Cap. 10

― No le has dicho toda la verdad, ¿Por qué? ― Tamiel lo observa con reproche. ― Debe saber que eres tú quien la ha buscado por siglos, que eres tú de quien se enamoró y que es por ti que tiene una oportunidad; Shamshiel, si no le dices toda la verdad puedes perderla y no habrá otra vida para que arregles el error.

― Lo sé y se lo diré pero no ahora, debe procesar lo que sabe ya ― voltea a verlo ― Ni siquiera siente un mínimo ápice de atracción hacia mí y eso es aún peor, prácticamente me aborrece, si le revelo todo ahora podría pensar que ha sido un error.

― Esas cosas no son algo que se vean a simple vista y lo sabes, se siente, aquí mi amigo ― señala su pecho. ― Luciana no ha luchado era tras era contra Lucifer para olvidarlo todo en su última vida, no puede ser así.

― Tal vez deba serlo, solo debo evitar su muerte y si logramos destruir o detener a Lucifer podría vivir como debe ― termina suspirando ― Aunque eso conlleve que nunca más pueda volver a sentir amor por mí.

― Arriesgas todo lo que han pasado por una inseguridad estúpida  ― rueda los ojos ― No te comprendo.

― No tienes que hacerlo, lo sabes ― lo ve serio.

― No es solo por ti, tengo mis razones también, no eres el único que la quiere ― extiende sus alas y emprende el vuelo tras pisar el marco de la ventana.

Luciana observa a su madre preparar algo rápido para el almuerzo, su hermano Marcos se encuentra en el extremo de la mesa observando su móvil pero de vez en cuando le echa un ojo a su hermana y ella lo ha notado, pareciera que quieren aparentar que todo está bien y vigilarla de cerca. Suspira, toma el control remoto de la televisión buscando algo que pueda distraerla, aunque no es fácil, saber que en su habitación hay dos seres extraños, que le han revelado una loca historia que escuchaba de su madre cuando era pequeña y que aparentemente ella es la protagonista… es demasiado.

― Mamá ― observa a la mujer quien voltea a verla curiosa ― ¿Recuerdas la historia que nos contaste el día del accidente?

― Claro que la recuerdo ― asiente ― ¿Por qué?

― ¿De dónde la sacaste? ¿Cómo es que la conoces? ― pregunta repentinamente ideando teorías en su cabeza.

― Bueno, no recuerdo con exactitud pero lo leí en un libro hace mucho tiempo, me atrevo a decir que yo era apenas una adolescente cuando lo tuve en mis manos pero desapareció ― frunce el ceño ― Nunca más volví a verlo en vidrieras.

― ¿Cómo se llamaba el libro? ¿Era alguna clase de recopilación de historias antiguas y fantasiosas? ― Marcos la ve divertido.

― Calla muchachito ― ríe la progenitora ― Si mal no recuerdo se llamaba “Lo que Lucifer calla”.

― ¿Qué? ― susurra la chica viéndola asustada ― ¿Lucifer?

― Sí, creo haberte dicho alguna vez que los protagonistas de la historia eran Lucifer y su mejor amigo, parece que el rey del inframundo sintió una fuerte atracción por una pobre alma humana e intentó todo lo que pudo para tenerla pero ella se resistía a sus endemoniados encantos. Vaya uno a saber por qué con ella no funcionó todo lo que intentó, la cuestión es que se dice que envió a su mejor soldado y amigo a que fuera por ella y se la llevara al mismísimo infierno, no importaba si debía morir en el camino, pero cuando su fiel lacayo la encontró, no pudo hacerle daño, no pudo siquiera intentar no verla de forma especial y es que estaban destinados a encontrarse. ― sonríe la mujer mientras su hijo rueda los ojos negando con la cabeza, esas historias le parecen enormemente ridículas. ― Sabiendo que la mujer estaba enamorada de su amigo y este le correspondía, Lucifer no pudo con su envidia y furia, fue tras ella y la asesinó a sangre fría.

― Carajo, mamá, ¿Eso leías de adolescente? ― Marcos ríe.

― Es imposible hablar contigo chico de las quejas ― lo ve divertida.

― ¿Quieres callarte? ― Luciana se pone de pie ― ¿Qué pasó luego?

― ¿Hay algo que te moleste? Cariño, es solo una historia ― susurra su madre preocupada.

― Si Lucifer la asesinó, ¿Por qué sigue reencarnando y muriendo a manos de él nuevamente? ― cuestiona.

― Cuando falleció, su amado quedó devastado, tanto fue su llanto y dolor que sus ex hermanos angelicales sintieron dolor por él y le dieron la oportunidad de volver a verla hasta que pudiera salvarla de su destino cruel. ― agrega finalmente ― Pero yo no sabía que seguía muriendo siempre a manos del Diablo, ¿Si no sabías la historia como puedes tener ese final?

La rubia frunce el ceño negando, sale de la cocina seguida de su madre para dirigirse a su cuarto, en cuanto pone un pie dentro del mismo la puerta se cierra con fuerza sobresaltándola y dejando perpleja a la mujer; Luciana voltea asustada encontrándose con Sam, retrocede unos pasos y lo observa con cautela, no confía en él ni en su versión de la historia algo no cuadra, si realmente es ella la que rechazó a Lucifer claramente no puede haberse enamorado de uno de sus lacayos si tiene en cuenta sus principios.