Ryan sostenía mi cuerpo; me sentía demasiado adolorida, mi cuerpo gritaba del dolor. Quería una linda cama, acogedora y suave, en la cual poder recostarme, una caliente ducha en la cual poder quitarme la suciedad de mi cuerpo y aquel fluido asqueroso de la bestia.
Desperté de mi ensoñación; los gritos de la arena eran de euforia y emoción, podía imaginarlo, estaban realmente felices: una humana como yo había logrado acabar con su más preciada bestia.
Era algo verdaderamente sorprendente.
—Felicidades, humanos, por haber logrado acabar con la bestia con éxito —habló el Rey con ese tono irónico en su voz o más bien burla; hice una mueca de asco.
Él siguió hablando.
-Cabe decir que es sorprendente que una humana lograra acabar con mi amada bestia; es un logro de admirar, aunque la mayoría no pudo sobrevivir y terminó en una muerte trágica, qué lástima. –
Ja, ahora sentía lástima por nosotros, qué patético es.
—Bueno, serán recompensados; ahora, por favor, llévenlos a su celda. —Termino de decir, observe cómo los humanos fake se dirigían hacia nosotros, pero mis párpados se sentían algo pesados, me era difícil respirar, mi cuerpo no respondía y en poco tiempo quedé inconsciente.
~KHAOS~
Estaba observando cómo en la arena mi querida Liu (La bestia) estaba devorando a cada humano que se le acercara. Sé que esta prueba ninguno la pasará; Liu verdaderamente tendrá un festín, aunque aquella humana despertaba mi interés.
Desde aquella vez que sus ojos conectaron con los míos, aquellos ojos verdes que se maravillaban y demostraban la valentía y me miraban con admiración y un tinte de curiosidad, no podía dejar de pensar en ellos.
Ash, maldita sea, no quiero volverme loco por unos estúpidos ojos que ni siquiera me miran a mí. De por sí acabé con las esperanzas de ella y está aquí en su perdición, tratando de sobrevivir. Soy un imbécil por querer tener algo que no me pertenece; lo mejor será olvidarla y dejar que Liu la mate.
Varias horas después.
¿Qué puedo decir? Estoy verdaderamente sorprendido; ella mató a Liu de una manera asombrosa y hasta inhumana.
Ash, me estoy volviendo loco, tengo que recapacitar. Si no fuera un ser poderoso, esa flecha me hubiera matado; esa chica se atrevió a matarme, qué agallas.
Observe a la chica; un compañero la sostenía. Bueno, ella había logrado matar a la bestia, pero había quedado muy herida, aunque viéndola así, empapada en sangre y con sus ojos verdes y mirada de odio, se ve preciosa. Aunque su ropa esté hecha jirones y destrozada, se ve muy, muy hermosa.
Golpeé mi mejilla; la muerta me está haciendo imaginar cosas. Ya mejor terminemos con esto.
~CAILIN~
Me sentía algo adormecida y como si mil camiones me hubieran atropellado.
Aunque podía sentir como estaba acostada en algo suave y cómodo.
Con todas mis fuerzas traté de abrir mis ojos y ponerme de pie.
Abrir los ojos fue fácil; me adapté a la luz y empecé a observar el lugar. Era como una habitación; había una lámpara en forma de árbol en la mesita que estaba junto a la puerta, había muchas plantas en el suelo y algunas flores de colores rojo, azul y negro. Las paredes parecían de madera y tenía algunos cuadros y yo estaba en una cama.
Intenté levantarme y observar mejor, pero fue difícil ya que mi cuerpo estaba algo adormecido; tendría que esperar que el efecto pasara.
Varios minutos habían pasado; mientras esperaba, empecé a tararear una canción. Cuando sentí que mi cuerpo tenía un poco más de fuerzas y el efecto estaba diluyéndose, tomé impulso y me coloqué de pie. El mundo me dio muchas vueltas y ya cuando se detuvo pude caminar, aunque era difícil; mi muslo izquierdo dolía. Miré este y pude ver una venda en la herida; lo más probable es que Ryan me haya curado.
Con mucho cuidado y con ayuda de la pared me fui acercando a una de las puertas; era la más cercana a la cama. Poco a poco caminé y, cuando pude sentir que tocaba el pestillo de la puerta, la abrí.
Era un baño muy bonito; estaba algo oscuro, un simple rayito de luz que entraba por un hueco en el techo era lo que alumbraba el lugar.
Fui tocando cada cosa de aquel lugar, pude sentir en mis manos un espejo, el cual tomé entre mis manos y saqué del baño. En aquella habitación había más luz, así que podría observar mi rostro. Me senté en la cama y me miré al espejo.
Mi rostro estaba lleno de sangre azul de la bestia, mi mejilla tenía una venda, mi cabello estaba desordenado y mis ojos se veían un poco rojos, tal vez por la sangre que había entrado en ellos.
Me puse de pie y miré mi cuerpo. Tenía la venda en mi muslo, aunque mi pantalón había sido cortado y había quedado como un short. Miré mi torso: mi buzo no estaba y solo tenía aquel suéter de manguillas negro. La verdad, mi ropa estaba hecha nada.
Pude sentir cómo la hierba en mis pies hacía cosquillas. Espera, espera, hierba, pies... Miré hacia abajo y no tenía zapatos; eso me preocupó. Donde estaban mis conversé, me iba a enloquecer si no los encontraba, empecé a buscar en toda la habitación y pude ver que estaban a un lado de la mesita, donde se encontraba la lámpara de arbolito. Di un suspiro y me tranquilicé.
Caminé en dirección al baño y me dispuse a dar un buen baño; lo necesitaba.
Comencé quitándome la ropa que traía y quitando el vendaje de mi mejilla y de mi muslo. Me metí en la zona donde se encontraba la regadera, tomé la palanquita y la abrí, sintiendo como el agua recorría mi cuerpo; se sentía tan agradable. Por un momento cerré mis ojos; eso me recordaba a mi casa, a mi hogar, se sentía bien.
Estaba tan sumergida en el sentimiento tan agradable que casi no sentí la caricia en mi mejilla ni aquella respiración en mi oreja derecha; no le di importancia, estaba en la burbuja de disfrutar el baño.
Minutos después, ya por fin había terminado de darme un baño y me empecé a vestir con lo que tenía; ni modo, era lo que había. Salí del baño con mi cabello goteando por el agua.