—Cailin, no sé cómo tomes las cosas, pero debes estar tranquila. ¿Sí?
Me observaba de manera seria; asentí a sus palabras; sea lo que fuera,, lo tomaría con total tranquilidad.
—Tú fuiste la causante del destello.
Seis simples palabras que hicieron aún más revuelo en mi cabeza.
—No...
—Sí, Cailin, fuiste tú la causante.
—No, o sea, ¿cómo?, solo soy una humana.
—Tampoco lo comprendo, pero el destello salió de ti; ese destello causó aquella explosión.
Termino de decir y señalo un lugar; yo miré hacia aquel lugar, había un gran hoyo en el suelo, uno que otro árbol quemado, pero esa era la prueba de que el destello había hecho estallar ese lugar.
—Noo.
Sentí pánico.
Miedo.
Angustia
Confusión.
"Descubre quién eres".
Aquella maldita voz estaba en mi cabeza de nuevo; no sabía quién era o qué quería, pero odiaba sentirme vulnerable conmigo misma, el miedo de no saber qué era.
—¡NO!, Ryan, no es cierto, solo soy una simple y patética humana, llegué hasta aquí y me di la vuelta en este caos, por mi maldita curiosidad; soy normal, no soy para nada especial, soy una chica que vive en un pueblo alejado de la ciudad, solo tengo 17 años. Debería estar viviendo mi vida, disfrutando momentos en familia, compartiendo risas con mis amigos, conociendo, riendo, llorando por cosas estúpidas como no saber si Bia, mi serie de Disney favorita, tendría una tercera temporada, enamorarme, tener mi propia familia.
Lágrimas salían
No lo soportaba.
No sabía qué estaba pasando conmigo.
No sabía ni quién era.
Dudaba de mí misma y de mi existencia.
—Solo... Solo quiero salir de aquí, volver a mi vida aburrida y normal... Quiero irme.
Más lágrimas.
—No quiero dudar de mí misma, ni de quién soy, no quiero dañar a nadie, no quiero ser mala persona, no quiero ser algo que no soy.
Gimote
Lloré, lloré tanto; sentía el dolor dentro de mí. Esta no era yo, yo no era así.
Cerré mis ojos, sintiéndome mal conmigo.
Estaba sola en aquel lugar, sola, confundida, siendo un caos, teniendo miedo de mí.
Solo quiero paz.
Sentí mi cuerpo siendo abrazado, algo cálido.
Abracé fuertemente a aquella persona; lo necesitaba, me sentía rota conmigo misma, sentía un vacío y caos en mi ser.
Ese abrazo me hizo sentir en mi hogar; recuerdos de mis padres sonriendo junto a mí llegaron a mi mente, bonitos recuerdos me abrazaron: mi familia, Kony.
Me aferre fuertemente y lloré, me desahogué conmigo misma; estaba reprimiendo muchos sentimientos y reprimirlos había hecho una tormenta, una tan grande que hizo que quisiera rendirme.
"Llorar no te servirá de nada, déjalo salir"..
Esa voz de nuevo.
No, esa no soy yo.
"Vamos, deja que todo salga"..
No.
"No seas cobarde, te hará bien si dejas que aquello desconocido salga a la luz".
No, cállate, quienquieraque seas, no te haré caso, solo vete.
"Tonta, debías hacerlo por las buenas, ya que a las malas no te gustará para nada".
Cállate y vete de mi mente.
"Nos vemos".
Aquella voz por fin se había ido; no entendía qué quería, pero no dejaría que hiciera que dudara de mí.
Sé quién soy.
Yo soy Cailin Darcelle Bronwen.
Me separé del abrazo, limpié mis ojos.
Miré hacia aquella persona que me abrazaba y era Ryan.
Él me dedicó una bonita sonrisa, la cual correspondí.
—Gracias y perdóname por mostrarme de esa manera ante ti.
Él solo negó y dijo.
—No fue nada, además no hay nada de lo que disculparse; comprendo que estás llevando una carga emocional sorprendente y solo tratas de sobrellevar todo lo que está pasandopara no caer en la locura.
Sonrió, me sentía bien; Ryan estaba haciendo un gran apoyo que pensé que no necesitaría.
Los dos nos mirábamos con una sonrisa.
Hasta que el suelo comenzó a temblar, observamos la luna; esta estaba a punto de esconderse.
—Esto no es bueno.
Mire la cara de preocupación de Ryan.
Antes de poder decir algo, él hablaa de nuevo.
—Vamos, es hora de escondernos.
Yo asentí y tomé su mano; él apretó el agarre y comenzamos a correr hacia un árbol.
Llegamos a un árbol grande y subimos a este.
Ya cuando nos encontramos en lo más alto de este, suspiramos con algo de tranquilidad.
La cual duró poco, ya que el suelo tembló un poco más fuerte; la luna ya estaba completamente escondida. Lo extraño es que ninguno de los Simm salía del lago.
—Qué extraño, ya debieron salir. —Susurro —Ryan, mirando hacia el lago.
El agua del lago empezó a temblar; gritos aterradores empezaron a escucharse.
La luna empezaba a volver a salir, pero no con aquel brillo que hacía parecer que era de día. Era raro, ya que esta salía completamente morada y ponía el ambiente tenso y aterrador.
Era la primera vez que salía de ese color.
Eso daba un más mala espina.
Nada bueno vendría.
Cosas malas pasarían.
Aquello que Cailin desconocía saldría y todo en caos terminaría.