El beso del Dragón

La sangre es vida (2)

Talvez la vida no sea más que un sueño, quizás ahora mismo todo parece tan loco que la única explicación que puedes tener es que todo es un maldito sueño. O una simulación como matrix, es una buena película y siempre me dejó pensando en si era verdad, al igual que Narnia si allá dentro de una gaveta podría encontrar otro mundo lleno de cosas mágicas.

-Dominic... -sentí algo mojado en mi boca sabía amargo.

-Que asco -susurre escupiendo el líquido. Escuché un pequeño suspiro de alivio.

Lo primero que vi al abrir los ojos fue a él, estaba sonriendo y me miraba como tonto. Nunca pensé que lo vería mirándome así. 
A su lado tenía un recipiente con aparente agua.

-Gracias por salvarme -susurro ayudando a qué incorpore.

Seguíamos en la casucha, pero el sol se filtraba por la madera.

-Solo espero que sí sea un sueño todo esto.

-Antes de eso tienes que comer

Vi como si él se hubiera movido pero no puedo asegurar que lo hizo. En un momento tenía las manos vacías y al otro dos naranjas.

-¿Naranjas agrias? -pregunte incrédula mirando las dos naranjas enormes y verdes.

-Es lo único comestible en kilómetros -dijo mientras acercaba más las naranjas a mi -. Pero también puedo cazar algo para que comas, una liebre o alguna cabra, quizás algún pájaro...

-No, no, no -susurre para callarlo -. Estoy bien así, solamente tenemos que volver a casa.

-Pero tienes que comer, has perdido mucha sangre...

-Nos paramos en una cafetería de camino a casa.

Hice un esfuerzo para ponerme en pie. El me ayudó, me sentía mareada y mi muñeca me dolía.

-Tenemos que llegar rápido, así te puedo curar en mi casa - dijo mientras acariciando la tela que cubría la herida que había hecho para que el se alimentara.

-Creo que me estoy volviendo loca y tú estás siendo muy amable -dije mientras soltaba mi muñeca de su mano.

-Dominic...

-En mi cartera tengo dinero, no es mucho pero da para dos pasajes de autobús y quizás un croissant de queso crema.

-Dominic...

-¿QUÉ?

-Nos podemos ir a una estación de autobuses así como estamos - dijo mientras me miraba.

De manera automática lo mire. Estaba sucio, muy sucio,  tenía la ropa rasgada, yo también estaba horrible. 
Apestábamos a mierda podrida. 
Y no podia explicar cómo no me había percatado de nuestras apariencias y nuestro aroma matador.

-Creo que deberíamos lavarnos primero -lleve mis manos a mi cabeza en modo de desesperación. 

Grite, fue un solo grito, tenia que sacar toda esa frustración. 

Estaba exhausta, sucia, enojada, confundida y con hambre.  Hacían pocas semanas yo era una chica normal que hacia cosas normales, vivía en una casa normal con una familia amorosa, ahora estoy en una casucha con un ser mitológicos llena de sangre y porquerías.

-Dominic -me tomo de los hombros haciendo que lo mirara -, todo va a estar bien. En algún lugar de aquí tiene que haber ropa, o telas con las que podamos cubrirnos...

-No has notado que solo hay dos habitaciones, esta y aquel intento de recamara -dije en tono enojado mientras mi miraba  la otra habitación. Les juro que antes no me había dado cuenta de que tenia cortinas, pero hay estaban, y si tenia cortinas había posibilidad de que hubiera prendas de ropa.

-Aunque haya ropa no tenemos como bañarnos -dije mientras me dirigía a la habitación. 

Para mi sorpresa si había ropa, de hombre pero ropa. Exactamente tres camisas y un pantalón, no habían zapatos pero ya eso seria mucho pedir. 

-¿Nunca has acampado? 

Caminamos quizás por media hora, hacía un río que el olía o veía, no sé cómo funciona su sentido vampirico o como le llamen. El veía un río, y yo caminaba por dónde el decía. Aunque seguía algo mareada y exhausta no quería que me cargará, ni me tocará o me mirara. 
Pronto comenzamos a dejar los árboles de naranjas atrás, llegamos a un claro que daba a la orilla de un río.

-¡Es ahí! -dije emocionada.

Rápidamente corri hacia la orilla y en cuclillas  metí mi mano al agua. Estaba helada.

Voltee a verlo y se acercaba a mi con una enorme sonrisa. Me revolvió el estómago aquello, era tan irónico. 
Cuando ya estaba cerca de mi se quitó la camisa y el pantalón que llevaba. Aunque era una imagen digan de admirar mi vista estaba clavada en sus heridas, se veían mejores pero no sanaban del todo.

-Esto está muy loco -susurre dejandolo de mirar. Todo mi ser quería hacerle preguntas pero no podía, simplemente yo no podía preguntarle o si quiera hacer teorías en mi cabeza.

-De película de fantasía de bajo presupuesto, ¿No?

Se metió al agua dando un enorme salto y empanpandome toda. 
A pesar de que el agua este fría no me queje. 
Exactamente había pensado que parecía película de fantasía de bajo presupuesto o, bien, alguna novela mal escrita en Wattpad. 
Sin duda el está controlando mis pensamientos.

-¿No te vas a bañar? -pregunto mirándome fijamente. Sus ojos se veían azules, muy azules y yo no recordaba que fueran de ese color.

-Esperaré a que salgas...

-Quizás esto también sea un sueño y si no entras conmigo pierdas la única oportunidad que tengas de volver a besarme.

Sentía como mi cara ardía de lo roja. Nunca ha sido un sueño. Estaba enojada y apenada. 
No sé porque pero me pare y me quite el vestido sin dejar de mirarlo. Me quedé en mis bragas, que siendo sincera eran de abuelitas, y mi brallett. Si esto es una película o algún libro cliché está vergonzosa escena el se la encontrará maravillosa.

-Quizás tengas razón -dije mientras me metía al agua -o quizás ya no quiera besarlo.

Y ahí está yo, mojada, hedionda y llena de valentía y un creciente líbido.

-Bueno, quizás el desde un principio nunca quiso que lo beses.

Me puse frente a él y le mire. En ese momento, en ese precio momento frente a el, agradecí a aquella deidad en la que tengo poca fe por mis 1.70m de altura aunque ya en ese momento el agua estaba justo debajo de mis pechos.
Sus ojos se tornaron turbios, como si en cualquier momento fuese a causar una enorme caos.




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