El beso de la Luna

27. Secretos Compartidos y Viajes pendientes

Los días que siguieron a la emboscada en los límites de su territorio transcurrieron bajo una tensa calma. Arick había movilizado a sus guerreros más leales, enviándolos en todas direcciones para rastrear a los renegados supervivientes y desentrañar la identidad de quienes orquestaron el ataque.

La sensación de una amenaza invisible acechando en las sombras crispaba el aire de la manada, aunque la vida cotidiana intentaba mantener su curso habitual. Sin embargo, las noches, cuando Arick y Luna se encontraban en la seguridad de sus aposentos, se llenaban de conversaciones susurradas y la promesa tácita de protección mutua. A pesar de sus esfuerzos, las investigaciones no habían arrojado luz sobre la mente maestra detrás de la emboscada, sembrando una inquietante incertidumbre.

Un atardecer, mientras Arick revisaba unos documentos en su despacho, Rhysand entró con su habitual paso tranquilo. -"¿Cómo van los preparativos para la visita a la antigua manada de Luna?"- preguntó el Beta, su mirada seria pero con un toque de anticipación. -"Solo queda una semana."-

Arick dejó los documentos a un lado, su rostro relajándose ligeramente al pensar en el viaje. -"Todo está en orden. Los guerreros designados están listos para partir en dos días. He enviado exploradores avanzados para asegurar la ruta y notificar de nuestra llegada. Quiero que todo sea perfecto para Luna, te dejo a cargo de la seguridad en la universidad donde estudiara Luna, cuando esté todo lindo le daré la noticia, nos iremos por 3 semanas como mucho."

Rhysand solo asintio.

Mientras tanto, en la habitación que ahora compartían, Luna estaba sentada en el borde de la cama, con el teléfono móvil entre sus manos. Su voz era un susurro suave y cariñoso mientras hablaba con su madre.

"Hola, mamá. ¿Cómo estás?" preguntó Luna, un tono de familiaridad en su voz.

-"Mi niña, estoy bien, extrañándote como siempre,"- respondió Carolay al otro lado de la línea. -"Elara me ha contado... bueno, ya sabes."- Hubo una breve pausa, cargada de emoción contenida. -"El Rey Alfa... es tu mate."-

Luna sonrió, aunque su madre no pudiera verla. -"Sí, mamá. Ha sido... todo ha pasado muy rápido. Pero estoy feliz, realmente feliz."-

-"Lo mereces, mi amor. Después de todo lo que has pasado..."- La voz de se madre se quebró ligeramente. -"Y ¿cómo es él, Luna? ¿Es bueno contigo?"-

-"Es... increíble, mamá. Fuerte, protector... y tiene un corazón enorme. Lo vas a querer, lo sé."- Luna suspiró suavemente. -"En realidad, de eso quería hablarte. Vamos a ir a la antigua manada en una semana, Arick quiere presentar sus respetos a ti y a papá."-

-"¿Van a venir? ¡Qué maravilla, mi niña!"- La alegría en la voz de mamá era palpable.

-"Sí, pero quiero que sea una sorpresa para papá y para todos los demás. Quiero que Arick me presente formalmente cuando estemos allí. Quiero ver sus caras cuando se den cuenta de que su Luna... es la compañera del Rey Alfa."-

-"Entiendo, mi amor. Será nuestro secreto. Tu padre se va a desmayar de la impresión,"- rió Sarah suavemente. -"¿Estás nerviosa?"-

-"Un poco,"- admitió Luna. -"Pero estoy emocionada. Quiero que conozcan al hombre que lo es todo para mí. Y sé que cuando lo vean juntos, lo entenderán."-

-"Estoy deseando conocerlo, mi cielo. Cuenta con mi apoyo incondicional. Solo queremos tu felicidad, Luna."- La voz de mi madre estaba llena de calidez y un amor incondicional.

Luna sonrió, sintiendo una oleada de cariño por su familia. -"Gracias, mamá. Los quiero mucho. Los veo en una semana."- Colgó el comunicador con el corazón latiéndole con una mezcla de anticipación y un ligero nerviosismo. El viaje pendía en el aire, cargado de secretos compartidos y la promesa de un reencuentro trascendental.




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