El Beso

Capítulo catorce

Desconocido

¿E de Ethan? ¿A quién más conocía con una “E” en su nombre?

¿Quién más lo haría? ¿Un mensaje de texto?

Deja de enredarte, Jane. Solo pregúntale si fue él.

Tomé una foto del café y se lo mandé a Ethan.

Me preparé para todas las situaciones. En mi mente ya estaba la posibilidad de ser humillada o quedar como payaso. Un mensaje como: “Eh, no. No JA, JA, JA. ¿Por qué pensaste que fui yo?”

Debo dejar de ser tan estúpida algunas veces.

@jana.beth_
[Foto] Gracias <3.

A los pocos segundos, sorpresivamente, recibí su respuesta.

@e.dalaras
De nada.

Ok. Sí fue él, al menos no he quedado como payasa.

@jana.beth_
¿Me viste la cara de zombi?

@e.dalaras
Sí, JA, JA, JA.
¿Estás bien?

@jana.beth_
Sí, es solo que no dormí nada y me pasó la cuenta.

@e.dalaras
¿Y por qué el insomnio?

Por ti guapo.

@jana.beth_
Películas de Crepúsculo. :)

@e.dalaras
JA, JA, JA, JA. ¿Te gustan los vampiros?

@jana.beth_
Sí, demasiado.

—¡Jane! —Sentí a alguien golpear una de las ventanas llamándome. Levanté la vista de mi teléfono y vi a Dan junto a los chicos del equipo. ¿Qué quieren ahora?

Esperé otro mensaje de él, pero no llegó. Tomé mis cosas y salí de la cafetería, llevándome mi café.

Daniel y los demás estaban afuera, en el jardín que conectaba el primer edificio del segundo. Allí había mesas bajo techo en donde la mayoría se reunía a conversar. Estaban charlando, riendo y jugando a la fuerza. ¿Por qué me llamarían a mí?

—Aquí viene. ¡Jane! —dijo Dan sonriendo.

—Hola a todos. ¿Qué pasa Dan?

—Nada, es que te quería presentar —dijo en voz baja cerca de mi oído—. Ella es Jane.

—¡Ah, tú eres la amiga de Kristen! Sí, te conozco —expresó Sam, otro basquetbolista.

—¿Kristen? —contestó Adam rodando los ojos.

—Sí, Kristen es mi novia.

—Oh, sí lo sabe —Sam se rio a carcajadas con los demás. Adam los fulminó con la mirada haciendo que se detuvieran y sorbió con su nariz, marchándose de mala gana con pasos pesados.

—¿Qué…? —preguntó Dan

—Déjalo, es así.

—Sí, Dan, no lo tomes en cuenta. Nunca hemos podido entender a Maxwell del todo.

—A quién le importa, ya vámonos antes de que el entrenador nos mate. Vamos Dan.

—¿Dan? —Giré a verlo extrañada. ¿Desde cuándo existe un DinoDan Basquetbolista?

—Los alcanzo luego. —Sam asintió y se fue golpeando a los demás chicos y huyendo de ellos.

—¿Ahora Dino Dan es basquetbolista? —Él rio.

—¿Sigo siendo el dinosaurio Daniel?

—Siempre serás un dinosaurio, Dan. Ahora dime, ¿vas a entrar al equipo?

—No lo sé, tal vez. Aunque creo que me aplastarían en un segundo.

—¿Lo dices por Adam Maxwell?

—No, él ni siquiera está en el equipo. Lo digo porque aunque no soy debilucho, hace mucho tiempo que no juego básquetbol. Es como si tú participaras en el escuadrón de porristas. Hace mil años no haces acrobacias.

—En mi defensa, las porristas tenían dignidad en ese tiempo —dije apuntándolo con el dedo haciendo que riera—. Y no es del todo cierto, me ejercito… cuando puedo. La elasticidad no la he perdido al menos.

—Ajá ese “cuando puedo” es igual de cierto que cuando dices que es el último libro que comprarás.

—Será mejor que vayas con esos idiotas antes que te extrañen.

—Ajá, evita el tema. —Sacudió mi cabeza con su mano y apretó mis mejillas con fuerza—. Sabes que Ethan también se junta con ellos, ¿verdad?

—¿Lo has visto? —dije intentando disimular mi emoción.

—Sí, un par de veces. Es simpático. —Lo sé… Bueno, no lo sabes del todo Jane.

—Mhm… Ya vete.

—Puedo hacer que salgan si quieres.

—¡DANIEL! —golpeé su hombro con mi puño.

—¡Qué! ¡Ouch, YA PARA!

—No te atrevas a decirle algo, o…

—¿O qué, “miedosa”? Sería de ayuda, además creo que sería extraño que no le llegaras a gustar.

—¿Por qué lo dices? —negó con la cabeza y levantó los hombros—. Sabes algo.

—No, claro que no.




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