El bosque

Capítulo 1

Me mataran
Bailey
🌸🌸🌸

Nuevamente no pude convencer a Angelic de ir a la fiesta conmigo al parecer se debía quedar con su hermano en la casa porque sus padres celebraban su aniversario de casados. Mis padres jamás podían celebrar sus aniversarios ni siquiera mis cumpleaños siempre alguno faltaba o llega tarde. Por eso a mis ocho años me regalaron a Jade mi gata, lo hicieron porque ese día ambos faltaron y yo llevaba tiempo pidiendo tener una mascota.

Un hermoso premio consolador por el abandono que sufrí en un día especial.

Jade me observa con sus ojos amarillos acostada desde mi cama con su pelaje negro sobresaltando en la colcha de color celeste. La pequeña mancha blanca en su ojo izquierdo hacia que Jade no se vea como la típica mascota de las brujas. Además, es muy fotogénica la minina siempre se sale bien en todas las fotos y subo muchas imágenes con ella llenándome de likes y comentarios acerca de lo hermosa que es.

Subo el volumen de la música en mi reproductor cambiando de tema en mi celular para terminar de vestirme. Me puse una mini falda de cuero brillante de color negro, una blusa de tirante con un escote profundo de color blanco y botas de taco corrido de color negro. Maquillaje algo oscuro, pero con iluminaciones sutiles en mis parpados y zonas estratégicas de la cara. Dejo mi cabello con ondas sutiles colocándome la chaqueta de cuero negra me siento alado de Jade.

Dejándome caer en la cama cierro mis ojos reconociendo la tonada de la canción que sigue sonando.

— Why is it so hard to just be myself?
I feel like I'm different from everyone else
Yeah, why am I like this? Can somebody please tell me?
I look in the mirror and what do I see?
I don't really know who's looking back at me
I don't even know who I wanna be (1) – canto la canción que me sabía de memoria nunca me cansaría de escucharla. Mientras espero que por algún milagro del universo la puerta de mi casa sea abierta y alguno de mis padres me sorprenda asiendo que deba quedarme y cenar con ellos mientras charlamos de cómo me está yendo en la escuela.

La música continua al igual que los minutos y ya era hora de irme mis padres no vendrán hasta más tarde en la noche o definitivamente ninguno vendrá. Acomodando mi ropa frente al espejo retoco mi labial para irme con una sonrisa dejando la cena de Jade en su planto y algo de agua en otro. Con las llaves de mi auto en las manos salgo trotando hasta el garaje donde me subo al auto para irme no sin antes esperar unos minutos dentro de mi auto acomodando mi ropa y guardando mis esperanzas hasta el último minuto.

Enciendo el motor conduciendo al barrio privado del pueblo donde pocas personas pueden ingresar el portero tiene un listado con las personas que pueden entrar cuando hay una fiesta lo que las vuelve algo más controladas. Aun así, siempre hay algún incidente que termina trayendo a la policía a las fiestas y en ese momento es cuando entro yo. Solo un intercambio de palabras con mi padre y todo solucionado al menos es lo que pasa algunas veces.

Aparco el auto a unas cuadras por la enorme fila que ya está frente a la casa de Penélope música buena y un ambiente que me invita a entrar es lo que me recibe. Mis zapatos suenan a medida que avanzó y las puertas de la mansión se abren para mí dejándome ver luces de colores, personas bailando, bebiendo y escuchando la buena música puesta por el DJ del momento.

🌸🌸🌸

Escupo la bebida cuando veo a unos chicos fumando ciertas sustancias que no son legales y si mi padre llega a venir y sentir su aroma o ver a alguien en un viaje inducido por drogas me matara. Dejando de lado mi bebida corro a quitarle el porro al chico que no recuerdo haber visto en el instituto, y arrojándolo a un vaso cercano recibo los abucheos del círculo de amigos que iban a fumar.

— No debiste haber hecho eso preciosa – levantándose del sillón el chico de cabello rubio oscuro miro hacia abajo por la diferencia de altura que pareció divertirle. Colocando sus manos en mis hombros intenta empujarme hacia atrás, pero lo detengo tomando su brazo con mucha fuerza.

— Nadie me toca si yo no lo permito – estirando mi cuello para verlo mejor saco sus manos de mis hombros y golpeo mi rodilla contra su entrepierna haciéndolo doblarse del dolor. Ser la hija del comisario me dio la oportunidad de que mi padre me enseñe defensa personal y a siempre cargar gas pimienta o una pistola de electrochoques en la cartera. — Idiota – saludándolo con la mano me alejo de allí en busca de la anfitriona de la fiesta, Penélope. Podía tolerar el que escondiéramos el alcohol cuando viene mi padre, pero no drogas si mi padre descubre que cubrí una fiesta con esas sustancias circulando por ahí se enfadara muchísimo.

— La policía ¿Dónde está Bailey? – escucho el grito de Penélope cuando la música se corta de golpe. Caminando por entre las personas que se veían con nerviosismo diviso a Chloe en las elegantes escaleras de la casa. — Al fin linda debes ir a hablar con tu papá – señalando la puerta con sus uñas de acrílico la capitana de porristas no me dio tiempo a hablar con ella porque una de sus amigas me empujo hasta la entrada.

Al salir de la enorme mansión encuentro a mi papá y su compañero afuera de la patrulla tomando notas en su libreta. Mis piernas temblaban, pero aun así comencé a caminar hasta donde estaba mi papá con cara de pocos amigos. Es raro que no me esté sonriendo como cada vez que me ve, se supone que soy su princesita él siempre se pone feliz de verme a menos que... me haya metido en problemas.

Alec
🌸🌸🌸

El bosque siempre está en movimiento los animales deambulan de un lado a otro y los lobos le aúllan a la Luna cuidando de su territorio. Mi forma de lobo me permite oír aún mejor las cosas y el olor a venado inunda mis fosas nasales, el hambre me ataca y debo conseguir un animal ahora o mi cordura sé ira al demonio. Hace mucho que no vengo de caza y comer carne cruda ha sido difícil teniendo a los nuevos sirvientes rondando por la cocina en espera de que me pueden preparar a mí o a Meg. Los únicos que siempre estamos por la casa y más cuando algunos de mis colegas de la manada vienen a mi casa para hablar de cómo cazar y demás. Ahora con lo de los empleados nuevos tenemos que reunirnos en el bar que queda a las afueras de la ciudad. Un sitio que no tiene muy buen aspecto, pero es el lugar donde todos los lobos vamos por tragos, peleas por puro placer y algunos hasta en busca de lobas solitarias.




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