― Luciana, ya despierta niña o llegarás tarde a la universidad ― La voz de su madre llega casi de manera lejana a ella y es que le es imposible despertar sola por las mañanas.
La muchacha se despereza entre las sabanas, abre los ojos con lentitud y suspira parsimoniosamente, sus largos cabellos desparramados en la almohada se mueven al compás de sus movimientos mientras se incorpora.
― ¡En un momento bajo! ― responde poniendo sus pies en el suelo.
― ¡Date prisa o llegarás tarde! ― escucha mientras cepilla su cabello y coloca sus zapatos al mismo tiempo.
“Llegaras tarde, de nuevo.”
La muchacha voltea al escuchar el susurro, en su habitación no hay nadie más que ella ni siquiera su mascota se encuentra ahí pero está segura de que escuchó algo sin embargo lo deja pasar, no quiere tener problemas con sus padres de nuevo después de todo lo que pasó hasta hace unos meses atrás.
Luciana Vega es una joven de veinte años próxima a cumplir años, estudia en la universidad el Profesorado de Música y realmente va muy bien. Desde que era niña siempre amó cantar, tocar instrumentos y todo lo relacionado y sus papás no dudaron en dejarla participar en el coro escolar y de su iglesia cuando ella lo pidió pero, no todo ha sido color de rosa para ella; siendo pequeña solía escuchar cosas extrañas, voces y susurros, solía ser la que daba las malas noticias, sabía cuándo alguien iba a fallecer o decía que en su habitación había alguien viéndola. Sus padres, preocupados por la situación, la llevaron con un sacerdote en busca de ayuda. Allí logró dejar de lado todas esas cosas, fue bautizada e hizo la comunión cuando tuvo la edad necesaria y todo ese mundo aterrador –para sus padres, pues ella no lo veía mal- terminó.
O eso creyó, a veces cree escuchar las voces aún.
― Buenos días, mamá ― besa las mejillas de la mujer una vez entra en la cocina para poder desayunar.
― ¿Dormiste bien? ― Su madre le sonríe mientras le tiende una taza de café.
― Sí, mucho, ¿Sabes? Tuve un sueño raro pero, no lo recuerdo ― susurra las últimas palabras.
― Bueno, si lo has olvidado entonces no debe ser algo importante ― se encoge de hombros. ― Tengo doble turno esta noche, ¿Estarás bien?
― Claro, no te preocupes, ¿Y Marcos? ― bebe su café.
― También, pero creo que puede salir unos momentos antes de la hora acordada ― toma su bolso y mete en él lo necesario.
― No se preocupen, hoy saldré con Sandra y Clara ― sonríe ― Iremos a bailar a un nuevo club.
― Bien, si necesitas que pasemos por ti nos avisas con tiempo y te cuidas mucho Luciana ― besa su frente.
Ambas se sonríen, la mujer coloca los trastos en el lavabo y se dispone a salir de la habitación cuando se detiene en seco en la entrada de la misma, voltea a ver a su hija la cual ignora que sigue allí, observa detenidamente a la muchacha hasta que la curiosidad la pica y no puede evitar preguntar,
― ¿Has vuelto a escuchar voces hija? ― Su voz sale temerosa.
― No ― responde volteando a verla ― Tranquila, soy una mujer normal ahora mamá, ya quedó atrás la pubertad ― ríe mientras se pone de pie.
― Lo puedo ver ― la imita.
Tal vez Luciana era muy joven para recordarlo pero sus padres pasaron un gran tormento cuando ella hablaba cosas extrañas, cuando aseguraba que en su habitación un extraño la veía dormir pero más miedo tenían cuando la niña avisaba dos días antes quién y cómo iba a morir; llegada la noticia de la muerte ellos se veían aterrorizados de que su hija estuviera teniendo contacto con seres de otra naturaleza y es que ellos eran realmente creyentes y practicaban su religión –sin llegar a ser aficionados- y no podían evitar pensar cosas extrañas.
― No olvides ver al fisioterapeuta hoy ― escucha a su madre y luego la puerta cerrarse.
― Lo había olvidado ― susurra tocando su hombro derecho.
Hace cuatro meses viajaba con su hermano a casa de su padre para pasar las fiestas con él debido al divorcio, estaban ansiosos de poder comenzar las vacaciones con él y planeaban incluso hacer un viaje a algún lugar turístico, pero en pleno camino al aeropuerto algo salió mal, el auto falló y la tormenta no ayudó; los peritos policiales dijeron que había sido una falla del vehículo y que todo lo que ocurrió después fue una consecuencia de ello, sin embargo, ella no lo cree así. Si bien no puede recordar mucho siempre tiene la misma imagen presente, las horrendas criaturas que los rodeaban y aunque su hermano insiste en que no había nada para ella las cosas sucedieron de otra forma.
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amor y seres sobrenaturales y mucho mas, amor angeles demonios
Editado: 03.01.2020