El beso del Fantasma

Mantos de confusión

¿A qué le tienes miedo? ¿Cual es tu peor pesadilla? ¿Qué pasaría si te despiertas a la media noche y tu peor pesadilla está frente a tu cama? O ¿si te despiertas una mañana y te das cuenta de que la estás viviendo?. A veces es difícil diferenciar la verdad de la mentira ¿no?...

Sean cubiertos de confusión como con manto. ( salmos 109- 29)

Abrí los ojos y lo primero que vi fue el rostro de Janeth mirándome fijamente.

-¿Janet?.
- La misma.- ¿que hace aquí? Y como sabe donde vivo?. Me quedé mirándola fijamente mientras ella solo sonreía, mire el pequeño reloj de mesa que había en la mesita de noche al lado de mi cama y eran las 3: am de la madrugada, me estruje un poco los ojos para ver si estaba viendo mal pero no era haci.- levántate.- dijo mientras me quitaba las sábanas.

- ¿estas loca son las 3:am de la madrugada?.- Janeth sonrió como si le hubiera dicho algo estúpido.
- lose y por eso es que vamos a salir a cazar.- ¿cazar? Me quede confundida con lo que había dicho, yo no sabia cazar es más ni siquiera sabía manejar un arma, sí que ¿cómo iba a cazar?
-¿ cazar?, no se manejar un arma, es más a esta hora no hay animales que cazar ¿estas loca?.- janeth se lanzó suavemente sobre mi y me dio una sonrisa divertida.
- querida ¿quien habló de cazar animales o de utilizar armas?.- me quedé más confundida aún con aquellas palabras y aquel tono de voz que utilizo para decirlas.- no saldremos al bosque a cazar animales iremos a cazar fantasmas y ya que tu eres una de nosotros no te podía dejar fuera ¿verdad?.

Me quedé mirando a Janeth y una sonrisa de alegría se dibujó en mis labios y empecé a dar saltos en la cama junto con Janeth, después de dar brincos y saltos por toda la habitación janeth me obligo a cambiarme para salir.

- Estas bromeando ¿cierto?
-Nop
-¿ESTAS LOCA? ¿cómo piensas que voy a saltar desde el balcón que no ves que es una tercera?
- no, no estoy loca y sé que estamos en una tercera pero, confía en mí no te harás daño.
- aja y quien me-.- antes de poder terminar sentí las manos de Janeth que me empujaban hacia abajo, mi ritmo cardiaco se aceleró y la adrenalina se empezó a sentir por todo mi cuerpo, sentí la brisa que golpeaba mi rostro con fuerza, el miedo llegó a mi y por un momento me arrepentí de no haber escuchado a Uriel. Cerré los ojos lista para el impacto, pero lo único que sentí fueron unos brazos fuertes y firmes y una respiración lenta y calmada, tambien escuche risas muchas risas.

Abrí los ojos y me choque con la mirada penetrante de Uriel, entonces me di cuenta de que estaba en sus brazos y que Janet estaba riendo como loca de mi.

- hola.- fue lo único que salió de mi boca, el se acerco a mi rostro, se acercó tanto que casi pude sentir sus labios junto a los míos, pero solo se acerco a mí con la intención de decirme que peso demasiado. Mis mejillas se tornaron rojas y rápidamente me baje de al suelo mientras los nervios y la vergüenza se apoderaba de mi.

Caminamos hacia la entrada de mi casa y me lleve una gran sorpresa cuando vi un Koenigsegg CCXR Trevita esperándonos en la entrada de mi casa en ese momento quise llorar, mis ojos se cristalizaron y mi cuerpo se estremeció por completo. Ese auto era el auto de mis sueños, le rogué millones de veces a mis padres para que me compraran ese auto pero como aun no tengo licencia no me lo habían comprado.

Corrí hacia a el y no me pude resistir a tocarlo la tentación era muy fuerte y yo no le iba a decir que no. Rodeé el auto lentamente mientras le pasaba mis manos y sentía la suavidad de la pintura en mis manos.

- te gusta.- Janeth salto hacia donde yo estaba mientras sonreía.
- si, ¿pu- puedo conducirlo?
- No.- la voz profunda de Uriel resonó en mi dejándome un poco depresiva con ese "NO".- ahora suban si no quieren llegar tarde.- bufé y luego me subí al auto junto con Janeth y era increíble.

Llegamos a lo que al prever era una iglesia abandonada, tenía tres torres y la más grande tenía una cruz gigante encima del techo, las dos más pequeñas tenia una campana cada una, las ventanas estaban rotas y la iglesia estaba casi cayendo a pedazos. En los alrededores había grandes árboles pero, había uno que destacaba más que todos, había un sauce, sus ojos se movían al ritmo del viento con destreza y afiladas como si tuvieran vida propia. El sonido del viento era un poco aterrador en aquel lugar.

Entramos a la iglesia y lo primero que tuvimos que hacer fue agachar la cabeza para que un gran banco no, nos golpee, suspire un poco aliviada y luego me di cuenta de loque estaba pasando, todo el lugar estaba hecho un desastre, las cosas volaban en el medio de la iglesia formando un remolino, mientras que las que no estaba en el aire estaban rotas y esparcidas por todos lados. Busque a Janet y a Uriel con la mirada pero no los encontré, entonces empecé a gritar sus nombres como loca, no quería estar sola en aquel lugar.

- Kathleen.- un susurro cerca de mi oído me hizo estremecer, mire hacia atrás y me di cuenta de que era Lía quien me hablaba, de repente me tiró al suelo y un gran piano no tardó en volar en el mismo lugar donde estabamos paradas.
- ¿dónde están Janet y Uriel?
- están haya.- lía me señalo con el dedo hacia donde estaban Janeth y Uriel, mire hacia el remolino y los dos estaban cerca de él haciendo no se que cosa.




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