El Bosque de las Almas Perdidas

Lilian, La Bruja Blanca (Capítulo 5)

Amy, Troy y el recién incorporado Travis continúan su viaje por el bosque de las almas perdidas descubriendo los misterios que lo rodean y el origen de los poderes de Amy, quién comenzó a experimentarlos tras el incidente con los Trolls.

Luego de pasar por varias impericias, llegaron a una zona del bosque cubierta por un espeso color blanco. Los árboles se vestían de nieve y hielo, y las hadas cálidas que vieron hace poco se convertían rápidamente en hadas frías de invierno, ambientando el lugar con el característico clima congelado de dicha estación.

 

— ¡Qué lindo! —Exclamaba asombrada Amy—. ¡El bosque se ve maravilloso cuando está todo de blanco!

— Sí, dicen algunos que este es el lado más bello y tranquilo de todo el bosque —Decía Travis.

— ¿Ah sí? ¿Y cómo sabes todo eso? —Preguntó Troy incrédulo.

— Bueno porque como ladrón que fui en su momento recorrí muchos lugares de este bosque, y uno de esos lugares es precisamente aquél en que estamos ahora. —Respondió Travis.

— Como sea, aunque estemos en un lugar tranquilo no hay razón para bajar la guardia.

— ¡No exageres Troy! ¿Qué tiene de malo este lugar? Yo lo encuentro lindo —Opinaba Amy.

— He escuchado por relatos de otros guerreros que en este lugar del bosque vive una bruja blanca. Dicen que son pacíficas en general, pero una bruja es una bruja, y está en particular dicen que es un poco rara.

— ¿Rara dices? —Preguntó incrédulo Travis—. Celosín, no creas todo lo que te dicen por ahí.

— ¿Y qué esperabas ladrón? ¿Qué me hiciera el tonto por eso? ¡Y ya deja de llamarme celosín!

Y mientras ambos discutían entre sí, Amy fue hacia un lago que estaba congelado. Allí divisó una hermosa flor blanca que estaba más o menos a la orilla, pero cuando intentó tomarla, el hielo del lago comenzó a fracturarse. Amy se dio cuenta de ello y comenzó a correr, pero se resbaló y cayó de cola directo al agua. Troy y Travis presintieron el peligro de la joven y corrieron a rescatarla, mas ya era demasiado tarde, pues Amy estaba sumergida en las frías aguas del lago.

 

— ¡Amy, resiste! —Exclamaba Travis preocupado.

— ¡Rápido idiota, ayúdame a sacarla del agua! —Decía Troy desesperado.

— ¡Sí!

Mientras Amy gritaba “¡AYUDA! ¡AYUDA!”, Troy y Travis intentaban sacarla del agua, pero cada vez se hacía más pesada producto del hielo que se formaba debajo de la joven, lo que complicaba su escape del lago.

Justo en ese instante y cuando a los dos jóvenes se les escapaba de las manos el salvamiento de Amy, apareció de manera sorpresiva la bruja blanca enfrente de ellos. Con un potente hechizo, debilitó las enormes capas de hielo de debajo del lago para que Troy y Travis lograran sacar a Amy del agua.

Cuando Amy recobró la cordura, observó a la misteriosa bruja blanca y se dio cuenta de que en realidad se trataba de una joven, más o menos de la misma edad que ella, pero adornada de unos hermosos vestidos blancos, y una piel tersa y blanca como la nieve, de cabellos rojizos y largos, ojos azules como el cielo y poseedora de una luz resplandeciente de pureza infinita. Troy y Travis se asustaron ante la presencia de la bruja, pero Amy, por el contrario, la consideró como una persona normal y además, como su salvadora.

 

— ¿Qué hacen ustedes aquí? —Preguntó la joven bruja blanca—. Este lugar no está permitido para las personas, solo lo pueden habitar las criaturas, las hadas y yo. Los humanos como ustedes no pueden entrar.

— ¡Oye! ¿Quién te crees que eres para advertirnos? ¡Nuestra amiga estaba en peligro, teníamos que salvarla! —Se enojó Troy.

— De no haber sido porque estaba aquí, en este momento la vida de su amiga se habría perdido en las frías aguas congeladas del lago de los corazones rotos

— ¿El lago de los corazones rotos? —Preguntó Travis.

— Así es —Respondía la joven bruja blanca—. Este lago se creó por los sentimientos de tristeza y dolor de aquellos que perdieron a las personas que amaban. Producto de ello, las cálidas aguas que alguna vez dieron vida a este lago, se enfriaron hasta convertirse en un enorme témpano de agua congelada. La flor que estaba allí representa el punto donde comenzó a congelarse el lago.

— ¡Vaya! Es algo memorable. —Decía Amy.

— Supongo que no intentabas sacarla de su lugar, ¿verdad niña?

— ¡No, claro que no! ¡Solo quería contemplarla, es todo! Y no me llames niña, que por cierto, tú también lo eres

— Amy, no creo que sea una buena idea hablarle así a una bruja blanca —Decía Travis.

— ¿Qué acaso le tienes miedo ladrón? —Preguntaba sarcástico Troy.

— Claro que no celosín, simplemente que con ellas hay que tener cierto respeto.

— Como sea, este lugar no es para personas como ustedes así que váyanse. —Decía la bruja blanca.

— ¡Espera! —Exclamó de pronto Amy—. ¿Por qué quieres que nos vayamos?

— ¡Eso no te incumbe niña!



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En el texto hay: espiritus, brujas, hadas

Editado: 12.11.2020

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