El Bosque

Parte 18

Cuando comencé a correr no tenía la menor idea de a dónde debería ir, ¿En qué parte de ese enorme bosque estarían mis padres? El lugar era muy basto, tardaría varios días en recorrerlo completo; encontrar a una persona ahí era como encontrar una aguja en un pajar. A pesar de lo improbable que era seguí buscando, no pensaba regresar sola a la cabaña y la verdad prefería saber si mi familia estaba bien.
"No puedes vencernos" Susurraba la voz.
Ignoré sus palabras de la misma forma que ignoré el cansancio y seguí corriendo. Si tan sólo me hubiera fijado en los planes y mapas que había en el laboratorio quizás todo habría sido más sencillo. Aferré el objeto en mi puño hasta que sentí un agudo dolor en los nudillos. Sabía qué debía hacer, aun así algo en mi interior dudaba ¿Y si se trataba de otro engaño? No podía ser tan facil, ¿Verdad? Me convencí de que valia la pena intentarlo, cualquier cosa era mejor que rendirme.
Hice una pequeña pausa cuando recordé una parte peculiar del bosque, cambie de direccion y volví a correr esta vez movida por la certeza de que iba por buen camino.
Los arboles mecían sus ramas con el viento, las hojas les daban un aspecto más vivo pero igual de aterrador, como si tras esas hojas ocultaran los peores secretos del mundo, protegidos por ilusiones y susurros; alejado de todo y tejiendo una delicada red de engaños para mantenerse. Estaba segura de algo, tenía que salir de ahí y no lo haría sola.
El aire comenzó a sentirse más frio conforme me acercaba a mi destino, sólo escuchaba el sonido de mi corazón palpitando en mis oidos con la fuerza de mil tambores acompañado por el susurro de las hojas movidas por el viento.
Llegué despues de largos minutos a la parte del bosque donde los arboles lucían grabados de rostros humanos. Esta vez me parecieron más aterradores aunque ya esperaba verlos. A veces es peor saber que caminas en línea recta hacia uno de tus mayores temores. Esos desfigurados seres marcados por la desesperación y el horror habían plagado mis pesadillas. Siempre recordaría esos ojos llenos de emoción... esos gritos silenciosos congelados por toda la eternidad... Podía mirarlos, eso no significaba que me asustaran menos.
-Miren quién está aquí.-Dijo Luisa, saliendo de entre los árboles sin hacer ruido.- ¿Otra vez buscas a tus padres? Deberías captar la indirecta, ¿Sabes?
-¿Como sé que en verdad eres Luisa?
-Pobrecita, ya perdiste la cabeza.
La miré buscando un indicio, cualquier señal de que no era Luisa, sino otra ilusión del lugar. Había algo mal, pero no lograba decidir qué era.Entonces Demian se unió a ella, sus ojos brillando con un raro tono que no era completamente blanco pero tampoco llegaba a ser plateado. Dí un paso atrás.
-Luisa aléjate de él.
-¿Quién?-Preguntó ella mirando alrededor como si no viera al recién llegado.- Laura, ¿Estás bien? Creo que estas alucinando.
-No, está justo al lado de tí-Respondí señalando a Demian, que sólo se limitó a sonreir y cruzarse de brazos.
-De verdad no veo nada, ¿necesitas un doctor o algo?
-¡Te estoy diciendo que hay alguien ahí!
Luisa volteó pero seguía sin verlo, o tal vez era una broma muy elaborada y bien ejecutada. No sabía qué pensar ¿Cómo distinguir la realidad? Miré alrededor, no veía los grabados en los árboles y éstos lucían tan secos como el primer día que los ví. No... no lo había imaginado ¡Era real! .
-¿Dónde están mis padres? Tenemos que irnos de aquí.-Dije, acercándome a Luisa.-Es muy importante...
-No lo sé, nos separamos el otro día durante la tormenta, desde entonces los estoy buscando. No he visto señales de ellos, es como si hubieran desaparecido.
Demian suspiró y se colocó atrás de Luisa, una mueca de fastidio en su rostro. 
-Tenemos que buscarlos.-Dije, apenas capaz de controlar el temblor en mi voz.
"No vas a encontrarlos, nunca vas a regresar con ellos" Gruño la voz, amenazante.
-Es obvio que tú necesitas un hospital. -Replicó Luisa, comenzando el camino de regreso a la cabaña.
-¡No! ¡No podemos regresar ahí!.-Grité corriendo en el sentido contrario.
-Espera Laura...
Tropecé con una raíz y caí en una profunda hondonada, apenas alcanzaba a ver algo pero el olor era fatal, me recordaba una vez que encontramos una rata muerta abajo del sillón, olía a muerto... Todo mi cuerpo dolía y no conseguía levantar mi cabeza para mirar alrededor. Cerre mis ojos por un segundo, con la esperanza de recuperar fuerzas. Escuchaba a Luisa llamarme, todo sonaba tan distante...
Poco a poco el mundo comenzó a aclararse, alcanzaba a vislumbrar varias retorcidas raices que recordaban sinuosas serpientes. Aun escuchaba a Luisa, mas descubrí que percibía otro sonido: el distante murmullo de un arrollo.Me arrastré por la tierra siguiendo el sonido, no podía quedarme quieta. Ahí el olor era mil veces peor, contuve la respiración mientras me concentraba en el sonido cada vez mas fuerte del agua corriendo.
-¿Laura?-Me llamaba Luisa a lo lejos.
-Aquí estoy.-Logré susurrar con la voz débil y temblorosa.
Comencé a adaptarme a la oscuridad cuando noté que ya estaba a menos de un metro del arroyo. Pero el agua no era clara, era de un intenso color rojo. Pronto no tuve dudas del origen del olor y el líquido rojo. Había varios cuerpos apilados al lado del agua, las raices de los arboles se perdían en el opaco fluido. Me acerqué un poco más y después un poco más...
Si supiera que esa vision quedaría grabada en mi mente como si estuviera tatuada en mi memoria, no habría mirado.
Aun no he logrado recordar cómo salí de la hondonada, o cómo encontré a Luisa, sólo sé que me apenas la ví comencé a llorar, incapaz de detenerme.
-¿Qué pasó, qué viste ahí abajo?
-Encontré a mis padres.-Sollocé, apenas consciente de que abrazaba a mi gran enemiga.-Están muertos...
Demian seguía rondando en las cercanias pero no le día importancia, ya no tenía familia, estaba sola en el mundo.
"Nos tienes a nosotros"Me recordó la voz. Sonaba tentador, solo que prefería vivir la realidad y no una simple ilusión por el resto de mi vida.Luisa intentó tranquilizarme, a pesar de nuestra obvia rivalidad. Apreté en mi puño el pequeño objeto rectangular como si fuera la unica esperanza que me quedaba.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.