El Beso del Demonio

Cap. 26

Camina de un lado a otro algo contrariado, ¿Cuál sería la mejor táctica a usar? Si Amenadiel planea hacerle daño a Azrail las cosas se pondrán de lo más difíciles sin mencionar que seguramente ha de tener quienes lo sigan y aún hay que lidiar con Shamshiel que parece estar desaparecido desde la pelea que tuvieron; farfulla por lo bajo mientras es observado con atención por Mamón y Leviatán quienes saben a la perfección lo que está pasando y no aceptan que su líder quiera prevenir a un ángel pero respetan su decisión sabiendo que no hay forma de convencerlo de lo contrario y que prestaran su vida si es necesario para llevar a cabo sus planes.

― Deberíamos llegar atacando con todo lo que tenemos ― comenta uno de ellos.

― No sería lo más apropiado, piensa que quizás ese tal Amenadiel sepa que podemos llegar a detenerlo y tenga preparada alguna clase de emboscada o trampa ― responde el otro.

― Necesito a Banshee ― finalmente habla Lucifer.

― ¿Qué? ¿De qué puede servir ella? ― eleva una ceja Leviatán.

― Es la más indicada para infiltrarse mientras creamos una distracción ― sonríe ― Tendremos una ventaja.

― Azrail no confiará jamás en ella, no puede siquiera ver a través de su alma porque no posee, no es una buena idea ― niega Mamón, una de las habilidades especiales del Guardián del equilibrio y las almas es ver directamente a los ojos de su contrincante y llegar a las puertas de su alma y desvelar todos sus secretos.

― Sería doloroso para Banshee ― agrega Leviatán en desacuerdo, no pretende sobreproteger a su hermana pero tampoco la enviará a una batalla que no podrá ganar.

― Azrail no le haría daño, es un ángel justo ― niega Lucifer.

― Para tener mayor éxito creo que lo más factible es enviar a la muchacha ― Mamón habla bajo la mirada amenazante de su rey ― Luciana es humana, no le hará daño y podrá ver sus intenciones sin ningún problema y en caso de que algo salga mal sabemos que el guardián la protegerá con su vida pues esa es su misión y encargo de su Creador, ¿No? ¿Acaso no les ha pedido que amen a los humanos y los protejan?

― No, ya estuvo en peligro mucho tiempo ― niega decidido.

― Entonces deja que ese ángel se cuide solo y no nos pongas en riesgo a todos ― se encoge de hombros Mamón viendo como Leviatán lo observa incrédulo. ― No me veas así, haría lo que me pidiera por la chica pero no por un ángel.

― Ya ― Lucifer asiente, sabe que tienen razón, que Azrail no bajará la guardia con Banshee pero si con Luciana; el solo hecho de pensar que ella debe ponerse en riesgo una vez más lo carcome por dentro, ¿Podrá protegerla esta vez?

¿Dónde estaba Shamshiel? ¿Qué planeaba? ¿Estaba orquestando todo esto con Amenadiel o se trataba de dos enemigos que actuaban al mismo tiempo? Si ya se preocupaba con un amenazante definitivamente tener dos no era nada bueno, pero las cartas ya habían sido echadas y tenía una sola oportunidad de hacer las cosas bien esta vez.

― Lucifer ― la voz de Luciana lo obliga a voltear, apenas logra verla nota como el alivio llega a ella e inmediatamente se siente culpable de ello. ― Creí, que te habías ido ya.

― Eran las intenciones ― responde acercándose ― Pero me temo que te necesito, una vez más tengo que pedirte que pongas en riesgo tu vida para poder detener a Amenadiel.

― ¿Qué puedo hacer yo? ― frunce el ceño.

― Convencer a Azrail de que las cosas no están sucediendo como Amenadiel plantea, quien sabe que le ha dicho y no nos queda tiempo, ser humana te dará ventaja con él puesto que no puede dañar la Creación de su Dios ― Mamón la observa con calma, los ojos de la rubia lo escanean de arriba abajo y no le cabe duda al demonio que su apariencia es bastante shockeante aunque ella seguro algo recuerda de sus vidas pasadas ― Hola Luciana ― asiente con la cabeza a modo de saludo.

― Hola Mamón ― le sonríe. ― Leviatán ― posa sus ojos en el otro ser que la ve con media sonrisa en los labios, tiempo atrás han sido buenos compañeros de pláticas.

― Es bueno que ya nos recuerde, Luciana ― realiza una reverencia sutil.

― No es necesario ― la joven le sonríe.

― Eres la compañera de mi señor, por lo tanto, soberana del Infierno ― Mamón los observa serio mientras los demás príncipes demoniacos se acercan al haberlos visto, todos se alinean frente a la muchacha y colocando una rodilla en el suelo llevan la mano derecha al pecho haciendo que sus ojos brillen de diversos colores cada uno ― Te vamos a servir y a seguir, mi señora.

Luciana abre los ojos sorprendida, no sabiendo que decir observa a Lucifer quien le sonríe de lado sabiendo que sus soldados son excepcionales y que hablan con gran respeto y sinceridad.




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