Sábado, 31 de agosto de 2019
Entonces el Autor se encontraba bajo sus cobijas, llorando porque los sentimientos que estaban floreciendo le asustaban en cierto punto. Quería, tenía ganas de que algo o alguien lo rescate, pero estaba más que solo. Afrontando como siempre todo en ese estado.
Sí, estaba débil y quería un jodido abrazo, sin embargo, nadie se lo podía proporcionar.
— Genial...
Y abrazó su almohada, imaginando a cierta criatura que rondaba en lo más profundo del bosque. Que iba y venía cuando quería.