El beso del Fantasma

Llantos en la oscuridad

Mientras luchaba con las sombras que habían aparecido, en medio de la fuerte lluvia y relámpagos escuche una voz entrecortada que grito mi nombre, busque por todos lados hasta que la vi allí tirada en el suelo mientras que una sombra intentaba envenenarla con oscuridad sosteniendola por su brazo derecho.

Me acerqué a pasos rápidos. Antes de que pudiera llegar hasta dónde estaba Kathleen la sombra se desvaneció en el aire como si fuera vapor, dejándola caer bruscamente en el suelo, me acerque a ella levantándose del suelo y tomándola en mis brazos, estaba temblando y aturdida.

— Uriel.– Kathleen susurro mi nombre con voz débil y casi inaudible (¿quién le había dicho mi nombre?), algo tibio se deslizó por mi brazo izquierdo, la moví con cuidado y me di cuenta de que estaba sangrando al parecer se había golpeado la cabeza al caer al suelo bruscamente.

La mire. No me había percatado de que su piel era tan blanca como la porcelana y sus labios rojizos, sus ojos eran de un color miel brillante mientras que sus pestañas eran largas y voluminosas, poco a poco sus ojos se fueron cerrando. Grité su nombre. Pero había quedado inconsciente, parecía como si estuviera dormida su rostro estaba mojado por la lluvia lo que la hacía parecer más inocente de lo que se veía  realmente.

La fuerte lluvia cesó. Y el bosque volvió a estar iluminado por la luz de la luna, las gotas de agua que había en su piel brillaban como pequeñas piedras preciosas , mientras que sus mejillas se enrojecieron por el inmenso frio que hacia. Por alguna razón, por algún motivo sentí que debía protegerla, y eso, solo lo podría lograr alejándose del mundo de la sombras.

Narra Kathleen...

Escuche el sonido de un respirador automático. Abrí los ojos lentamente, vi un poco borroso pero mi vista se aclaro, sentí un terrible dolor en la cabeza.

Vi a mi madre parada frente a mi y mi padre estaba a su lado, parpadeó varias veces para poder ver con más claridad, sentía una molestia en mi garganta al parecer estaba intubada, mi madre llamó al doctor él cual entró a la habitación y me retiro el pequeño tuvo que antes me ayudaba a respirar.

Recupere la conciencia totalmente. Busque con la mirada por toda la habitación al chico del tatuaje de dragón, pero no logre encontrarlo (¿ porque lo estaba buscando?), clave la mirada en mi padre que me veía fríamente mientras mi madre lloraba.

—¿qué pasó?.– aunque había recuperado la conciencia aun estaba un poco confundida ¿cómo había llegado al hospital si hace un momento estaba el bosque?...
— te caíste por las escaleras, al parecer empezaste a caminar dormida, cuando te encontramos estabas mojada y solo decias un nombre.– dijo mi madre mirandome preocupada mientras posaba sus suaves y delicadas manos sobre la mía.

—¿un.. Nombre?, ¿cuál nombre?.– dije mirando a mi madre confundida.
— Uriel.– (¿Uriel? Nunca antes había escuchado ese nombre). Mire a mi madre más extrañada aun, pero ella solo se quedo mirándome a los ojos( ¿entonces todo lo que viví fue solo un sueño?).

Varias horas después......

Mi madre se había ido a la casa y yo me encontraba sola en el hospital. Era de noche. Me dio un poco de sed y en la mesita que había en mi habitación no había agua o algo que pudiera tomar así que decidí salir de mi habitación para buscar algo.

Mientras caminaba por el largo pasillo de aquel hospital las luces se apagaron de repente haciendo que me sobresaltara, el pasillo estaba oscuro y yo estaba deambulando sola por el ( y no hay nada más aterrador que un hospital vacío, sin luz y de noche), aumente el ritmo de mi caminata, mi corazón estaba acelerado al igual que mi respiración.

La luz volvió y él miedo que sentía desapareció. Empecé a caminar a pasos lentos, doble a la derecha dirigiéndome hacia un pasillo donde había un pequeño bebedero, camine hacia él rápidamente porque mi garganta ya me picaba de la sed que tenía. Al llegar tomé un pequeño vaso de plástico que había junto a un grupo, llene aquel vaso y bebí, el  agua calmó mi sed al instante.

Tome otro vaso de agua para llevarlo a mi habitación por si me daba sed o través, camine de vuelta a mi habitación por los largos pasillos del hospital, cuando me faltaba poco para llegar a mi habitación las luces se apagaron o través, luego se encendieron y empezaron a pestañear, de repente oí un sonido que se parecía al llanto de un niño, mire y al final del pasillo pude ver una figura pequeña echada en una esquina al parecer el llanto provenía de allí.

Camine lentamente para acercarme y ver bien de quien se trataba, después de acercarme un poco pude ver que se trataba de una pequeña. Estaba llorando. Me acerque a ella toque su hombro y le pregunte que le pasaba, pero ella no me respondió y siguió llorando, le volví a preguntar una y otra vez pero ella sola seguía llorando, de repente su llanto paró y empezó a reír.




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