El beso del Fantasma

El beso del Fantasma.

Tras esquivar varias cosas que eran lanzadas por el aire logre llegar a la puerta por la cual aquella mujer había pasado. Detrás de la puerta había unas largas escaleras que aparecer conducían hacia una de las torres. Escuche la voz de Lía gritar mi nombre detrás de mí, pero no le preste atención y segui adelante. Cuando iba por el cuarto escalón vi otra vez a la mujer que me hacía una señal para que la siguiera.

Mientras subía las escaleras detrás de ella, algo me decía que no lo hiciera que no la siguiera, pero aun así continué siguiendo la. Al final de las una puerta rechinante se abrió entonces la luz de la luna ilumino mi rostro por completo, el viento de alboroto mi cabello y el frío que allí hacía me hizo encogerme un poco. Mire a mi alrededor y me di cuenta de que estaba en la torre .así alta de la iglesia, detrás de mí sonó un fuerte portazo, me di la vuelta y me di cuenta de que la puerta se había cerrado detrás de mí.

Busque a la mujer con la mirada y la encontré en el tejado, su mirada se cruzó con la mía y me hizo entrar en un trance, movió su boca haciendo parecer como si estuviera hablando, sus lágrimas se hacían cada vez más numerosas, entonces sentí un deseo incontrolable de ir hacia ella, sentía que me llamaba y que me necesitaba. Empecé a caminar hacia ella como si estuviera sonámbula, una pequeña pared se atravesó en mi camino impidiéndole el paso, me llegaba hasta las rodillas la atravesé poniendo mi pie derecho del otro lado y luego el izquierdo.

No sabía si el techo aguantaría mi peso o no, pero tampoco me importaba en aquel momento yo solo quería llegar hasta a ella. Mientras caminaba por aquel tejado no sentí miedo de caerme, tampoco estaba nerviosa o insegura si no al contrario quería seguir caminando y llegar hasta ella.

Oí una voz que me llamaba a lo lejos, era Uriel pero no quería escucharlo mi trance no me lo permitia. Llegué hasta a ella.  Su rostro se iluminó, y sus lágrimas cesaron, abrió sus brazos y sus labios se juntaron con los míos. Entonces sentí que mi cuerpo ardía como si me estuviera quemando en una  hoguera, mi cuerpo empezó a temblar, sentir náuseas, la cabeza me daba vueltas y mi corazón latía hasta más no poder. Aquel beso fue el beso del infierno un beso que me estaba convenciendo la vida lentamente, pero, aun así quería más.

Reaccioné. Me aparte de ella bruscamente provocando que cayera.

—Leeeiiiilyyyyy.
— Uriel.– susurré antes de que mi cuerpo cayera al suelo dejándome con casi todos los huesos rotos.

La fuerte y calidad luz solar me hacen abrir los ojos forzadamente, pongo mis manos frente a mi cara para tapar la luz que no me deja ver. Me levanté y me di cuenta de que estaba tirada al lado de un sauce, a su alrededor había grandes árboles que producían una agradable brisa, escuche el sonido de una gran campana, busque con la mirada para encontrar el lugar de donde provenía ese sonido, entonces lo encontré.

Vi una gran iglesia con tres torres, las cuales dos de ellas tenían una campana, mientras que la más grande tenía una cruz gigante en lo más alto. Eran de ladrillo. La iglesia estaba pintada de blanco, sus ventanas eran de mosaicos con colores majestuosos y que brillante con la luz del sol. De pronto sentir una gran tristeza que me consumía como la sal en el agua. Las lágrimas empezaron a brotar, camine hacia la iglesia desesperada al entrar un hombre de cabellos canosos, ojos  color cafe, piel bronceada y con vestimenta de sacerdote me recibo.

Me tomo de las manos y me llevó a una pequeña habitación, donde no había ventanas olía a moho, aquel sacerdote me entrego un vestido blanco, salió de la pequeña habitación y yo me cambie aun sin dejar de llorar. Me sentía frustrada y enfadada, sentía que estaba entre la espada y la pared, entonces de repente me encontré atada a un árbol con una soga en el cuello, había personas enmascaradas a mi alrededor, tenían vestidos largos de color negro, el miedo me invadió e intente soltarme pero fue inútil, entonces sentir un dolor insoportable en el cuello, el aire me faltaba, la cabeza me daba vueltas, mi cuerpo empezó a temblar violentamente, y como pude grite, grite y grite.

— aaaaahhh.– abrí los ojos, el cuerpo me temblaba y me dolían todos los huesos, las lágrimas empezaron a salir y el miedo me estaba consumiendo.
— tranquila, Leily reacciona.– escuchaba la voz de una persona mientras me hablaba pero yo sólo gritaba y me movía tratando de soltarme de las armaduras que rodeaban mi cuerpo.
— LEILY CALMATE.–  sentí un ardor en el lado derecho de mi mejilla, pare de llorar y me di cuenta de que estaba tumbada en el suelo con Uriel mientras que Janet estaba luchando con algo sobre un tejado, mire a mi alrededor entonces recordé todo lo que había pasado, la mujer, las escaleras, Lía llamándome y yo cayendo del tejado.
— ella murió en aquel sauce.– Uriel me miró confundido por un instante entonces pareció entender me ayudo a levantarme del suelo y nos dirigimos hacia donde estaba el sauce.
— hay que quemarlo.– Uriel llamó a lia la cual se apareció de repente sobre saltandome.
— es muy fuerte no puedo hacerlo sola.– tomó una pausa y luego continuó.— Leily ayúdame.– dijo mirándome a los ojos.
—¿ y-yo? No puedo hacerlo no se como.– algo cayo en el suelo provocando un gran ruido, mire y fue Janeth la que había caído del tejado.




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