Capítulo 25

Siempre tuya
Bailey
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Las piernas me tiemblan tanto que debo apoyar mi espalda contra la puerta para no caerme. Quiero gritar, pero soy consciente de lo sensible que son los lobos con los sonidos y no quiero que Alec me atrape gritando como loca. Al ver a Jade venir hacia mi reacciono y camino hacia ella tomándola en mis manos. La abrazo sin apretarla demasiado pues es una minina algo quisquillosa y puede que me arañe toda si algo no le gusta.

– Estoy feliz Jade – besando su cabeza negra la acaricio con amor, ella maúlla como si de alguna manera me entendiera. La dejo en el suelo y ella roza su cuerpo contra mi pierna derecha seguido de unos ronroneos. Se que lo hace porque me quiere, pero también ya tiene hambre. Voy con ella detrás de mi pisándome los talones y le doy su comida mientras le cambio el agua a su tazón. Inmersa en esa tarea no me di cuenta que la puerta principal se abrió y que mis padres llegaron juntos.

– Hola cielo, te extrañe mucho – mi madre entro como bala en la cocina y me rodeo con sus brazos con fuerza. Rodeándola también con mis brazos huelo su perfume de J'adore de Dior que tanto me gusta. Mi madre siempre ha sido una mujer fina y muy femenina. Por ella es que amo tanto la moda y sé que su forma de ser fue lo que enamoró a papá.

– Hola mamá, también te extrañe – comento a sus cabellos mientras nos separamos para vernos. Estaba vestida con una camisa blanca, un pantalón beige con un cinturón de la misma tela creando un lazo en su cintura y tacones beige bajos. Su cabello castaño caía por los costados de sus hombros en suaves ondas y su maquillaje no era muy recargado. Mi madre es muy hermosa y no lo digo por ser su hija, sino que es la verdad todos siempre se la quedan viendo en las reuniones.

Pasando su brazo por los hombros de mi madre mi papá la atrae a su costado para darse uno de sus típicos besos apasionados. Miro al costado avergonzada, pero es algo muy normal en ellos, llevan todo su matrimonio avivando las llamas del amor y generando que su convivencia no se vuelva monótona. Siempre tome su relación como un ejemplo de lo que busco para mi vida. Por un segundo el rostro de Alec vino a mi mente y no pude evitar sonreír como una tonta enamorada.

– Corazón para ya estamos delante de Bailey – mi madre habla sacándome de mis pensamientos y al verla quiero reír porque su cara tiene un rubor algo chistoso. Ruedo los ojos porque ellos desde que tengo uso de razón se besan así frente a mí, ya estoy acostumbrada, pero de todas maneras me da algo de vergüenza.

– Por favor linda te extrañe mucho – la cara de enamorado de mi padre solo hizo que se me derrita el corazón. Ellos en verdad no son como todos los padres de mis amigos. Quise decirles que no me molestaba que se besen cuando mi padre le da una nalgada a mi madre que da un saltito asombrada y abre mucho sus ojos.

– Yo me voy – con el calor subiendo por mi cuello desaparezco de la cocina antes de que otra cosa más vergonzosa pase y quede traumada. Suelto una risa mientras subo las escaleras, mis padres nunca cambiaran.

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Camino por los pasillos del instituto con una estúpida sonrisa cargada en mi rostro. Me detengo en mi casillero para sacar mis cosas y doy un salto cuando unas manos me abrazan por la espalda. Un beso en mi cuello me hizo temblar y el alieno de Alec chocando en mi oreja me causo una risa por las cosquillas.

– Hola gatita – su voz ronca causo que mi corazón se acelere y levante un poco mi mirada. Sus ojos chocolate estaban fijos en los míos y una sonrisa aparece en su rostro. Acercando su rostro al mío me deja un suave beso en los labios, sus manos aprietan mi abdomen ligeramente y al mirar a nuestro alrededor muchos ojos curiosos nos veían.

– Hola Bann – me giro apoyando mis manos en sus hombros para verlo a los ojos. Un nudo en mi estomago se formó y los nervios estaba erizando mi piel.

– ¿Cómo está mi novia? – hablo sonriendo muy cerca de mi rostro, beso su mejilla sintiendo una corriente eléctrica por todo mi cuerpo.

– Mucho mejor ahora que te veo novio – nos acercamos para besarnos, pero un jadeo femenino detrás de Alec nos hizo separarnos. Con papeles volando por los aires y una rubia quejándose en el suelo fue lo primero que vi. – ¿Tylar estas bien? – me separo de Alec para ayudar a mi amiga que está juntando sus papeles del suelo.

– Si solo iba distraída – juntando sus papeles apresuradamente Tylar se pone en pie mirándonos – Felicidades por su noviazgo – sonriéndonos a ambos la rubia se va por el pasillo.

Alec pasa un brazo por mis hombros y me acerca a él de manera cariñosa. Todos nos estaban viendo, pero ya no me importaba el qué dirán o lo que piensen. Paso mi brazo por su espalda acercándome a su persona y le sonrió porque en verdad este chico me pone feliz. Esta sensación me da algo de miedo porque me estoy entregando por entero al amor y este sentimiento es tan doloroso como placentero. No dudo de Alec porque me a demostrado verdadero interés, pero el mundo está podrido y los buenos sentimientos no abundan. Esos pensamientos se van cuando pasa Chanel con su modelito refinado y Alec no se voltea a verla porque me está mirando a mí. Su mano captura mi mentón y sus dedos acarician mi barbilla.

– Te vez hermosa gatita – sus palabras me erizan la piel y sin pensarlo le doy un pico. Apenas un rose de nuestros labios, pero suficiente para que el consejero Nolan nos regañe.

– Muestras de afecto fuera del instituto por favor, a clases tortolitos – soltando a Alec me rio despidiéndome con otro casto beso frente al consejero que nos separó.

Alec
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Megan me evitaba tanto en casa como en el instituto, no me hablaba y tampoco quería que la llevará en el auto. Sabía que fui algo lejos al golpear a su novio, pero solo trataba de protegerla. La veo salir de la casa y ella corre feliz a ver a su novio. No lo entiendo, ella vio al idiota charlar con otra loba porque no está enojada.