y tienes pruebas que puedan convencer a toda una manada de que su líder es un traídor?-me interrumpe, enarcando las cejas. No le respondo.-Sé que tenemos que detener a Karina, Tara. Pero tenemos que ir con un plan, si queremos ganar.
-Pero, ¿Por qué Kenneth...?-comienzo. pero el dolor de pronunciar su nombre no me permite seguir.
-No lo sé.-me dice, suspirando, y aunque no lo expresa como yo, sé que está igual, o quizá más dolida que yo por la traición de Kenneth.-Pero te diré algo, Tara. Vamos a detener a Karina.
Tú y yo, salvaremos nuestra raza, y recuperaremos a Kenneth.
Te lo prometo, esto no ha acabado.