El Beso Venenoso

DOS VIAJE A LA INDIA

El momento esperado llegó, Jean se prepara para viajar a la India a comprobar la realidad de lo que le está sucediendo. Se nota en él seguridad de que va al encuentro, con lo que ha considerado el fin de ese extraño misterio que lo inquieta. Él se dirige a la casa de su novia, ella le ha notificado que lo acompañara al aeropuerto. Se despiden uniendo sus labios acompañados de un amoroso abrazo.

Él ha llegado a la India se siente tranquilo, está centrado en lo que fue hacer, abre su agenda para constatar la dirección de la vidente y concertar la cita. Acude al consultorio haciendo alarde de su galantería, entra a la consulta donde lo espera la vidente. Le cuenta todos los pormenores de lo que le sucede, con su novia cuando se besan, siendo ese el motivo de la visita. Quiere obtener de esos sabios conocimientos que posee la solución al problema que lo afecta.

—¿Me dijo que tu nombre es Jean? —dice ella—. Presionando la mano derecha de él.

—Si ese es mi nombre —dijo Jean.

—¿Cuántas novias has tenido? Pregunta —la vidente.

—Varias, pero con la que estoy, es de la que más me he enamorado, —dice— el nervioso.

—¿Has sentido algo parecido, con otras novias? —interroga la vidente.

—No, es la primera vez, —dijo él.

—Cierre tus ojos, y concéntrese en que está mirando tu pasado, hágalo por un minuto, —me dices que vio— dijo ella.

—Vi a alguien que me decía, que en el futuro me sucedería algo irreparable, y que debía estar prevenido —responde él.

—Lentamente, la vidente abre su mano, liberando la mano de Jean, fija por unos segundos la mirada a los ojos —de su consultado.

—¡Jean está preocupado! Mira a la vidente, —su cuerpo está tembloroso.

—Necesito que tu novia venga, tu diagnóstico presenta un cuadro preocupante, para decirle lo que te pasa, deben estar presentes los dos. Es necesario que los labios de los dos estén en contacto, al momento en que los esté consultando, es primordial hacerlo de esa manera —argumenta ella.

—¿Qué otra opción hay, para saber la verdad? —pregunta Jean.

—No existe otra opción, de ti depende si quiere saber la verdad, y tú tienes la solución en tus manos —comento ella.

Otro momento desagradable para Jean, la depresión ha llegado sin clemencia como si fuera el enviado de la muerte, mira su cara en el espejo de la habitación del hotel, y ve que su rostro refleja tristeza. Siente que está encerrado entre rejas, los pasos que dio se perdieron, como la mirada en la oscuridad. Regresará a Andola, se dará un tiempo para decidir, si regresa a la India con su novia o no. Su prometida lo espera con gran emoción, la soledad lo tiene al borde del estrés, quiere que ella este a su lado, para salir de ese angustioso momento que lo acecha.

—¿Hola, cariño, estaba loco por verte?

—Yo también estaba loca por tenerte a mi lado.

—Ya estamos juntos nuevamente.

—Si, que felicidad ciento.

—Te acompañaré hasta la casa de tus padres.

—Qué bueno amor, mis padres quieren verte.

—Sí, quiero verlos, tengo tiempo que no los veo.

—Les traje unos regalos para tus padres, para los míos, y otro especial para ti, sé que les va a agradar.

Después de haber cumplido con los compromisos familiares, ellos se preparan para dar un paseo por el pueblo, deciden ir al Restáurate la “Bengala de Oro” donde disfrutarán de una hermosa velada, luego se irán a darle riendas sueltas a sus deseos. El radiante sol hace presencia con sus luminosos rayos por los cristales de la ventana, invitándolos a que dejen el preciado lecho, que le sirvió de cómplice en su venturosa noche de amor íntimo.

Llega el momento doloroso, se despiden prometiéndose que volverán a tener más encuentros, para entregarse a ese seductor tentativo que los lleva, al preciado mundo placentero y pasional donde vivirán momentos muy especiales. El umbral del romanticismo se va fortaleciendo cada día con más amor, embelleciendo el sendero por donde van al encuentro, con ese escenario donde ellos son los protagonistas. Que llenan con sus encuentros ese sitial predilecto para el delecte del amor.

Las puertas del refugio placentero siempre estarán abiertas para el encuentro de la entrega seductora y el goce, de esos personajes que adoran ese lecho, donde la entrega pasional es pura de dos corazones enamorados, que viran constantemente en busca de placer. La vida les da de día y de noche hermosos privilegios para que sigan gozando lo que el amor produce.

Después de haber pasado una agradable noche con su prometida, él en su reflexionar ha decidido no regresar a la India con su novia, como se lo indico la vidente. Su novia debe estar alejada de ese misterio que vive en él. Hará todo lo posible por resolver su situación sin que esté involucrada ella, no es el momento adecuado para hacerlo. Quiere mantenerla al margen del problema, si su amada lo llegase a saber, sería sentenciar el final de seguir a su lado. No entrará en ese riesgo donde el peligro está presente, protegerá el hermetismo que ha mantenido, desde el naciente del misterioso caso.

Tratará de tener una conversación con su amigo Jender, necesita saber él porque le dijo que las mujeres tienen en sus labios veneno del amor. Él será la persona indicada para que descifre ese misterio que no ha sido resuelto, y así pueda saber si existe o no ese veneno en los labios de su prometida. Visitará a su amigo, ira en busca de que lo ayude a que su caso tenga una solución, la desesperación está haciendo efectos preocupantes en su organismo. Ya está llegando a unos límites donde no sabe qué hacer para normalizar su situación,




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