El beso de la Luna

20. Lazos Profundos y un Futuro Real

Una semana. Siete días y siete noches en las que el mundo de Arick y Luna se había reducido al espacio entre ellos, a la calidez de sus manos entrelazadas, al eco de sus risas compartidas y a la profunda conexión que florecía con cada mirada. No se habían separado, inmersos en el descubrimiento mutuo, explorando los recovecos de sus almas con una curiosidad insaciable.
Elara, por supuesto, se había enterado de la noticia con una explosión de alegría tan sonora que, según los rumores que circulaban por la manada, varios pájaros habían abandonado sus nidos en un radio de varios kilómetros.

Su grito de felicitación había resonado por toda la casa, seguido de una serie de saltos y aplausos efusivos que hicieron temblar los cimientos. Inmediatamente después, había tomado el comunicador, marcando el número de los padres de Luna con una urgencia palpable.

-"¡Carolay! ¡Robert! ¡Lo encontraron! ¡Nuestra Luna encontró a su Alfa! ¡Sí, sí, el Rey Arick! ¡No pregunten, solo sepan que es maravilloso! ¡No le digan a nadie! ¡Ya irán a presentar sus respetos formales pronto! ¡Prepárense para conocer a su yerno real!"-

Mientras Elara compartía la noticia con su característica falta de sutileza, Arick y Luna estaban acurrucados junto a la chimenea, absortos en una conversación tranquila.
-"Apex está... fascinado con Tea," comentó Arick, una sonrisa suave curvando sus labios. -"Dice que su conexión es... inusual. Profunda y poderosa desde el primer instante. Y anoche... anoche la vio correr en el bosque. Estaba asombrado de su tamaño... tan grande como él. Dice que es magnífica."-

Luna sonrió, sintiendo el suave murmullo de satisfacción de Tea en su interior. -"Tea siente lo mismo por Apex. Dice que es un lobo leal y fuerte, digno de su Alfa. Y sí, ella... siempre ha sido fuerte, incluso sin manifestarse por completo. Ahora... ahora se siente libre."-

-"Nuestros lobos parecen tener mejor comunicación que nosotros a veces,"- bromeó Arick, tomando la mano de Luna entre las suyas. -"Pero estamos aprendiendo."-
-"Estamos,"- asintió Luna, sus ojos plateados brillando con afecto. -"Cada día se siente más... correcto. Como si todas las piezas finalmente encajaran."-

El tema inevitablemente giró hacia el futuro. -"Tenemos que hablar de... Tu vivienda,"- comenzó Arick, su tono ligeramente formal. -"Lo tradicional es que la Luna se mude a la casa de la manada. Es... grande, pero tiene sus propios aposentos y todo lo que necesites, aunque esa parte del la convivencia no me es factible, mi mujer dormirá conmigo, dónde pertenece, en mis brazos."-
Luna lo miró, curiosa. "¿La casa de la manada? ¿Vives allí?, creía que vivías aquí."-

-"Sí,"- respondió Arick. -"Es la residencia del Alfa y la Luna. También necesitamos hacer una presentación formal a la manada. Deben conocer a su futura Reina."-
La palabra "Reina" resonó en la mente de Luna, haciéndola detenerse por un instante. -"Reina... ¿eso significa que...?"-

Arick tomó su otra mano, sus ojos dorados serios. -"Significa que eres mi compañera, mi igual. Como Luna del Rey Alfa, tendrás un papel importante en la manada. Tu fuerza y tu sabiduría serán valiosas."-

-"Y también tendremos que ir a presentar nuestros respetos a tus padres,"- añadió Arick, su tono suavizándose. -"Es importante para mí tener su bendición."-

-"Ellos estarán encantados de conocerte, Arick,"- aseguró Luna, una calidez extendiéndose por su pecho ante la idea de unir a sus dos mundos.

-"Después de eso..."- Arick hizo una pausa, su mirada adquiriendo una intensidad que hizo que el corazón de Luna latiera más rápido. -"...vendrá la presentación a todos los Alfas del mundo. Es una tradición, un reconocimiento formal de nuestro lazo."-

Los ojos de Luna se abrieron ligeramente, la magnitud de la situación comenzando a asentarse en su mente. Ser la mate del Rey Alfa no era solo una unión personal; era un evento de importancia para toda la comunidad licántropa. Ella sería una figura de poder, una líder junto a él.

-"¿Todos los Alfas del mundo?"- preguntó, su voz apenas un susurro.

Arick asintió, su agarre en sus manos se hizo más firme. -"Sí, mi Luna. Tú serás mi Reina, y juntos gobernaremos nuestra manada y representaremos nuestra fuerza ante el mundo."-

Un silencio se extendió entre ellos, cargado de la comprensión del peso de su futuro. Luna sintió una mezcla de nerviosismo y una creciente sensación de emoción. La idea de ser Reina era abrumadora, pero la certeza del amor y el apoyo de Arick la llenaba de una confianza inesperada.

-"Estoy lista,"- dijo finalmente Luna, su voz firme y llena de determinación. -"Estoy lista para estar a tu lado, Arick."-

Una sonrisa radiante iluminó el rostro del Rey Alfa. -"Lo sé, mi Luna. Juntos, seremos imparables."- Dijo sellando sus palabras con un beso.




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