El bosque de la perdición.

~Eclipse~

—Cailin, esta situación no me gusta.

Me decía Ryan casi susurrando, para no hablar tan fuerte y atraer la atención de lo que sea aquello que provocaba los gritos.

—Ryan, tengo un mal presentimiento.

—Yo también.

Echó un vistazo a los demás árboles, tratando de buscar a los otros chicos.

Ellos se encontraban no muy lejos de nosotros.

Los gritos se intensificaban más y más; el ambiente estaba sumido en tensión.

La luna había salido de color morado y cada vez se alzaba más y más, volviendo aún más oscuro el lugar.

Sería una noche larga.

~KHAOS~

—Mi rey, ¿cree que los humanos podrán sobrevivir al eclipse?

Oriel me preguntaba, pero no le respondí nada.

Esperaba que sobrevivieran o mejor dicho que ojitos verdes sobreviviera, los demás no me importaban en absoluto.

Pero algo me hacía dudar.

El Eclipse, esta vez era aun mas fuerte que las anteriores veces.

Antes los que sobrevivían eran 3 o 4, si acaso, ya que algunos terminaban locos por todos los sucesos del eclipse.

Algo en mi pecho se estrujó al pensar que tal vez la chica no salga de esto.

Pero no podía hacer mucho; era una de las pruebas establecidas por el bosque, tiene que suceder.

Unos gritos me sacaron de mis pensamientos.

—Oriel, ¿de quién son esos gritos?

Él me observó y luego respondió.

—Son de la humana que golpeó Cailin.

—Con que la humana traidora.

Pensé que esa humana era la que había tirado a ojitos verdes a la bestia y que casi muere por su culpa.

Ella necesitaba una lección.

—Llévame con ella.

Ordénale a Oriel.

Él me miró algo extrañado, pero empezó a caminar en dirección a las celdas nocturnas.

En pocos minutos ya estábamos en el lugar; puede observar a los Golinks custodiando la puerta.

Con un movimiento de mi mano, ellos se hicieron a un lado y nos dejaron pasar.

—Quédate aquí, iré yo solo.—Le ordené a Oriel, el cual asintió y quedó en la entrada con los Golinks.

Caminé por aquellas celdas, observando una que otra, algunas con cadáveres y otras con personas a punto de morir o que habían perdido la razón.

Aunque quien los culparía, en este lugar la razón era para los fuertes, los débiles se dejaban llevar por la locura de Untergang y eso les costaba la vida y su razón.

Me detuve en la última celda; allí estaba ella.

La humana traidora tenía su rostro vendado; solo sus ojos y boca estaban al descubierto.

Ella me miró, sus ojos demostraron miedo y supe que sería una grandiosa idea si la hacía perder la razón.

Entré a su celda con una sonrisa de oreja a oreja; esto sería divertido.

—Hola, pequeña humana, ¿me podrías decir tu nombre?

Ella temblaba de miedo.

Silencio.

—No es divertido, vine a visitar a una simple humana como tú y aun así te muestras irrespetuosa delante de mí.

La miré; en sus ojos solo había pánico.

—Tranquila, solo quiero conversar.

Silencio.

—Ni que fuera a matarte, o acaso quieres eso.

La observe con una sonrisa, eso la espanto más.

—Ju... Julie Cartek

—Lindo nombre, Julie.

—¿Sabes por qué estás aquí? —pregunté.

Ella miraba el suelo.

—Yo fui golpeada por Cailin, pero no sé porque estoy aquí.

—Así que fuiste golpeada, ¿crees que lo merecías?

Ella negó.

Ja, qué sucia.

—No, yo solo hice lo que hice para ayudar a los demás.

—Sabes, lo que hiciste fue muy sucio de tu parte, pero ¿qué esperaba? Eres una patética humana que solo piensa en sí misma sin importar los demás; así son todos los humanos, egoístas. ¿No lo crees?

Ella no dijo nada.

—Vine aquí con el único propósito de darte una pequeña lección.

Me miró aterrorizada.

—No tengas miedo o tal vez sí, húndete en tu propio miedo y miseria, así como ojitos verdes tuvo miedo al ver cómo aquella bestia se acercaba; mientras tú corrías por tu mugrosa vida, ella intentaba sobrevivir. Eres una cobarde y eso te costará tu vida.

Una llama rojiza se encendió en mi mano; pequeños golins fantasmas aparecían y comenzaban a introducirse en el cuerpo de la chica. Sus ojos aterrorizados fueron perdiendo el brillo característico del ser humano y se convirtieron en dos esferas vacías.

Su cuerpo empezó a deformarse; poco a poco se convirtió en un alma, sin razón, un espíritu que vagaría por el bosque, buscando su final.

Salí de aquella celda.

Pensé que sería divertido, pero fue aburrido.

Caminé hasta Oriel; él solo observo mi rostro, el cual tenía una mirada seria; su final no había sido de mi agrado.

Quería despejar mi mente.

~CAILIN~

Observé la luna; había llegado a lo más alto.

Hubo silencio.

No duró mucho, ya que el suelo volvía a temblar violentamente; aquella cosa, sea lo que fuera, iba a salir.

Lo que significaba sobrevivir o morir.

"A las malas será".

Aquella voz en mi cabeza habló y sentí un escalofrío.

La situación se ponía peor.

Los Simm empezaron a salir en manada de manera agresiva, acabando con todo a su paso.

También salían de aquel lago unas ranas grandes de color azul oscuro, con ojos de color violeta, al igual que los de los Simm.

Era como la luna.

¿Acaso estos los controlaba?

Eso solo era el inicio.

Sería una noche difícil en donde sobrevivir sería la meta.

Y todos esperábamos alcanzarla.



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En el texto hay: romance, aventura accion, enemiestolovers

Editado: 30.12.2025

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