El Bebé del Millonario

CAPÍTULO 14

 

Narrado por JULIET

 

Siempre fui contestataria y pese a todas las advertencias de parte de Kerem, me siento con ventajas para imponer mi propia autoridad y ejercer mi pensamiento libre ante un hombre tan déspota e insensible.

Antes de venir a este almuerzo, ya me dijo Thammy que desde que este hombre la contrató, no le había visto sonreír ni una sola vez desde que la contrató. De hecho, pensaba que ni siquiera se sabía su nombre ya que no tenía recuerdo de haberle escuchado mencionarlo ni una sola vez. Ella se encarga de ir a la casa por las noches mientras que otra persona se encarga de ir en el dia y cuidan de Ali de tiempo completo, además de enseñarle “Modales” cosa que Kerem exigió desde el primer instante. Es criterio de exigencia que también deban enseñarle a hablar a Ali, para que se inserte en el lenguaje antes. Cuentan con un arsenal de estímulos para que el pequeño cuente en su día a día y así ser la criatura más inteligente del mundo ya que no me explico que de otra manera subsistan en el día a día unas personas cuyo único objetivo es criar a una suerte de genio con institutriz, maestras, un padre ausente en su amor por el pequeño y una madre que acaba de fallecer.

Se me pone la carne de gallina de solo pensarlo.
Además, desde el primer momento que se ha producido mi encuentro con Ali, descubrí que es un chico lleno de amor. Sus bracitos me rodearon y me dedicó una sonrisa cargada de búsqueda de aprobación.

Mi pequeño.

Ahora estamos camino al elegante almuerzo al que Kerem quiere que asista porque “debo hacerlo” así a secas, mientras que Neville me indica que es necesaria una mujer florero a ojos de los demás.

Es mi única función, además de sostener a Ali y mimarlo y consentirlo en caso de que llore. No me parece mala idea, solo que apenas nos estamos conociendo.

Una vez que llegamos al objetivo en uno de los transportes privados del señor Deniz, que apenas queda a unas cuadras, bajamos y desde el primer instante sé que este no es el estilo de lugares al que jamás pensé que asistiría.

El edificio está repleto de lujos: es inmenso, al levantar la cabeza se me pierde con el cielo, tiene amplios ventanales vidriados, agentes de seguridad por todas partes e importantes familias van ingresando. Hay fotógrafos oficiales del evento, pero también distingo que hay prensa acreditada.

—¿Saldremos en los diarios de mañana?—le pregunto a Kerem, incorporándome hacia él mientras Ali observa a diestra y siniestra tanta gente y tantos colores; sospecho que no le ha sacado desde hace tiempo a la calle.

—No sé si en los diarios, pero probablemente en la Forbes o en revistas de finanzas.

—¿Me explicas de qué va el evento?

—Un almuerzo de bienvenida que organizan jóvenes de start ups a inversores angels que incursionan en tecnologías, aunque la mayoría cuenta ya con algo de trayectoria.

—¿Y cuál es tu función?

—Emprendimientos que no despegan aún. El objetivo es darles un soporte necesario para postar a ellos y analizar si es rentable o no.

Vaya, el señor Deniz me ha contestado a tres preguntas seguidas, creo que estoy creando a un monstruo.

—¿Qué hay de ti?

Esas palabras no me las esperaba.

Estamos entrando y tomamos algunas opciones que nos sirven de entrada y refrigerios. Él recibe una copa de vino con tintes violetas mientras que yo opto por una limonada, aunque se me dificulta con Ali en brazos.

Está el carro de él en servicio para poder ubicarlo, sin embargo en brazos es menos factible que llore, además que hay escalones por todas partes. Posiblemente cuando nos quedemos en un lugar estable, pida el carro.

—¿De mí, señor Deniz?

—Sí, ¿pensaste alguna vez emprender en tu disciplina?

—¿En idiomas?

—Exacto.

—No lo creo, eso no es para mí.

—¿Hasta cuándo vas a seguir vendiendo tu tiempo?

—No vendo mi “tiempo”. Vendo mis estudios, mi saber, mis habilidades pedagógicas. Soy una freelancer, no una empresaria.

—Claro, todo eso por hora.

—Sí, no hay otra manera.

—Si tuvieras tu propia plataforma, tu mercado podría ser mucho más expansivo, vender cientos o miles por hora e incluso mientras duermes. No hay mejor negocio en el mundo que ese, Juliet: el que permanece haciendo dinero para ti cuando duermes. Hay gente desvelada cada noche buscando aprender algo nuevo, hay gente audaz y con hambre de crecer que está dispuesta a darles eso.

—Yo ya sé de qué lado estoy.

—Pero no es suficiente y lo sabes. Debes dar vuelta esa ecuación que tienes hasta el momento, eres líder en una plataforma, es decir que sabes cómo se usa, cuáles son los criterios para que tenga éxito y eres consciente de cómo funciona su algoritmo. ¿Verdad?

—¿Hacia dónde quiere ir, señor Deniz?

—¿Sí o no?

—Sí, creo que algo conozco.

—Es suficiente. Y sabes cuáles son las fallas porque tú lo vives desde adentro del sistema, como parte de este.

—Conozco las falencias, sí.

—¿Y sabes cómo compensarlas?

—Mmm, es probable.

—¿Sabes lo que es una matriz FODA?

—Sí. —Sé lo que es, alguna vez lo estudié en mi último año de escuela dentro de la asignatura de “Métodos de investigación” y también creo haber visto algo al respecto en Economía.

—Haz una con tu profesión y luego lo hablamos. No ahora: cuando tengas tiempo.

—¡Kerem!

—¡Ian!

Alguien acaba de captar la atención absoluta de mi jefe. Luego este intercambia algunos juegos con Ali, pero a este no le cae en gracia el señor que habla demasiado fuerte y huele fuerte a café y cigarro.

Debo apartarme con Ali para mecerlo y observar las pinturas costosas que están en el salón principal mientras le hablo bajito, sin embargo, mi cabeza ha quedado dando vueltas al ¿ofrecimiento? de parte de Kerem.

¿Quiere que diseñe mi propio emprendimiento o entendí mal? ¿Para qué querría él que yo participe en algo así?




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