El Beso del Demonio

Cap. 09

Sentado en la silla del escritorio observa a la muchacha dormir, es la primera vez que se encuentran siendo ella tan joven –casi veintiún años de edad- puesto que vidas pasadas siempre era ella una mujer adulta o casada; suspira, luce tan bella como la primera vez que la vió y si mal no recuerda –que claro que no lo hace pues ha grabado en su mente todos y cada uno de sus encuentros- ella llevaba el cabello recogido en un peinado elegante y un vestido tan llamativo como su mirar. Sonríe de lado, simplemente no cambia, a través de las décadas ella se mantiene igual…

Observa el pecho femenino subir y bajar parsimoniosamente, una y otra vez, bajo sus ojos puede verse ojeras que denotan el gran cansancio que lleva en su cuerpo la chica y también lo perturbada que puede estar por todo lo que acontece. Frunce el ceño, será complicado y difícil darle las explicaciones que necesita, en otras ocasiones ha sido creyente o fiel devota por lo que no era demasiado duro digerir todo lo relacionado a él y a Lucifer, pero ahora, ni siquiera creía en ella misma, no estaba bautizada de fe solo lo que sus padres hicieron cuando era una niña y dejaba sin ningún efecto todo ello al no haberla iniciado en la fe como era debido –por una cuestión de creencia pura y no de desesperación y último recurso-.

― ¿Qué hare contigo Luciana? ― se pregunta por lo bajo acercándose a ella.

Acomoda algunos mechones del revuelto cabello lejos de su rostro, sonríe un poco al poder tenerla tan cerca nuevamente, acaricia sus mejillas con cuidado y con suavidad esperando que su toque no la despierte y poder gozar de la paz que los rodea en ese instante y no puede resistir la tentación y se deja llevar besando su mejilla.

― ¿¡Que estás haciendo?! ― La chica lo empuja incorporándose.

― Nada, no estaba haciendo nada, ¿Quieres parar un poco? ― Rueda los ojos cansado.

― ¿Disculpa? ― lo ve frunciendo el ceño ― ¿Parar con qué? Eres tú el que insistió en quedarse y ahora intentas hacer… lo que sea que estabas haciendo…

― ¿En verdad crees que te haría algo cuando fui quien te salvó de Lucifer? ― La ve incrédulo.

― Lucifer… ― susurra la joven viéndolo de reojo ― Háblame de él.

― ¿Por qué de él? ― cuestiona.

― Quiero saber de él, me interesa ― camina hasta él pero mantiene cierta distancia ― ¿Por qué me busca?

― No hay mucho para contar que no sepas, se supone que ustedes los humanos conocen la historia entre el bien y el mal. ― ladea la cabeza.

― Solo conozco la que la Iglesia intenta hacernos creer pero  en ella no veo donde está escrita mi relación con él ―  cruza los brazos ― ¿Por qué habla de vidas pasadas? ¿Quién soy yo?

― Tu eres Luciana ― sonríe ― Siempre ha sido así, vida tras vida has recibido el mismo nombre por tus muchos padres. Eres una mujer como cualquier otra, amable, dulce, inteligente, maravillosa en todas sus formas… Solo te enamoraste del ser equivocado.

― ¿Me enamoré? ¿De quién? ¿Cuándo pasó? ¿Qué hice en vidas pasadas y cómo es eso posible? ¿Qué tiene que ver Lucifer? ― Calla un momento ― ¿Me enamoré de él?

― Cuando Lucifer, el preferido de Dios cayó de la Gracia Divina fue confinado a las mazmorras del Infierno para que se ocupara de todos los demonios y escorias que nadie dejaba pisar la Tierra. Paso mucho tiempo hasta que él pudo pisar la dimensión humana, ese día lo único que quería era poder hacer daño y mal a todos los que estaban viviendo en paz aquí  ― suspira ― Entonces, comenzó un pueblo a la vez, asesinando, llevándose almas y dejando que sus demonios hicieran lo que querían.

― ¿Por qué tu Dios lo permitió? ― eleva una ceja ― ¿No se supone que no debería permitir este tipo de cosas?

― Para ello existen los ángeles, encargados de la seguridad de las personas y de infinidad de cuestiones que no puedes ni imaginar. ― sonríe ― Es extraño como actúa Él, muchos de sus seguidores alados aun no pueden comprenderlo del todo pero no han dejado que eso les impida creer.

― ¿Y a ti que te ocurrió? ― pregunta ― Asumo que en algún momento has sido un ángel de Dios, entonces, ¿Por qué estás aquí? ¿Por qué no eres un ser de luz?

― ¿Qué te hace pensar que no lo soy? ― la ve serio.

― No lo sé, cosas que a veces sé sin que nadie me diga ― se encoge de hombros.

― Se llaman recuerdos ― ríe.

― Te he conocido en otra vida entonces ― sentencia segura de ello.

― Sí ― asiente ― El día en que Lucifer piso Bellborn, tu primer pueblo natal, decidió que ardería en llamas pero… te conoció a ti y al parecer lograste maravillarlo porque no hizo otra cosa que seguirte, donde tu fueras él estaba ahí y por todos los medios intentaba halagarte, tentarte, hacerte caer en su juego.




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