Mathew Moon
El aroma a pino y tierra húmeda siempre había sido para mí el preludio inconfundible de una noche de celebración de la manada. Desde la cima de la colina, donde la fogata ya crepitaba con la voracidad de un corazón gigante latiendo en el pecho oscuro del bosque ancestral, contemplé el centelleo disperso de luces que marcaban los hogares de nuestra gente. La Manada Luna Oscura.
Un nombre que resonaba con la fuerza de la tradición y la promesa de un futuro próspero, un legado forjado por la mano firme y la sabiduría paciente de mi padre. Pronto, muy pronto, ese legado sería mío. La idea me llenaba de una satisfacción profunda, un hormigueo de poder que se extendía cálidamente por mis venas. Ser alfa. Guiar a mi gente, asegurar su bienestar, verlos florecer bajo mi liderazgo. No era solo un deber, sino mi destino, una responsabilidad que abrazaba con una impaciencia creciente.
-"Pensativo, muchacho,"- la voz grave y familiar de mi padre me sacó de mis ensoñaciones, su tono teñido de un afecto áspero que siempre me había resultado reconfortante. Estaba a mi lado, su silueta robusta y protectora recortándose contra el lienzo cambiante del cielo nocturno, donde los últimos vestigios de luz luchaban contra la creciente oscuridad. -"Todo está dispuesto. La gente espera a su futuro alfa. Se siente la anticipación en el aire, Hijo Mio."- Una punzada de orgullo genuino me recorrió el pecho ante sus palabras, un reconocimiento tácito de mi inminente ascensión.
-"Solo admiraba lo que has construido, padre,"- respondí con una sinceridad que rara vez expresaba en voz alta. -"Y pensando en el futuro. En lo que construiremos juntos. La manada está fuerte, pero siempre hay espacio para crecer, para ser aún más… invencibles."
Mi padre sonrió, una red de finas arrugas marcándose alrededor de sus ojos sabios. -"Tienes la visión, Mathew. Eso es innegable. Y tienes a Lyra a tu lado. Una loba de linaje fuerte, de mente aguda e instintos certeros. Una compañera digna de un alfa. Ella entiende las responsabilidades que pronto recaerán sobre tus hombros."-
Ah, Lyra. Su nombre siempre evocaba en mí una sensación de certeza inquebrantable, de un encaje perfecto que había dado por sentado durante tanto tiempo. Llevábamos años juntos, prácticamente desde que éramos cachorros correteando entre los árboles. Habíamos crecido lado a lado, compartiendo no solo juegos infantiles sino también ambiciones adultas y sueños de un futuro compartido. Su fuerza era innegable, su inteligencia una ventaja estratégica para cualquier líder. Ella comprendía la intrincada red de la política de la manada, la importancia de la tradición y la necesidad de una mano firme. Era mi igual en muchos sentidos, mi confidente más cercana, la luna que visualizaba a mi lado cuando finalmente portara la corona invisible del alfa. La idea de que el Destino, a través del ineludible lazo de apareamiento que se manifestaría en mi decimonoveno cumpleaños (una fecha que ahora sentía lejana, aunque inevitable), nos uniera oficialmente era una ilusión que acariciaba con una impaciencia cada vez mayor. No concebía, ni deseaba concebir, otra posibilidad. Cualquier otra loba palidecería en comparación con su determinación y su comprensión de mi mundo. Rechazaría a cualquiera que no fuera ella, sin dudarlo ni un instante. Lyra era la indicada. Mi corazón lo sabía. ¿O no?
Sin embargo, una sombra sutil, una nota discordante en la melodía de mi certeza, empañaba a veces ese convencimiento absoluto. Cada vez que mis ojos se posaban en Luna Neftally Simons, una sensación extraña me invadía. Era como si una brisa helada recorriera mi piel, un escalofrío inexplicable ante su presencia etérea. Era sumamente hermosa, con una belleza casi translúcida, como una criatura de otro mundo. Su silencio parecía envolverla en un aura de misterio, y sus ojos, cuando levantaba la mirada, poseían una profundidad insondable. Y luego estaba el hecho innegable: aún no se había transformado. A su edad, era inusual, casi… preocupante. Nox, mi lobo interior, reaccionaba de una manera aún más peculiar. Cada vez que Luna estaba cerca, se agitaba, un murmullo bajo y urgente vibrando en mi pecho. Era una sensación extraña, casi un anhelo, algo completamente diferente a la tranquila aceptación que sentía hacia Lyra. Lo más desconcertante era su visceral aversión hacia Lyra. Cada vez que Lyra se acercaba, Nox gruñía, un sonido sordo y amenazante que no lograba entender. Era ilógico. Lyra era mi compañera elegida, la futura luna de mi alfa. ¿Por qué mi propio lobo la rechazaba con tanta vehemencia?
Recordé una conversación reciente con Rob mi mejor amigo y hermano de Nefy mientras esperábamos a Lyra y a su hermana después de sus clases en el instituto. ,,-"Tu hermana siempre está en las nubes,"- había comentado, con una ligera burla en mi tono, más por molestar a Robert que por verdadera malicia. -"Parece ajena a todo lo que sucede a su alrededor. Y aún sin loba a su edad… es extraño, ¿no crees?"-
Rob se había encogido de hombros, con esa calma imperturbable que a veces me exasperaba. -"Ella siempre fue así. Le gusta su espacio, sus propios pensamientos. Pero no te equivoques, Matt, es más observadora de lo que crees. Tiene una mente aguda, aunque no la exhiba como algunos."- Su mirada había adquirido un brillo extraño, casi una advertencia.
-"¿Observadora de qué? ¿De cómo Lyra y yo somos la pareja perfecta, el modelo a seguir para los jóvenes lobos de la manada?"- Había soltado una risa, seguro de mi sarcasmo y esperando una reacción similar de el.
Pero mi amigo no había reído. Su mirada había sido extrañamente seria, contemplando algo que yo no podía ver. -"Solo digo que no la subestimes, Amigo. A veces, las aguas tranquilas son las más profundas."-
Subestimarla. ¿Por qué iba a malgastar mi tiempo y energía en subestimar a alguien que apenas registraba en mi conciencia, a pesar de su innegable belleza etérea y su peculiar retraso en la transformación? Lyra era quien capturaba mi atención, quien encendía la llama de mi ambición y quien compartía mi visión del futuro. Su apoyo era un activo invaluable, su presencia constante a mi lado una declaración tácita de mi poder y mi buen juicio. Y Nox… su extraña reacción hacia Neftally y su claro disgusto por Lyra eran solo peculiaridades sin importancia, errores menores en la melodía de mi glorioso futuro. No les daría más importancia de la que merecían. Mi camino estaba claro, mi elección hecha. Y Lyra estaría a mi lado, como siempre había estado destinado a ser.
#289 en Fantasía
#205 en Personajes sobrenaturales
#528 en Otros
#88 en Relatos cortos
sobrenatural y romance, personajes magicos, amor predestinado
Editado: 14.05.2025