El azul de sus ojos

Capítulo 11: Las Palabras del Mar

Después de las presentaciones iniciales, la madre de Daniel, la majestuosa diosa del Mar, se volvió más seria. Su rostro parecía reflejar las profundidades insondables del océano, lleno de misterio y sabiduría antigua.

 

"Sofía, Daniel," comenzó, su voz resuena con el tono tranquilo de las olas. "Ha llegado el momento de que comprendan la verdad de lo que se avecina."

 

Me apreté contra Daniel, sintiendo una oleada de inquietud. "¿Qué verdad?" Pregunté, mi voz apenas un susurro.

 

La Diosa del Mar nos miró con sus intensos ojos azules. "La tormenta que se acerca no es solo una tormenta común. Es un reflejo del caos que está agitándose en los reinos divinos."

 

Daniel frunció el ceño. "¿Qué quieres decir, madre?"

 

Ella miró hacia el cielo nocturno, donde las estrellas parpadeaban como diminutas luces en la oscuridad. "Hay una lucha de poder entre los dioses. Una lucha que amenaza con desequilibrar la armonía de la naturaleza."

 

Mis ojos se ensancharon ante la revelación. Nunca había considerado que los dioses pudieran tener conflictos entre ellos, pero supongo que, como cualquier otra entidad con libre albedrío, también tenían sus desacuerdos.

 

"¿Y qué podemos hacer nosotros al respecto?" Pregunté, sintiéndome completamente impotente frente a la magnitud de lo que estábamos enfrentando.

 

La Diosa del Mar me miró, una sonrisa suave adornando su rostro. "Esa es precisamente la razón por la que estoy aquí, Sofía. Necesito que ustedes dos me ayuden a restaurar el equilibrio."

 

Daniel y yo nos miramos, la realidad de lo que se nos estaba pidiendo comenzaba a pesar sobre nosotros. Sin embargo, sabíamos que no podíamos darle la espalda a esta responsabilidad. Si había algo que podíamos hacer para ayudar, entonces teníamos que intentarlo.

 

Asentimos al unísono, y aunque nuestras sonrisas estaban tensas, nuestros corazones estaban decididos. "Estamos contigo, madre," dijo Daniel, apretando mi mano.

 

La Diosa del Mar asintió con satisfacción. "Entonces comencemos. La tormenta se avecina, y el tiempo es esencial."




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