El Bosque de las Almas Perdidas

El Retorno (Capítulo 12) (Final)

Celebración, jolgorio, risas, alegría desbordante, esas eran las palabras con que se podía describir el ambiente en el Bosque de las Almas Perdidas. Al fin, la difícil batalla que libraron Amy y sus amigos contra la malvada reina hada oscura, Diana, y sus maquiavélicos Guardianes de Sombras había finalmente terminado. A pesar de ello, gran parte de los árboles, almas y criaturas que habitaban los dominios de la bruja Sanaél, habían sido eliminados sin misericordia por la maligna hada tras la invasión, y como si fuera poco, el imponente portal de piedra, símbolo de enlace entre el enigmático bosque y el mundo de Amy, había sido destruido producto del último Necrorus creado por Diana.

Sin embargo, a pesar de los daños causados, la magia que rodeaba al bosque era ilimitada, y con el rápido pasar de los minutos, aquellos árboles que habían sido destruidos por la malvada Diana comenzaban a restaurarse nuevamente. Todo ello gracias al árbol milenario, el hogar de Sanaél, que poseía un extraordinario poder, capaz de restablecer cualquier daño  que pudiese provocarse a todos los seres del bosque, por cualquier causa.

Amy y sus amigos contemplaron maravillados como brotaban, de las resecas ramas del árbol, millones de semillas mágicas, que a través de un cálido viento provocado por el resto de los árboles, volaban hacia los lugares donde sus homogéneos habían sido destruidos o calcinados. El resultado era el rebrote de pequeños tallos, que comenzaban a crecer lentamente y que, con el paso del tiempo, se convertirían en nuevos árboles. Las almas del bosque, que llegaban por primera vez a este lugar después de morir, comenzaron a circundar a estos pequeños brotes de árboles, los cuales cobraron vida al instante, como si hubiese ocurrido…un milagro.

 

— ¡Vaya! —Exclamó Travis—. Jamás en todos mis años había presenciado algo tan maravilloso como esto.

— Travis, tú no habías visto esto, ¿verdad? —Le preguntaba Lilian.

— No, claro que no. Pero a pesar de ello, me da gusto saber que puedo ver esta alegría con la mujer que más me importa en esta vida.

— Travis… —Se ruborizó Lilian—. …pero yo soy una bruja, yo… no puedo corresponderte a esas palabras.

— ¡Qué importa si eres una bruja! ¿No entiendes que quiero estar a tu lado? Aunque yo sea un ladrón y tú una hechicera, eso no cambia las cosas. Eres mi mejor amiga y… bueno…

— ¿Sí? ¿Qué es lo que quieres decirme Travis? —Preguntaba Lilian algo más coqueta de lo usual.

— Lo que quiere decir este idiota es que tú le gustas mucho y quiere corresponder a tus sentimientos. —Interrumpió Troy.

— ¡Troy! —Decía enojada Amy—. ¡No era necesario que intervinieras, arruinaste el momento de ambos!

— ¡Qué! ¡Solo trataba de darle un empujón a este ladrón indeciso! —Exclamaba justificándose el guerrero.

— ¡Celosín, no metas tus narices en esto, porque a ti no te va lo de romántico! —Exclamaba irónico Travis.

— ¡Qué te dije yo sobre llamarme de esa manera, ladrón!

Lilian y Amy se reían de la discusión que tenían Travis y Troy, y es que era lógico que había un ambiente de armonía entre los cuatro. Habían derrotado a una enemiga muy poderosa, juntos, como un equipo y ahora se habían vuelto muy buenos amigos.

 

— ¿Oigan? —Preguntó Travis de repente—. ¿Creen que esa bruja quiera vengarse de nosotros después de todo esto?

— ¡Pero qué pregunta más tonta! ¡Claro que no! Además, le hemos demostrado que no puede vencernos a los cuatro mientras estemos juntos. —Decía Troy.

— No deberías subestimar a Diana, Troy. —Advertía Lilian—. Conociéndola, de seguro tratará de volver a atacar a Amy o a alguno de nosotros. Si eso llega a ocurrir, tendremos que estar preparados para cuando lo vuelva a intentar.

— Pues si lo llega a hacer, la detendremos. Después de todo, la mala hierba sigue siendo… mala hierba. —Afirmó Travis.

— Amigos… —Decía Amy—. No sé como agradecerles todo lo que han hecho por mí. Jamás me imaginé que conocería a personas tan maravillosas como ustedes, y a pesar de que soy una “sin alma”, no tuvieron problemas en aceptarme y quererme tal cual soy. De verdad me siento muy feliz.

— ¡Ay no fue nada princesa! —Exclamaba Travis—. Al contrario, fuiste tú la que nos dijo que podíamos ser más de lo que somos. A fin de cuentas, somos tan humanos como tú.

— ¡Corrección Travis! ¡Tú y Troy son humanos! Yo soy una bruja y ella es un hada…bueno, semi-hada. —Decía Lilian.

— ¡Sí! Pero es la semi-hada más maravillosa que he conocido en toda mi vida. —Decía Troy.

— ¡Ay Troy! ¡Qué tierno eres! —Exclamaba sonriente Amy.

— ¡Sí! ¡Deberías ser así más seguido con ella! ¿No celosín? —Exclamaba chistosamente Travis.

— ¡Cuántas veces tengo que decirte que me dejes de llamar celosín! ¡Y por qué no te preocupas de ser tierno con Lilian mejor!

— ¡Troy, como fastidias! —Exclamó ruborizada Lilian.

Y mientras seguían hablando los cuatro, apareció la bruja Sanaél, para sorpresa de los chicos, quienes ya estaban dispuestos a escucharla.

 



#18329 en Fantasía
#3906 en Magia

En el texto hay: espiritus, brujas, hadas

Editado: 12.11.2020

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.