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¿Cuándo dejará de fingir que no le gustó de sobremanera el hecho de que aún él lo tenga presente? El brindar como triunfo sintiéndose la criatura más nefasta del planeta dejándose llevar por ese sentimiento de…
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Jueves, 14 de octubre de 2021
Estar en la oscuridad de su cama, sumergiéndose en sus recuerdos o lo poco que pudo rescatar de ello, acallando esa pelea interna que lleva ya desde un buen tiempo, lo jodía. Peor aun cuando no podía detener esas ansias de tenerlo a su merced, tomarlo, dominarlo…
Tenia hambre
Tenia sed de él.
Lo deseaba y anhelaba de forma impresionante.
Maldijo para sus adentros, tratando de no pensar en nada ahora, pues no quería empeorar los cambios que poco a poco comenzaba a notar en su cuerpo. Incluso el escribir se le dificultaba por tener garras en cambio de manos.
Una bestia
Un animal salvaje.
En eso se estaba convirtiendo.
[…]
Se encontraba ansioso, quería que nuevamente llegue, lo lastime, devore, marque y someta como tanto menciona y presume en sus cartas, que lo haga sentir tan “ella” nuevamente o que lo sacie hasta dejarlo al borde de la muerte.
Vaya.
Pensamientos casi impuros que solo le provocaba emoción a estas alturas, pero que fueron disipándose al caer apenas en la realidad al darse cuenta que esa mezcla de sensaciones no seria la misma como cuando había sentimientos de por medio y, cayó aun más, cuando logró divisarlo.
—…tú.- retrocedió instintivamente, con unas ganas inmensas de huir del lugar pactado, contradiciéndose.— Casi dos años y estas aquí.
Mencionó con incredulidad, y así como las respuestas a su primera carta, nunca pensó que este lo citaría bajo el árbol, bajo ese mismo dond-
No, no recuerda con exactitud que pasó ahí.
Ni tampoco es que quiera hacerlo.
Entonces…
El Autor retrocedió cuando este quiso tomar su mano y morderla cual salvaje, retrocedió al verlo querer tocar sus cabellos, retrocedió cuando mencionó su nombre entre susurros tratando de atraerlo, aunque, el detalle aquí, era que no sabia si se trataba de él o su mente jugándole en contra.
Pues se encontraba un tanto ido, quizá agobiado por la situación, pero volvió en sí cuando se percató que estaba preso en los brazos del azabache.
Oh no.
Ni siquiera intentó cruzar miradas para evitar perderse en los ojos contrarios, tampoco quería estar tan pegado a él, cosa que le fue inevitable porque tuvo qué. Pues el hecho de que aquella criatura se aferrara como si tratara de reclamarlo, hizo que se abrace del cuello de este para no perder el equilibrio.
Movimiento clave que solo le facilitó el hecho de que el Autor escuche su respiración e incluso, las cosas inimaginables que esta dispuesto hacerle, como también, confesándole casi como susurro el querer tenerlo solo y para él.
—Te recuerdo que..- habló por lo bajo, estremeciéndose ante aquellos toques que lo hacían vacilar, logrando un cosquilleo en su ser, pero—, ya no te pertenezco.
Sentenció, desapareciendo de un momento a otro, tal cual fantasma dejándole solo la capa como recuerdo.
Aunque…