Estaba tirada en el suelo; la caída había sido algo fuerte. La estúpida de Julie, la que consideraba mi amiga, me había traicionado y dejado como carnada para distraer a la bestia. Ella y su grupo fueron los únicos que se burlaron de mí. Ryan no había notado mi ausencia; tal vez lo mejor era que todo se acabara allí. Podría ser libre de esta perdición, no sonaba tan mal.
A pocos metros venía a gran velocidad la bestia con su aura tenebrosa y enojada, su boca abierta con hambre y sus colmillos resaltando. Me recosté en la arena del coliseo; esperaba que fuera una muerte poco dolorosa.
Tan solo faltaba poco para que la bestia llegara a mí; estaba demorando mucho, lo sentía eterno.
Bueno, fue lindo hasta que duró, mamá, papá, Kony, los amo.
Adiós.
Pude sentir cómo la bestia se acercaba más y más, pero una voz poco conocida me habló.
—"Vive, Cailin, vive".
No reconocía aquella voz, pero esas palabras me llenaron de esperanza. Abrí mis ojos y me puse de pie como pude; no tenía mucho tiempo, así que sería rápida.
Tomé mi arco, coloqué una flecha, direccioné y tense, cerré mis ojos y disparé.
—¡VOY A VIVIR ! —grité.
Un fuerte golpe recibí en mi estómago; la bestia había chocado contra mí y me había mandado a volar. Choqué fuertemente contra una de las paredes del coliseo.
—Carajo, esto duele como los mil demonios.
Dije, me levanté, el dolor en mi cuerpo era insoportable, sentí como un líquido rojo goteaba de mi cabeza, era mi propia sangre, ahogué un gemido de dolor, estaba fatal.
Me coloqué de pie, ahogando los sonidos de dolor; la bestia venía hacia mí, era hora de acabar con esto.
Cuando estuvo lo suficientemente cerca de mí, abrió su bocota; sabía que me iba a comer. Fui algo rápida e ingeniosa: saqué una flecha, era la última, y cuando la bestia estuvo a centímetros de mí, se la incrusté en la boca. La bestia soltó un terrible alarido de dolor, tapé mis oídos y estuve atenta a su siguiente movimiento.
Salté y me enganché en su cuerpo, escalé hasta estar en su lomo; la bestia se retorcía de dolor y de incomodidad, hacía movimientos bruscos. Yo me aferre a su cuerpo, su aura rozó mi mejilla y dejó una herida.
-AHG, ESO DUELE. —Le grité, observé cómo el aura de nuevo venía y metí mi pierna izquierda tratando de esquivar; mis manos seguían fuertemente aferradas a su cuerpo.
El aura cortó mi muslo; eso dejaría una cicatriz y un inmenso dolor.
Ahogué mi dolor y, con una de mis manos, solté su cuerpo y busqué en mi muslo derecho aquella daga que había tomado; mi otra mano seguía aferrada a la bestia.
La daga no era muy grande, pero funcionaría; la tomé y alcé incrustándola fuertemente en el cuello de la bestia. Esta reaccionó de manera brusca; intensifiqué mi agarre en la daga y la moví cortando el cuello de la bestia. Su sangre me salpicaba, pero no me importaba; esto se trataba de vivir y yo quería vivir.
Pocos segundos pasaron y la bestia cayó; me desplomé en el suelo. La sangre de la bestia estaba por todo mi rostro, pero ya no tenía fuerzas; estaba viva, pero ahora lo que necesitaba era descansar.
Cerré mis ojos.
Estaba en un lugar oscuro, sentía como el agua tocaba mis pies; mis ojos no los podía abrir, estaba recostada en algo, pero no podía saber qué. Una caricia pude sentir en mi mejilla, era un toque suave y cálido.
Pude escuchar una voz que me decía.
—Tranquila, todo estará bien, querida. -
No reconocía aquella voz, ni siquiera podía saber si era alguien bueno o malo.
No entendía.
Estaba confundida y de pronto no pude sentir ni el agua ni las caricias.
Abrí mis ojos y pude ver a Ryan con un rostro preocupado.
—Ahh, estás viva, qué alivio. —Dijo y tomó mi mano; fuertemente yo di un alarido de dolor.
Quise ponerme de pie, pero Ryan habló de nuevo.
—Tranquila, yo te ayudo.
Yo solo asentí; él pasó un brazo por mi cintura y me levantó. Me puse de pie junto a él.
Observé un poco a mi alrededor y pude observar a Julie; conversaba tranquilamente con dos chicos.
Maldita, me las va a pagar.
Esa sonrisa te durará poco.
Preste atención al rey.
Pude verlo con su sonrisa siniestra y horrenda, su cara de un lado, viéndonos fijamente; lo odiaba, todo era culpa de él.
La flecha estaba a un lado de él.
Había rozado su mejilla, pero mi objetivo había sido su cabeza y su muerte.
Él solo sonreía, pero yo quería verlo muerto. Sabía que no sería tan fácil, pero aun así intenté derrotarlo. Fallé, pero no sería mi único intento.
El próximo acertaría.
Al igual que me vengaría de Julie, la traidora.
Las cosas con ella no se quedarían así; me recuperaré y acabaré con ella.
Soy Cailin Bronwen, conocí la traición de la peor manera posible. Sé cuál es mi deber de ahora en adelante: aprovechar cada oportunidad, matar al rey, cobrar venganza con Julie y salir de aquí.
Porque en un mundo de solo perdición, tristezas, desánimos y pesadillas, descubrí que matando mis sentimientos podría sobrevivir.
Es hora de matar para vivir.
O
Vivir para morir.