4. La revelación.

5 días antes del primer encuentro.

Las flores ya habían estallado y cubrían las macetas que Marlene había traído como regalo de inauguración de mí apartamento, renta de ella cual mis padres muy amablemente se habían ofrecido a pagar hasta que yo consiguiese un empleo, algo que esperaba que sucediera pronto porque no quería aprovecharme de ellos, después de todo esa era la idea de separarme de ellos, no depender de su ayuda.

Para eso debía darla en el clavo en la entrevista que sería en menos de una semana.

— ¿Estás nerviosa?— preguntó moviéndose de un lado al otro.

—Quieta o te pincharé con la aguja— la amenace poniéndola en alto.

—Lo siento es que esto de ser tu maniquí viviente me hace sentir un poco… Incómoda. Además, la tela pica— se quejo elevando el brazo para llevarlo atrás de su espalda y rascarla.

—Disculpa— respondo obligándola a pararse derecha— Son los precios de la moda— rei— Es lo que está en auge, hice mí investigación, los corset de lentejuelas son lo que se estará usando durante esta temporada así que será mejor que te vayas acostumbrando.

—Dudo que algún día pueda— sentenció haciendo un mohín— Honestamente no entiendo nada.

— ¿Qué cosa?— pregunté colocando unos alfileres a su costado para ajustar el pantalón.

—La moda, lo que está "in" y lo que está "out"— dibujo entre comillas— Al fin y al cabo son trapos que usamos para cubrir nuestros cuerpos, no más que eso.

Negué divertida ante su aversión.

—Es un asunto superior—explique— Supera el que te pondrás para ir a una fiesta, a una salida de amigas, o a una cita. Es esa satisfacción que te da cuando encuentras tu estilo, cuando un conjunto que juraste que no te andaría o no te quedaría bien, te sienta de maravilla. O cuando te dan halagos. Es amoldarte a las tendencias e ir mutando con ellas, es la vida misma— añadí sin poder ocultar el amor que le tenía— Baja del taburete— ordene señalando el piso.

—Me alegra oír que para ti es así—bufo— Lamentablemente en lo único que puedo pensar es en como mis ovarios me están matando por no haberle dado un niño para albergar en mí útero— río.

Y la acompañé por unos segundos hasta que caí en la cuenta de algo. Mí periodo no había llegado aún.

Aunque no era tan raro considerando que no siempre llegaba a tiempo, y no le habría pasado demasiada atención de no ser porque últimamente había sentido más náuseas de lo normal, pero las había asociado con los nervios que el nuevo trabajo me estaba provocando.  

Y esa sola y simple revelación causó que mis latidos se descontrolaran.

— ¿Qué día es?

—3 de octubre — contesto confundida — Por qué?

—Es mí periodo… Todavía no llega— murmure en un hilo de voz.

Mí preocupación se trasladó a ella  quien se puso en modo profesional de inmediato.

— ¿Cuándo debería haber aparecido?

—Hace como una semana atrás— confesé avergonzada por no haber estado más pendiente.

— ¿Has tenido síntomas? ¿Alguno en particular?

—Náuseas, rechazo a ciertas comidas y me he sentido un poco mareada— enumere uno por uno— Los relacione con la ansiedad que la entrevista me generaba—admiti.

Su ceño se frunció y la habitación se quedó en silencio por un momento antes de que ella dijera :

— ¿Tienes el kit que te di?

Asentí.

—S…Si.

—Bien. Al baño. Debes hacerte un test — afirmó tomándome del brazo sin esperar un minuto más, arrastrándome allí.

⏱️⏱️⏱️

Mis pies se movían de arriba abajo mientras estaba sentada en el inodoro, deseando que la alarma de mí móvil sonara.

— ¿Estás bien?— preguntó Lene quien se había quedado a mí lado.

—Sí.No. No lo sé— susurre con el corazón hecho un puño a la vez que sentía que todo daba vueltas a mí alrededor.

Tres "bip" indicaron que la hora había llegado.

—Ya sabes lo que debes hacer — apuntó a la varilla.

Lo hacía sin embargo no estaba segura de estar lista para esa revelación.

Con dedos temblorosos me acerqué al lavamanos y lo tomé con fuerza, solo para que este cayera al piso.

Dos líneas rosas me miraban a mis pies.  Era oficial.Estaba embarazada.