El Bastardo Desdichado

Capítulo 1 ¿Quién Falta?

Tantas veces le había prometido a Sonia que dejaría de fumar, pero Javier no conocía otra forma distinta e inmediata de disminuir la endemoniada ansiedad que lo estaba atormentando en ese momento. ¿Debía regresar a casa y olvidarse del hombre que había hecho la llamada? Quizás no debió haberse prestado al juego de un loco y con haber llamado a la policía y contratar vigilancia habría sido más que suficiente.  

De manera involuntaria tomó un cigarrillo, encendiéndolo y fumándolo tan de prisa que, en cuestión de segundos, su mano estaba de nuevo encima de la cajetilla, pero esta vez el segundo cigarrillo no lo encendió, lo arrojó al piso y se talló la cara.

- ¡Con un demonio! – se dijo.

Fue entonces cuando su cerebro adquirió la cordura y se decidió a abordar rápidamente su auto dándose un segundo para resoplar. Enseguida encendió el BMW Sedán, de último modelo, serie cinco, color blanco y de vistas cromadas; y puso la palanca de velocidades en reversa con la firme intención de salir del estacionamiento. Pero apenas su pie rozaba suavemente por encima del pedal cuando una puñalada de escalofríos se le clavó entre el estómago y la espalda. Había un auto viejo a unos cuantos metros de distancia; y a pesar del polarizado, podía distinguirse la silueta de un hombre al volante. Javier no estaba muy seguro de que fuera el mismo auto que lo había estado siguiendo desde que saliera de casa. 

Apagó el motor aparentando tranquilidad. Resopló de nuevo y miró hacia la puerta del edificio. Después bajó del coche y caminó por el estacionamiento hasta los escalones que daban a la puerta principal. Allí se detuvo frente al buzón y sustrajo la correspondencia. Enseguida barajeó rápidamente el mogote de cartas y distinguió un papel doblado, sin sobre y sin remitente. Dio un suspiró largo, con fuerza, y se llevó el papel hasta el centro de su pecho apretándolo como si en él viniera escrito un presagio. Ingresó por la puerta principal de la constructora.

   “Distinguido señor:

La identidad de quien le escribe jamás le será revelada.

…1993… ¿Recuerda usted ese año?

¿Recuerda usted a Diana? Aquella mujer que

abandonó tras conocer de su embarazo…

Seguramente si la recuerda, sr Linares.

Esta es la regla que deberá seguir al pie de la letra:

Si está dispuesto a proteger la vida del Bastardo Desdichado deberá

compartir su cuantiosa fortuna con mi organización.

En los próximos días alguien le visitará para indicarle

la cantidad que deberá pagar por la vida de su hijo” …

                                                                                 Androctonus, El Escorpión.

Recordó la llamada de la noche anterior:

- Escúchame, no quiero que llames a la policía.

- No entiendo. ¿Qué es lo que usted quiere?

- Vamos a hacer las cosas bien.

- Escuche, no es el momento, ni la hora adecuada para esta clase de bromas. Tampoco es apropiado que usted no se presente.

- ¡No vayas a colgar porque si lo haces el bastardo se muere!

- ¿Qué clase de conversación es ésta? ¿Qué es lo que quiere?

- ¿Quién falta en tu mesa esta noche?

- ¿Por qué no pregunta directamente lo que quiere saber?

- Lo sé todo, Javier.

- ¿Usted me conoce? ¿Qué pretende con llamar a mi casa y decir toda esta sarta de estupideces?

- Tranquilo. Vas a necesitar hacer acopio de mucha tranquilidad para pensar. “Alguien” falta en tu mesa y ésta llamada es para avisarte que su vida corre peligro. Y tú eres el único que puede salvarlo.

- ¿Quién es usted? Necesito saber su nombre para poder entender.

- Soy un animal venenoso que se esconde entre la sombra para atacar a su presa.

- ¿Y la presa soy yo? ¿Es una extorsión? ¿Sabe que puedo llamar a la policía?

- ¡Si lo haces, te vas a arrepentir!

- ¡Basta! ¡No voy a permitir que usted me amenace!

- Nada le va a ocurrir al bastardo si tú colaboras en mis propósitos.

- ¿Bastardo? Escuche, estoy seguro de que usted me confunde.

- Ninguna confusión, señor Linares. ¿Quién falta en tu mesa esta noche? ¿Quién falta en tu vida? ¡Vamos! ¡Responde!

- Nadie.

- ¿Estás seguro? ¡La vida de éste miserable depende de tu generosidad! 

- ¡Basta!

- Vamos, Javier, ¿no eres capaz de comprender de quién se trata? ¿Hace cuánto que no lees tu correspondencia? Me temo que mañana deberás ir a tu oficina, así que te recomiendo que des por terminada la celebración de esta noche y descanses, porque mañana será un día de muchas sorpresas.



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En el texto hay: intrigas mentiras amor verdadero

Editado: 22.02.2023

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