El Bosque De Las Alas Negras

PROLOGO

El Bosque de Elara nunca perdonaba.
Sus raíces eran más antiguas que los castillos y sus sombras más largas que los días. Quien osaba internarse en él sin respeto desaparecía sin dejar rastro. Los aldeanos decían que sus árboles podían escuchar los pensamientos, que el viento traía secretos de tiempos olvidados y que los guardianes del bosque —criaturas aladas y caídas— observaban desde la distancia, juzgando cada paso.

Hace siglos, los humanos y los custodios del bosque coexistieron bajo un juramento de equilibrio. Pero la codicia, la traición y el miedo rompieron ese pacto. Desde entonces, los que nacen con sangre humana y curiosidad excesiva se encuentran con un destino que no pueden controlar.

Elizabeth de Aldervan no conocía esos pactos ni temía las advertencias. Su espíritu era demasiado impetuoso, demasiado vivo para escuchar las palabras de los sabios. La historia que está a punto de comenzar es una que ningún libro registró, ningún anciano contó y ningún guardián reveló.

Porque en Elara, cada sombra es un presagio, cada susurro una advertencia, y cada ala negra, una señal de que el pasado nunca muere… y que la venganza siempre encuentra su camino.

Antes de que el sol se eleve sobre el castillo, antes de que los árboles se agiten con secretos antiguos, Elizabeth cruzará la frontera entre lo seguro y lo prohibido. Y nada volverá a ser como era.




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