El Beso del Demonio

Cap. 25

Sentado en silencio, a los pies de la cama, la observa mientras duerme, ¿Cuánto tiempo ha pasado desde la última vez que pudo hacerlo? No lo recuerda con exactitud, pero ahí está, sana y salva en su reino y lejos de Shamshiel, le hace pensar que tiene oportunidad, que esta vez va a lograrlo. Que haya recordado todo es lo mejor que puede pasar pero también existe la posibilidad de que le reproche el hecho de que no pudo hacer nada para protegerla aquella primera vez, que no cumplió la promesa que le hizo el día que le revelo su verdadera identidad… Suspira, lo mejor es tomar las cosas como vengan, pensar en las posibles reacciones y los diferentes planteos que la muchacha puede haberle no traerá ningún bien, por el contrario, solo aumentaran su ansiedad.

Camina hasta situarse a un lado de la cama, acaricia su mejilla con calma tratando de grabar esa imagen en su mente todo lo que pueda, Luciana abre los ojos lentamente y parpadeando varias veces clava sus orbes en él que parece tensarse con tal acto.

― Hola ― le sonríe.

― Hola ― responde la joven incorporándose lentamente ― ¿Qué pasó?

― Atravesar un plano dimensional por primera vez es todo un reto asique perdiste la consciencia. ― explica tranquilo.

― Oh, ¿Primera vez? Supongo que tiene lógica, antes no había tenido oportunidad de hacerlo ― medita con calma.

― Luciana, quiero… ― habla algo atolondrado, son demasiadas cosas las que quiere decir y la emoción del momento le está jugando una mala pasada, para su fortuna la joven sonríe encantada con su pequeño momento de timidez para tomar su rostro entre sus manos y besarlo con dulzura. El beso se prolonga unos segundos, tan lento como les es posible, tan abrumador como la primera vez y lleno de sentimientos y recuerdos que siguen ahí intactos después de haber sido cubiertos con una ola de incertidumbre y mentiras ajenas ― Creí que jamás volverías a besarme ― susurra estrechándola.

― Perdóname ― se aferra con fuerza ― Perdona por no poder recordar, por no ser capaz de ver la verdad cuando la tuve frente a mí, me dejé engañar vida tras vida y por mi culpa casi abandono la oportunidad de estar contigo.

― ¡No! ― la toma por los hombros separándola de el para verla mejor ― No fue tu culpa, fui yo quien puso a Shamshiel en tu camino, no pude salvarte, te deje caer en sus garras sin siquiera sospechar.

― Creo que ambos hemos sido responsables ― suspira ― Debí haberte dicho que se me había confesado más de una vez, pero suponía que él entendía lo que yo sentía mas no fue otro psicópata más, solo que con alas.

― Ahora no podrá llegar hasta aquí, no puede ingresar al Infierno sin mi consentimiento ― sonríe.

― ¿En verdad estoy en tu reino? Debes mostrármelo todo ― se pone de pie.

― Calma, conocerás a algunos de mis soldados pero luego, debes descansar ― besa sus labios nuevamente.

― No quiero dormir ― lo observa ― Me siento bastante bien.

― Hazme caso una vez, ¿Quieres? ― Niega divertido ― ¿Qué no ves que quiero tenerte para mi aunque sea un poco más?

― Ven aquí entonces ― toma su brazo jalándolo hasta la cama para caer en la misma y abrazarse a él. ― Siento que me he perdido todo…

― Tenemos tiempo para recuperarlo ― la estrecha ― Te llevaré a conocer todo, y cuando digo todo me refiero a cosas inimaginables.

― Nunca más estaremos separados ― le sonríe.

― ¿Crees que pueda ir a ver a mi familia? ― se incorpora un poco.

― ¿Cuáles? ― pregunta serio ― Tus primeros padres murieron hace décadas, no estoy seguro de que siquiera siga en pie su tumba… Y actualmente, tengo entendido que Marcos y tu madre ya no te recuerdan, es parte de tener que vivir varias vidas.

― Murieron por mí, ojalá pudiera haberlos ayudado, haberles hecho saber en aquel momento… ― suspira. ― Marcos… Mamá… ya no saben quién soy ― siente sus ojos picar ― Al menos así estarán a salvo.

― No era algo que estuviera en tus manos, fue una mala decisión tomada por los ángeles ― cierra los ojos ― En aquel tiempo tan lejano ya, aun estábamos en pleno apogeo de la guerra entre ambos mundos paranormales, aún quedaba ese rencor en mí y ellos no me perdonaban, el caos reinaba en el universo.

― Suenas como si ahora hubiera cambiado ― lo ve incrédula.

― Tal vez no seamos amigos, pero tenemos algunos pactos y tratados con los que podemos vivir en coexistencia, por así decirlo ― suspira ― Es imposible que seamos amigos, somos pecadores y traidores y ellos son puros de corazón, no hay relación que podamos entablar.

― No es así, ellos no son lo que dices, Amenadiel es cruel, sádico, malvado y manipulador, busca hacerte daño ― habla molesta, es cuando recuerda todo lo que el ángel le hizo y lleva sus ojos hasta la rodilla que luce una venda pulcra y blanca. ― Él había planeado algo…




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.