— Si solo el pecado llevase tu nombre…
Domingo, 7 de octubre de 2018
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Desde que acaricié tus labios, anhelaba un beso tuyo, uno efímero. Algo pequeño. Anhelaba algo que no era mío, pero cuando sucedió, cuando probé de tu fruto prohibido, entonces supe que Dios no me quería y Satanás me llamaba.
Y es ahí donde entendí porque Eva comió de aquel árbol. Es así como me sentí tan ella comiendo de tu bendito fruto.
Me encantó pecar y tenía ganas de probar más. Quería saber si era verdad que entré al infierno sin esfuerzo y que Satanás realmente me quería en su reino.
Caí en mi propia trampa y terminaste encantándome.