Sábado, 30 de octubre de 2021
El Autor corrió con todas sus fuerzas al lugar de siempre, se encontraba descalzo y poco o nada le importaba el hecho de lastimarse, aunque eso ahora no era importante.
—…tus manos.- apenas y pudo hablar la gran estrella, quien no se atrevía a preguntar qué es lo que había pasado o hecho, si fue ayer o esa misma madrugada.
Incluso la vestimenta de este lo delataba, había cambiado de color.
—Lo sé, lo sé.- cayó entonces de rodillas ante una Luna que se encontraba llena y vestida de gala, sollozando, como nunca antes lo había hecho.
Ni siquiera pudo levantar la cabeza para observar su majestuosidad, no estaba presentable, su boca estaba manchada de aquella sangre al igual que su cuerpo.
—Errar es humano.- trató de consolarlo.
—He ahí el problema.